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href=»http://mexico.quadratin.com.mx/dominan-europeos-el-colegio-cardenalicio-dificil-un-papa-latinoamericano/cardenalicio-2/» rel=»attachment wp-att-91025″>ROMA, 12 de febrero (Quadratín México).- El desproporcionado colegio cardenalicio que en marzo elegirá al sucesor del Papa Benedicto XVI, sigue privilegiando, en número de cardenales, a una Europa en proceso de descristianización.
Y en esa lógica mundana que entra en el cónclave, cuenta la fuerza numérica de los votos: los europeos son quienes poseen la mayor fuerza electoral, con 62 de los 117 electores con derecho a voto. Esto es más de la mitad.
Ello ya de por sí dificulta la elección de un cardenal de América Latina, una región con solo 19 votos, a pesar de que alberga al 42% de los católicos del mundo.
Los cardenales son también seres políticos, con sus preferencias y a veces sus pequeñas y grandes ambiciones personales o de grupo. Son, al fin, electores, en una de las votaciones más secretas del mundo, cuyas papeletas electorales acaban quemadas.
La lógica de los números indicaría la posibilidad de tener nuevamente a un papa europeo. Y, entre los candidatos, los que presentan un mayor número de votantes son los italianos, con 28 electores, casi un cuarto de todo el colegio cardenalicio.
Ellos tienen, además, la ventaja de que durante más de cinco siglos, hasta la elección del fallecido Karol Wojtyla, todos los papas habían sido italianos. La fuerza de la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia, dominada desde siempre por italianos es otro hecho a su favor, que siempre ha influenciado mucho a los cónclaves.
Después de los italianos los países con mayor número de cardenales en Europa son Alemania con seis y España con cinco. Las otras regiones del mundo tienen aún menos posibilidades de tener votos suficientes para imponer un candidato. África tiene sólo 11 electores; India, 5 y Asia, 11. Son votos importantes a la hora de decidir entre varios candidatos empatados, pero nada más.
Si tenemos en cuenta que Benedicto XVI, probablemente, tomó la decisión sobre su renuncia hace más de un año, no cabe duda de que es importante analizar la composición de su último Consistorio.
El pasado 6 de enero de 2012, nombró a 22 nuevos cardenales, entre los cuales 16 europeos, 12 de ellos con derecho a voto; un latinoamericano, de Brasil, y cuatro de Norteamérica. El Papa debía tener ya en mente el próximo cónclave que votaría a su sucesor cuando eligió a los que serían sus últimos cardenales. ¿Significa algo que el 80% de ellos fueran europeos? Quizás sí.
Hay otro punto importante. En el discurso en el que anunció su renuncia, sostuvo que la Iglesia y sus nuevos problemas necesitan hoy un papa con mayor vigor físico. ¿Es eso un mensaje a los cardenales para que elijan a un papa más joven? En la nomenclatura vaticana, joven quiere decir no mayor de 50 y pico años, ya que no existen cardenales más jóvenes que eso. La mayoría hoy rayan los 60 y de los actuales 210 cardenales, 92 ya han superado los 80 años.
Ahora bien, en esa edad entre los 50 y los 60, los más cercanos a un “papa joven”, están el actual arzobispo cardenal de Berlín y buena parte de los italianos. Y debido a que parece difícil que el cónclave quiera repetir una experiencia alemana en el papado, quedarían favoritos los italianos, que además son gran mayoría.
¿Quiere eso decir que podamos hacer profecías sobre el resultado del próximo cónclave? Decididamente, no. Pocas elecciones en la historia han sido, en efecto, más sorprendentes e inesperadas que la elección de un papa.
Y lo será también esta vez.
QMX/jmm/arm