Persiste ánimo de inversión en México y Estados Unidos: Intercam Banco
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de noviembre de 2016.- En los últimos 10 meses, siempre hubo una correlación marcada entre la intención de voto hacia el virtual presidente de Estados Unidos Donald Trump y la depreciación en el tipo de cambio del peso mexicano.
Un conjunto de fenómenos generan factores de volatilidad importantes que pueden afectar el empleo, el bolsillo y las condiciones de vida de los mexicanos de a pie.
Luego de la sorprendente e inesperada victoria del polémico republicano en EU, la moneda nacional continúa hundiéndose en las jornadas consecutivas.
Algunos analistas ubican la cotización peso–dólar entre 22 y 24 pesos como reacción inmediata. El economista Raúl Martínez Solares Piña asegura que probablemente llevará a la moneda alrededor de los 21 pesos.
En entrevista exclusiva con Quadratín México, el catedrático de la Facultad de Economía de la UNAM descarta un escenario mayor a una depreciación cambiaría cercana al 15 por ciento.
Solares Piña, también director del Fondo de Ahorro Educativo, Mexicana de Becas, explicó dos elementos que están provocando una presión cambiaría para México, tras los resultados de la elección presidencial de EU.
Existen dos factores indirectos, abunda Raúl Martínez: el peso mexicano convertido en una de las monedas más “comerciadas” a nivel internacional. Esto quiere decir que un inversionista en Rusia que se quiere proteger contra la devaluación del rublo, compra cobertura en pesos al ser una moneda con mayor liquidez.
“Lo que provoca es que el 70 por ciento de las operaciones que se realizan en pesos no se hacen en México sino en mercados internacionales”, expone. “No hay un pánico en el país, sino que se trata de un movimiento especulativo a nivel internacional”, añade.
Desde las preferencias electorales que favorecieron a Trump el pasado martes 8 de noviembre, se percibió al momento una depreciación cerca del ocho por ciento en las operaciones de cobertura del peso en los mercados.
El dólar gana precio, el peso no se devalúa
Un fenómeno económico conocido como “fly to secure” o “fly to quality” (vuelo a lo seguro o vuelo a la calidad) es “cuando los inversionistas a nivel mundial tienen miedo de la incertidumbre que provocan los procesos electorales, y mueven sus recursos hacia las monedas que consideran más seguras, como lo que representa típicamente el dólar”, señala el profesor de Economía de la UNAM.
Aun cuando el motivo de incertidumbre es Estados Unidos, el experto en economía explaya que los inversionistas mueven grandes flujos de recursos y venden sus monedas locales para comprar dólares.
“Esto genera una apreciación del dólar”, en otras palabras, “el dólar es el que gana precio, no es que el peso se devalúe”, asegura.
“Imagina a una persona que pesa 100 kilos —dólar— y otra 70 —peso mexicano—, la diferencia entre los dos (30) es el tipo de cambio. Lo que pasaba en México es que por un problema de debilidad de la economía, nuestra moneda bajaba de peso hasta 50 kilos; entonces se devaluaba y aumentaba el tipo de cambio. Lo que vemos recientemente es que el dólar ya no pesa 100, sino 120, y aunque el peso se queda en 70, la diferencia aumenta”, ejemplifica.
“Si gana Trump, a México le irá mal”
Existe un factor directo de depreciación hacia el peso y es la percepción de inversionistas: “si gana Trump, a México le irá mal”, refiere Raúl Martínez.
Este tipo de cambio dependerá de cómo se vayan planteando los escenarios, parte del problema de la campaña de Trump es precisamente la incertidumbre que generó en los mercados internacionales, motivo por el cual desató una ola global de aversión al riesgo económico.
“Mientras Hillary Clinton cuestionó los tratados de libre comercio y renegó del Tratado Transpacífico, fue clara en sus intenciones. En el caso de Trump, criticó mucho de esos planteamientos pero no realizó propuestas concretas”, menciona.
Precisamente eso es lo que castiga al mercado financiero: la incertidumbre, pues no sabe cómo actuará Donald Trump.
Solares Piña asegura que hay muchas cosas que Trump no está facultado para cumplirlas, sin embargo el TLC sí puede cancelarlo. “Existen cláusulas donde por mandato ejecutivo, o sea, el presidente de Estados Unidos, puede cancelar este acuerdo”, subraya.
La cancelación del libre comercio de Norteamérica, afirma, generaría un efecto muy pernicioso para México, pero también para la propia Unión Americana.
Además, Solares Piña vislumbra que todos los movimientos de volatilidad podrían frenar inversiones e incrementar el tipo de cambio.
En el tema migratorio, lo percibe más de discurso que real. Hoy Trump afirma que cerrará la frontera e impedirá el flujo migratorio, sin embargo, “México con Estados Unidos tiene un déficit migratorio al existir mayor deportación de compatriotas mexicanos de EU, que los que enviamos.”
Incluso Barack Obama, aun siendo un presidente que en teoría es más cercano al tema de migración, es quien mayor número de personas ha deportado a México y Centroamérica.
Raúl Martínez enfatiza que un endurecimiento de los patrones en la frontera interviene en el flujo de libre comercio. “Hay que pensar que el TLC es un generador de riqueza, los tratados a nivel internacional han permitido a naciones con serios problemas mejoraran las condiciones de vida de su población”.
De ocurrir este freno y obstaculización de los negocios, “generará un problema serio en México que se reflejará en empleo en ciertas zonas que minen su capacidad exportadora y empiecen a recortar personal”, puntualiza.
En el tema de las remesas —que han resultado ganadoras con el tipo de cambio, lo cual explica el repunte al consumo interno pese a una devaluación—, “si Trump establece un impuesto, se destruye parte de la capacidad de los recursos que hoy son el principal componente de importación de divisas para México por encima del petróleo”.