
Este fin de semana, examen de ingreso al bachillerato de UNAM o el IPN
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de mayo de 2025.- Tras la crisis sanitaria generada por el virus del Covid 19, millones de estudiantes en todo el mundo, lograron acceder a programas académicos que en muchas ocasiones se encontraban bajo las barreras del aula tradicional, demostrando que el conocimiento no depende solo de la educación presencial.
De acuerdo con datos del Banco Interamericano de Desarrollo, el 92 por ciento de los ministerios de educación, implementaron plataformas digitales para evitar el colapso académico, lo que a su vez permitió un crecimiento anual del 10 por ciento en el mercado de educación en línea, mismo que se prevé continué hasta el 2026.
Para la maestra Tania Pérez Peralta, vicerrectora de IEXE Universidad, “La educación en línea ha superado el escepticismo inicial y hoy representa una vía legítima, rigurosa y profundamente humana para democratizar el conocimiento, al tiempo de recordar que fueron una de las primeras universidades virtuales en México y en Latinoamérica comprometidos en ofrecer formación de excelencia desde la virtualidad, con el mismo compromiso académico que en cualquier modalidad presencial.
Uno de los grandes atractivos de la educación virtual es su modalidad asincrónica, que permite a los estudiantes avanzar a su propio ritmo, combinando estudios con trabajo y responsabilidades familiares. El impacto ha sido positivo: el 95 por ciento de quienes la han probado en la región se declara satisfecho, y las tasas de deserción se reducen drásticamente en comparación con los modelos presenciales, bajando de hasta un 70 por ciento a rangos de entre un 24 por ciento y un 45 por ciento, según datos de la OCDE.
En México, la educación en línea cuenta con respaldo institucional, la Secretaría de Educación Pública (SEP) otorga el RVOE (Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios) a programas impartidos por universidades en línea.
La educación digital representa una poderosa herramienta de equidad e innovación pedagógica. Hoy, las fronteras entre lo “virtual” y lo “presencial” se desdibujan, y cada vez más instituciones demuestran que la calidad académica no depende del formato, sino del diseño, la metodología y el respaldo institucional.
En este contexto, América Latina avanza hacia una educación sin apellidos. Un modelo donde estudiar en línea ya no es “la otra opción”, sino simplemente educación.