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De los residuos electrónicos que se desechan, solo 30 por ciento se recicla, y el resto cuando no se le da un manejo adecuado puede llegar a contaminar el medio ambiente por el mercurio, plomo, cadmio, níquel y selenio, entre otros metales que contiene.
Para evitar que eso metales pesados puedan afectar el entorno ambiental y provoquen daños a la salud de la población, la Secretaría de Medio Ambiente capitalina, con base en lo que establece la Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal referente al manejo de éstos, puso en marcha el programa Manejo Responsable de Pilas y Celulares.
Para dar un manejo adecuado puso en operación de 372 Columnas Informativas en diferentes puntos de las 16 delegaciones del Distrito Federal.
Mediante esos contenedores que se encuentran dentro de las Columnas Informativas de la empresa Imágenes y Muebles Urbanos (IMU), se recolectan las pilas y celulares que los capitalinos desechan.
Tres veces cada 15 días, personal de IMU hace la recolección de las pilas y levanta una bitácora de ellas y los celulares recuperados.
Ambos objetos se almacenan en un centro de acopio temporal ubicado en Naucalpan, Estado de México, en donde se realiza la separación de pilas y celulares.
Los teléfonos celulares son enviados a las oficinas de Recall Internacional en donde se clasifican en viables y no viables.
En el caso de las pilas, una vez que se han recopilado más de una tonelada, son transportadas a la planta de reciclaje en Irapuato, Guanajuato, ahí se seleccionan por su tipo.
De las pilas se recupera la carcasa, con la que se fabrican llaves y auto partes, además del litio, el cadmio, níquel y el zinc; y lo que no se recupera, se utiliza como estabilizador de residuos peligrosos dentro de la misma planta.
De acuerdo a la empresa Recall International, los teléfonos celulares contienen metales y materiales, que no se degradan, que de no darles un manejo adecuado terminarían contaminando el subsuelo.
El reciclaje de estos aparatos ahorra recursos y protege el medio ambiente porque además de prevenir la contaminación del subsuelo, se evita extraer metales nuevos, eliminando excavaciones y deforestación.
Además, algunos de ellos contienen altos niveles de ciertos materiales, como: plomo, cromo o cadmio, que los convierte en residuos peligrosos cuando son desechados.
Esto se soluciona al establecer métodos de reciclaje viables y eficaces como con los programas de reciclaje de Recall Internacional.
Dicha empresa, especialista en el manejo de teléfonos celulares usados, refiere que generalmente las personas guardan los aparatos para usarlos de respaldo en caso de robo, perdida o daño, lo que puede provocar contaminación.
En la práctica cotidiana el 97.7 por ciento de los usuarios nunca regresan al equipo viejo.
Más de 500 millones de teléfonos celulares, con un peso mayor a 250 mil toneladas, serán retirados a nivel mundial, de los cuales 85 millones corresponden a México.
Numerosos elementos tóxicos, entre los que se encuentran plomo y arsénico, serán desechados en tiraderos de basura a menos que se implementen soluciones de reciclaje viables.
La Dirección de Educación Ambiental dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente local, recomienda para evitar un mal uso de estos desechos y proteger el entorno ecológico, elegir productos que no requieran pilas.
No tirar las pilas en ninguna fuente de agua, ya que tienen un alto grado de contaminación y contienen materiales altamente recuperables.
Usar siempre pilas recargables; no abrir, perforar ni quemar las pilas; retirarlas cuando los aparatos no estén en uso; así como depositarlas en los contenedores dispuestos para su recolección.
Asimismo, recomienda no consumir pilas informales, pues son de composición dudosa y de mala calidad.
La Dirección de Educación Ambiental hizo un llamado a la ciudadanía, instituciones, empresas y organizaciones civiles, así como académicas difundir la cultura del acopio de pilas y celulares, a fin de que sean depositadas en los contenedores.
Con ello, señaló, permite disminuir y reciclar la cantidad de pilas y celulares usados que llegan a los rellenos sanitarios.
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