Escenario político
Cuando tres aviones, distintas líneas aéreas de pasajeros, aterrizaron en la pista militar del nuevo aeropuerto General Felipe Ángeles, todavía en construcción, el famoso cerro desapareció. Simplemente se esfumó.Tal vez, es posible, nunca existió como impedimento.
Hace dos años, en el desayuno anual para conmemorar el aniversario de la creación de la Fuerza Aérea mexicana, Andrés Manuel López Obrador se inició una construcción que ayer, en la conferencia de prensa mañanera, se calificó como una hazaña
Lo cierto es que en Santa Lucía existió, desde hace decenas de años, una instalación militar, un aeropuerto militar, donde cada día aviones militares aterrizaban.
Y fue, a partir de esta condición, que se tomó la decisión de construir ahí el nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México. Que será, en extremo, austero y funcional. Sin ningún adorno.
En su recorrido por las instalaciones militares, que hubo que construir de nuevo al reubicarlas para dar espacio a las que serán instalaciones civiles, salas de espera, estacionamiento, y demás, el primer mandatario puso en funcionamiento la Torre de Control, que funcionará para ambos aeropuertos, el civil y el militar.
Durante la transmisión oficial del gobierno se silenció, supongamos que accidentalmente, la explicación que dio el general Gustavo Vallejo, responsable de la construcción de ambos aeropuertos.
Y, seguramente, por esto se creó una inmensa confusión sobre el evento. Lo cierto es que los ingenieros militares, bajo el mando del general Vallejo, trabajando jornadas extenuantes, consiguieron terminar en los tiempos presidenciales, o mejor dicho de los deseos presidenciales, la primera etapa del nuevo aeropuerto.
Que es, será siempre, exclusivamente para uso militar.Los aterrizajes de aviones comerciales, vacíos, permitieron probar la viabilidad de las pistas y de los sofisticados sistemas de la torre de control.
La jauría enojada, muy enojada, por todo lo que se relaciona con el gobierno actual, respondió a estos hechos con mayor virulencia que la habitual.
Lo que ayer se mostró a la sociedad fue, simplemente, las nuevas instalaciones militares de Santa Lucia.
Y que no existe cerro que se interponga en el aterrizaje de los aviones, como nunca existió.También hubo discursos, que se perdieron entre las fotografías y los mensajes en redes sociales de los invitados a dicho evento. De chile, dulce y esposa de Bejarano incluidos.
Fue el primer discurso oficial del nuevo responsable de la fuerza aérea, general piloto aviador, José Gerardo Vega Rivera, que mereció menos atención que la publicitación del menú del desayuno con tamal de por medio.