Reportan detención de María Corina Machado, opositora en Venezuela
href=»http://mexico.quadratin.com.mx/wp-content/uploads/2013/02/Desempleados.jpg»>WASHINGTON, 27 de febrero (Quadratín México).- Una vez más, Estados Unidos está al borde del precipicio económico. Producto de una reiterada incapacidad política de la Casa Blanca y el Congreso de llegar a un acuerdo sobre un presupuesto, este fin de semana, salvo un milagro, entrará en vigor un drástico recorte del gasto público.
Se anticipa que su efecto se traducirá en masiva pérdida de empleo, una brusca desaceleración del crecimiento y otros graves perjuicios en muchos ámbitos, incluida la seguridad nacional.
El drama esta vez se conoce como secuestro y no es muy distinto a otros episodios recientes de terminología igualmente llamativa, como el abismo fiscal o el techo de deuda. En el caso del secuestro, como dijo hoy Barack Obama en un astillero de Virginia, “los efectos son todavía peores que el nombre”.
Ahora, el problema de fondo sigue siendo la visión irreconciliable de republicanos y demócratas sobre el modelo de sociedad, que está haciendo este país ingobernable. Obama pretende impulsar desde la Casa Blanca una política económica expansiva y de atención social; los republicanos, que controlan el Congreso, exigen austeridad y reducción del déficit por encima de todo.
Esas diferencias estuvieron a punto de provocar un verdadero colapso económico mundial al final del año pasado, pero se evitó con un acuerdo en la madrugada del 1 de enero que permitió elevar impuestos a los ingresos altos y pospuso la decisión sobre recorte de gastos hasta el 1 de marzo.
Llegó la fecha y no se ha alcanzado ningún acuerdo, por lo que el viernes empezarán a aplicarse recortes de 85 mil millones de dólares sobre prácticamente todos los organismos y servicios públicos. La mitad de esa cantidad afectará al presupuesto militar. La otra, se repartirá entre el resto de los departamentos.
El propio Obama anticipó las secuelas del recorte: los veteranos de guerra dejarán de cobrar sus cheques, habrá largas colas y retrasos en los aeropuertos porque se ven obligados a reducir las horas de trabajo de controladores y personal de seguridad; miles de familias se quedarán sin ayuda escolar o atención sanitaria y se retrasarán las gestiones de todos los ministerios.
Adicionalmente, unos 800 mil empleados civiles del Pentágono tendrán que tomarse días de descanso sin cobrar, 10 mil maestros serán temporalmente enviados a casa.
La Oficina de Control del Presupuesto del Congreso calculó que, si el secuestro se produce, la economía norteamericana perderá alrededor de 750 mil puestos de trabajo al final de este año.
“Estos recortes no son inteligentes, no son justos y suponen un daño autoinfligido a nuestra economía que no tendría por qué producirse”, expresó este día Obama.