Cielo nublado con clima fresco en CDMX
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de septiembre de 2024.- En punto de las 11 horas de este jueves, al sonar la Alerta Sísmica, la comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México, encabezada por el rector Leonardo Lomelí Vanegas, respondió al Simulacro Nacional 2024, activando los protocolos de protección civil en las instalaciones de Ciudad Universitaria, en campus del área metropolitana de la Ciudad de México y sedes en otras regiones del país.
Luego de participar en este ejercicio el rector de la UNAM destacó la importancia de que la población en general participe en estas actividades que nos enseñan cómo actuar en caso de emergencia. Es muy importante tomar en serio estos ejercicios, “porque no debemos olvidar que aquí tiembla y puede temblar muy fuerte y de ahí la importancia de que sepamos qué hacer en una situación como esa”.
Asimismo, a pregunta expresa, recordó que la UNAM constantemente revisa sus protocolos de actuación en materia de seguridad y de protección civil, además de participar en las actualizaciones de los reglamentos y normas de construcción federales y estatales.
Al término del simulacro, el rector Lomelí Vanegas recibió el reporte oficial del simulacro y la Universidad retornó a sus labores.
Con el lema La prevención es la llave de tu seguridad, la Secretaría de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria, a través de la Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria de la Universidad Nacional, instruyó a las entidades académicas y dependencias administrativas instrumentar el procedimiento de actuación en caso de movimiento telúrico.
El simulacro se llevó a cabo considerando un sismo hipotético de magnitud 7.5 con epicentro en Acapulco, Guerrero, a 377 kilómetros de la capital de la República mexicana y a 20 kilómetros de profundidad, con un tiempo de alertamiento de 40 a 60 segundos, y “percibido ampliamente” en la zona centro de la nación.
Las comunidades de las distintas instancias aplicaron sus procedimientos de repliegue, evacuación e identificación de zonas de menor riesgo, a través de la instrumentación de los protocolos de actuación.
Entre los objetivos de este ejercicio estuvo la observación y mejora de la capacidad de respuesta ante la presencia de un fenómeno sísmico, y el fortalecimiento de las capacidades de reacción de las unidades internas y brigadas de cada entidad o dependencia.
De esta manera, estudiantes, académicos y trabajadores de esta casa de estudios, así como visitantes, atendieron con responsabilidad y prontitud la realización de este ejercicio.