
Vive Mónica del Carmen Sin fecha de caducidad en teatro
MORELIA, Mich., 19 de diciembre de 2022.- A don Agustín le aumenta el trabajo en los dos últimos meses del año. Es cuando la gente recuerda que a su figura del Niño Dios le hacen falta dedos, o se rajó un bracito o una pierna, o simplemente necesita una mano de pintura. Y es que, desde hace más de 30 años, Agustín Silva, un hombre mayor, se ha hecho popular en el tianguis de la avenida Pedregal de Morelia, porque tiene como oficio el reparar figuras de yeso, porcelana y pasta de caña.
Ahí, en un puesto de playeras deportivas, el hombre tiende su mesa y labora rehaciendo la ilusión familiar. Ocupado siempre, don Agustín platica mientras trabaja. Tiene entre sus manos un Niño Dios casi de tamaño natural. Es de pasta de caña. Tiene unas largas pestañas y unos ojos tiernos. Le repara una mano, y también prepara el color para darle vida a sus mejillas.
Una clienta llega y se queja de que aún no se le ha hecho nada a su Niño Dios: “me dijo que nomás media hora”, le increpa la mujer, y don Agustín se pone de inmediato a sacar el trabajo, se excusa diciendo que pensó que era otra figura, pero no, la mujer le enseña una que está en la mesa, y ni tardo ni perezoso comienza el proceso de hacerle los dedos.
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