Piden México Brasil, Chile y Colombia evitar armas entre Rusia y Ucrania
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de septiembre de 2023.- A partir de los ataques terroristas en Estados Unidos hace 22 años, que ocasionaron la caída de las Torres Gemelas en Nueva York, se han acotado significativamente las libertades y los derechos humanos con el pretexto de imponer una hegemonía en las políticas de seguridad internacional y de militarización planetaria, coincidieron en señalar expertos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
En la mesa de análisis: Resonancias del 11- S en las Relaciones Internacionales, el profesor Cesari Irwing Rico Becerra subrayó que hoy en día las personas empiezan a ceder ciertos elementos de libertad en función del riesgo latente o amenaza permanente en torno a lo que puede generar el terrorismo y el miedo como tecnología política, en términos de control y disciplina social.
“Este tipo de articulaciones hegemónicas relacionadas con el miedo y la seguridad internacional las podemos observar prácticamente en todos lados, en legislaciones, en los controles aeroportuarios, en los pasos fronterizos y en la forma en la que se va vigilando el espacio público en las distintas ciudades”, apuntó.
El especialista en geopolítica crítica y militarización agregó que si bien el 11 de septiembre representa un acontecimiento altamente simbólico, sus repercusiones materiales profundizaron las violencias objetivas sobre distintas sociedades en el mundo, lo cual representa prácticamente la inauguración de un régimen geopolítico que trastoca la vida de las personas en todas las escalas.
Irwing Rico enfatizó que la militarización de la seguridad internacional – en lo que se conoce como la seguritización planetaria- en este siglo ha sido producto de procesos y transformaciones que no surgen del 11 de septiembre de 2001, sino que se vienen gestando históricamente como parte de una serie de proyectos de continuidad a partir de las últimas décadas del del siglo XX.
Al hacer uso de la palabra, Sandra Kanety Zavaleta Hernández manifestó: el 11 de septiembre trajo para las sociedades, incluso para aquellas ajenas al terrorismo, una lógica occidental de la seguridad tradicional, en donde se registra este sacrificio de la libertad en nombre de la seguridad, se violan las libertades o los derechos más elementales.
Desafortunadamente esas políticas y estrategias de seguridad históricamente sustentadas en una visión tradicional militarista y policial, no siempre han conducido efectivamente a la seguridad de las poblaciones.
“La seguridad -en perspectiva de muchos- ha servido como un instrumento de poder, un mecanismo de control vital para reproducir el ordenamiento global y el sistema de producción capitalista. Irrumpe también en la militarización, en la guerra, en los conflictos armados en donde hay muchas ganancias y muchos beneficios para la propia producción del sistema capitalista, además de la ocupación de territorios”, refirió.
Para la universitaria, esa fecha vuelve a poner en el centro del debate la seguridad y la configuración de lo que sería la construcción de una serie de amenazas para esa hegemonía que se pretende imponer desde los Estados Unidos, y en donde se ubican otros enemigos, como el comunismo o el narcotráfico.
Consideró que la militarización ha sido pilar vital de una perspectiva de seguridad tradicional y de las relaciones de poder en el ordenamiento global.
A partir de 2001, recordó, con la llamada guerra contra el terrorismo, en materia de presupuesto militar Estados Unidos acapara 40 por ciento a nivel mundial, seguido de Rusia, Francia, Reino Unido, China y la India, que además son los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, concluyó.
En mesa de análisis también participaron los profesores Federico Saracho y Azize Aslan, catedrática de origen kurdo.