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DOLORES HIDALGO, Gto., 28 de agosto de 2018.- El ambiente tranquilo, la vida cotidiana sin prisa y el agradable clima dan la bienvenida a los visitantes de este pueblo mágico de Guanajuato, Dolores Hidalgo, el cual sin duda todo mexicano debe visitar al menos una vez en su vida porque es la Cuna de la Independencia de México y atesora el patrimonio musical del poeta de la canción José Alfredo Jiménez y tiene tierras donde han florecido ricos viñedos, que aunque suene temerario fueron descubiertos por el padre de la Patria, don Miguel Hidalgo.
Con una arquitectura dominada por fachadas de cantera, piedras adoquinadas, calles limpias, pequeños restaurantes y cafés, Dolores Hidalgo es la zona de monumentos históricos y Patrimonio Cultural Arquitectónico y Urbano de Guanajuato.
A diferencia de San Miguel de Allende, donde predomina lujosos restaurantes y hoteles, así como estadounidenses retirados que han cambiado la fisonomía de esa ciudad e incluso la han convertido en un lugar caro, Dolores Hidalgos tiene una modesta y pequeña infraestructura, donde prevalece la calidad en servicios y manifestaciones artísticas y culturales.
En la guía turística aparecen 11 hoteles como opciones para hospedarse. El hotel Hidalgo está a unos pasos del centro de la ciudad y es recomendable, al igual que la pequeña Fonda Suave Patria, situada muy cerca del Museo Bicentenario.
Recorrer sus calles, adentrarse en su tiendas artesanales donde predomina la cerámica, la madera, la piel y la talavera; ser parte de sus fiestas y tradiciones, degustar una deliciosa nieve en el centro, como las que ofrece desde hace 50 años La Flor de Dolores, o los tradicionales esquites y elotes, y conocer cada uno de sus rincones, permite al visitante vivir a plenitud un pueblo que atesora la historia de México y en los últimos años ha tenido la incursión de la modernidad en diversos servicios que lo ha empoderado para el buen vivir y la estancia de los turistas.
Fuera de la ciudad, Dolores Hidalgo atesora diversos viñedos como la Vinícola Bernat o Tres Raíces, donde se pueden realizar tours enológicos o, ir a conocer en la Comunidad La Colorada, el Proyecto Lavanda, para adentrarse a la elaboración de jabones y aceites artesanales, o visitar y hospedarse –previa reservación– en las Cabañas Los Nogales está pegada a la Hacienda El Gallinero, donde puede practicar el senderismo, motocross y bicicleta de montaña, así como gozar del ecoturismo.
Dolores Hidalgo se ubica entre la capital del estado, Guanajuato y San Miguel de Allende, a poco más de cuatro horas de la Ciudad de México, por la carretera de cuota. También se puede llevar vía aérea a través del aeropuerto del Bajío, donde es posible rentar un auto.
Cada año recibe a cientos de visitantes derivado de dos festividades: el 15 de septiembre cuando las voces mexicanas se unen para conmemorar la Independencia de México, con el Grito de Dolores y, la noche del 22 de noviembre, para amanecer el 23 y recordar a José Alfredo Jiménez, en una caminata bohemia desde el centro de la ciudad hacia su tumba en el panteón municipal, trayecto en el cual las ‘bebidas espirituosas’ –tequila y mezcal, sobre todo– y la música de mariachi, tríos o banda, se hacen presentes
Los atractivos de Dolores
El pueblo mágico de Dolores Hidalgo es pequeño por lo que para conocer su belleza histórica, lo ideal es emprender el recorrido caminando, con zapatos cómodos. Para ir a los alrededores, es recomendable contratar a alguna agencia o directamente con las empresas.
De acuerdo a la sugerencia del cronista de la ciudad, César Fernando Aguayo Juárez, la visita a Dolores Hidalgo debe iniciar en la majestuosa Parroquia de Nuestra Señora de Dolores con gran valor histórico para México, por ser el lugar desde donde el cura Hidalgo, dio el Grito de Independencia. En su interior resaltan los impresionantes retablos de la Virgen de Guadalupe y del Señor San José, ambos son de madera y su estilo es barroco y, desde luego el púlpito desde donde el cura Hidalgo oficiaba las misas.
Justo frente a la parroquia de Nuestra Señora de Dolores se ubica la plaza principal de la ciudad, donde sobresale el Monumento a don Miguel Hidalgo, cuya estatua tuvo un costo de 40 mil pesos en monedas de oro, cantidad que aportaron todos los estados del país, por órdenes de don Benito Juárez, luego de su tránsito por el pueblo, el 6 de julo de 1863.
En una de las esquinas de esta plaza arbolada, sobre sale su kiosco, y a un lado del monumento a don Miguel Hidalgo se encuentra un frondoso retoño del árbol de la Noche Triste que se ubica en Tacuba, en la Ciudad de México. A unos metros del ahuehuete destaca una estatua de Hernán Cortés que representa la derrota de los conquistadores españoles ante los aztecas, en Tenochtitlán.
En una de las calles laterales del centro, destaca el hermoso edificio con fachada de estilo plateresco, llamado Casa del Subdelegado o Casa de Visitas, este lugar construido por don Juan Mercado en 1786, es el lugar donde se hospedan distinguidos visitantes y desde 1940, el presidente de la República que acude a Dolores a celebrar el grito de Independencia.
Lugar imperdible es el Museo José Alfredo Jiménez, situado en lo que fuera su casa natal. A lo largo de ocho salas se puede conocer la vida y obra del cantante a través de fotografías, videos, discos, trofeos y un sinnúmero de objetos personales, siempre con música de fondo de sus canciones.
En el Museo Casa de Hidalgo, donde vivió el cura, encontrará muebles, objetos personales, libros, utensilios y habitaciones que lo transportará a la vida cotidiana del siglo 17.
En el Museo Descendientes de Hidalgo podrá conocer una historia no muy conocida del Padre de la Patria, quien alguna vez recibió el apodo de El Zorro, por astuto y porque le tendían trampas y salían siempre triunfante, a través de objetos de su quinta generación, con guía personalizada y maquetas en movimiento.
Y qué decir Mausoleo de José Alfredo Jiménez, donde descansan sus restos. Es un lugar poco común comparado con otros panteones municipales, al grado que frente a la entrada principal entre las flores y artesanía que recuerda la vida del guanajuatense, destaca la venta de mezcal y tequila para acompañar la visita a la tumba que edificó el arquitecto Javier Senosiain, esposo de Paloma Jiménez Gálvez. Tiene que ir para sorprenderse.
Una parada imperdible es el Museo del Vino de Guanajuato, donde además de conocer la historia del vino y adentrarse a sus entrañas podrá degustar vinos y, desde luego comprar.
Por cierto en sus instalaciones, que datan de la época virreinal, y que hacia el primer tercio del siglo pasado funcionó como hospital, se encuentra el excelente restaurante italiano Damonica, cuya chef italiana mama Clara cocina deliciosos platillos.
Otros lugares interesante es el Museo del Bicentenario, donde nació el héroe insurgente Mariano Abasolo en 1784, en ella se hospedó en 1863 el presidente Benito Juárez y en 1864 el emperador Maximiliano; la Parroquia de la Asunción; el Templo de la Tercera Orden, el Templo del Señor del Llanto; el Parador Turístico José Alfredo Jiménez. Sin duda, el caminar por las calles de Dolores Hidalgo te llevará al mercado municipal y a sitios que están listos para descubrir.
No te vayas de Dolores Hidalgo sin ir a la cantina más antigua: el Incendio, a donde José Alfredo Jiménez acudía a tomarse una copa de ‘amargo’ y no se te olvide pedir el mezcal de la casa ‘Hasta que las nalgas me desobedezcan’, seguro uno de los descendientes del fundador Hermenegildo Aguayo Mújica o de su hijo Tobías Edmundo Aguayo Juárez, te dirán de que se tratan ambas bebidas ‘espirituosas’.
¡No lo olvides, haz turismo y buen viaje!