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CIUDAD DE MÉXICO, 6 de noviembre (Quadratín México).- El contexto económico en el que México inicia un nuevo gobierno no sólo es complejo sino que implica que “vamos a tener que remar más fuerte, porque estamos remando contra la corriente”, sostuvo el secretario general de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría.
Al participar en el foro “Los ciudadanos y la agenda para el desarrollo de México”, dijo que el panorama económico mundial que presentó la víspera el Grupo de los 20 (G20) “es bastante preocupante, es bastante difícil”.
Por ello, destacó la urgencia de lograr un pacto de Estado para el desarrollo que incluya una agenda mínima de cambios estructurales en áreas estratégicas, como las reformas fiscal, educativa, energética y de salud, para promover la competencia y construir un sistema nacional de innovación.
En el acto realizado en el Museo Rufino Tamayo, Gurría Treviño confió en que con la “aritmética legislativa” y la coyuntura política, la administración entrante podrá pactar una agenda de decisiones en cada uno de esos temas, que son los que el país requiere para detonar el desarrollo.
Consideró necesario que México tenga una visión transexenal, pues las condiciones están dadas para que acelere significativamente su convergencia hacia la media de los países más avanzados.
El ex secretario de Hacienda de México afirmó que el país cuenta con una combinación extraordinaria de fortalezas y ventajas que de ser bien aprovechadas, podrían detonar un salto cuántico en el proceso de desarrollo del país.
Además, dijo, tiene una democracia eficiente y participativa, y cada vez hay más confianza en las instituciones, como en el caso de las electorales, cuya credibilidad ha hecho que el proceso democrático siga adelante.
Gurría Treviño sostuvo que pese al contexto económico internacional tan complejo, la situación macroeconómica de México es estable, con finanzas públicas sanas, un crecimiento alrededor de 4.0 por ciento, déficit entre 2.0 y 3.0 por ciento y una deuda total acumulada de menos de la mitad que la deuda promedio de la OCDE como proporción del PIB.
“En México tenemos todavía enormes necesidades insatisfechas, pero es importante reconocer que por la sabiduría acumulada y por los topes que nos hemos dado en el pasado, con paredes muy duras, hoy tenemos una estabilidad económica que es dentro de la OCDE muy importante y hasta diría yo, excepcional”, subrayó.
El titular del organismo internacional mencionó que algunos aspectos que llaman al optimismo sobre el futuro del país, son el bono demográfico, una ola creciente de empresas de países avanzados que busca reposicionar sus activos y traslados a países emergentes y de ingreso medio, como México; y el encarecimiento de los costos de producción en China y una desaceleración en Brasil.
Para aprovechar esas circunstancias, resaltó, “tenemos que desatar los nudos que nosotros mismos nos hemos amarrado y nos hemos formado a lo largo de los años”, ya que México ha estado posponiendo decisiones fundamentales para su desarrollo.
A pesar de los avances, México sigue enfrentando una serie de desafíos estructurales a “velocidad de crucero”, añadió y precisó que el país no puede crecer más de 5.0 por ciento porque no ha tomado las medidas estructurales para ello.
Insistió en que México podrá crecer más si se toman decisiones estructurales que son de mediano y largo plazos, que no son políticamente expeditas porque no rinden resultados al día siguiente, pero podrían lograrlo “si nuestros líderes políticos son lo suficientemente hábiles para el asunto de la comunicación.
Recordó que en septiembre pasado, la OCDE entregó al presidente electo Enrique Peña Nieto el documento “México, mejores políticas para un desarrollo incluyente”, con 21 temas en los cuales el país puede avanzar.
Anunció que el organismo internacional trabaja en un documento más amplio, en el cual estos temas van a estar desarrollados con mayor detalle y serán entregados a Peña Nieto como presidente constitucional y a sus equipo de secretarios de Estado y funcionarios.
Dicho documento servirá de base para un seminario de políticas públicas en el que participaran especialistas de México y organizaciones internacionales, cuyos resultados permitirán darle al nuevo gobierno una serie de recomendaciones, mientras elabora el Plan Nacional de Desarrollo.
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