Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO., 29 de junio de 2019.- El paso de los años y la proliferación de internet menguaron el carácter contestatario y experimental que caracterizó al underground mexicano en la década de los 80, actualmente son contadas las expresiones artísticas interesares que trascienden por su originalidad, advierte Henri Donnadieu, propietario y fundador del Bar El Nueve, en la Zona Rosa de la Ciudad de México.
En los ochenta, el underground convergía en un solo lugar, y ese era El Nueve, un espacio en la calle de Londres, abierto en 1977 con una vocación abiertamente homosexual, pero que también arropó a los artistas que no tenían cabida en los círculos comerciales de la época.
«El Nueve abrió como un lugar de esencia gay pero me llegó todo México», recuerda Henry en entrevista por la presentación de su autobiografía La noche soy yo.
En el inmueble ubicad la colonia Juárez, durante 13 años desfilaron grupos de rock, compañías teatrales e intelectuales a quienes el tiempo y el talento convertirían en figuras de la música y el espectáculo, también era común encontrar a las estrellas como Silvia Pinal, Andrés García, Lyn May, Sasha Montenegro, Rafael Inclán entre otros.
Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Soborna, y oriundo de Francia, Henri desde El Nueve fue promotor y testigo de cómo una generación de músicos, actores e intelectuales proponían y reclamaban un espacio para expresarse, lo mismo que un sector de la sociedad que comenzaba a exhibir de manera discreta sus gustos y preferencias sexuales.
El Nueve fue el primer lugar en México en tocar rock en español y en donde los jóvenes por primera vez bailaron slam, una forma estrambótica empujarse y saltar a los ritmos de bandas perfectamente desconocidas.
Henri Donnadieu fue anfitrión de grupos como las Insólitas Imágenes de Aurora, que luego posteriormente se llamaron Caifanes, La Maldita, CafeTacvba, Casino Shanghai. En este bar también surgieron las revistas precursoras que dieron origen a la Contracultura, como La regla rota, La Pus Moderna, Moho en la que colaboraban intelectuales como Carlos Monsiváis, Rogelio Villarreal, Guillermo Fadanelli, Juan José Gurrola, Naief Yehya, entre otros .
Los cineastas, ahora famosísimos, Cuarón, Iñarritu, Lubezki fueron los chavitos que asistían a los jueves de rock de El Nueve, recuerda Henry, quien aunque se presenta optimista ante las nuevas generaciones, mantiene un tono crítico ante la forma en cómo parte de la comunidad gay se desenvuelve en la sociedad, también en como el glamour de la Zona Rosa se fue perdiendo ante la invasión de las chelerías.
En la actualidad, según Donnadieu las protagonistas del underground en México y las propuestas más creativas las detentan las Drag, quienes se enfundan en caracterizaciones andróginas personificando rasgos exagerados femeninos con fines estéticos, histriónicos o satíricos.
¿Cuáles son las causas de debilitamiento del actual underground?
-En esa época de los ochenta no había Spotify ni nada de redes sociales, entonces había una curiosidad para buscar manifestaciones nuevas en la música.
Ahora la información te llega más rápido, hasta te puede perturbar, si consideras el tiempo que una persona pasa revisando su WhatsApp o su perfiles en redes sociales, es mucho tiempo y lo peor es que se ha convertido en una necesidad.
Antes teníamos tiempo para buscar una tendencia musical, intelectual, y ahora con toda la tecnología que tenemos a nuestra disposición no sé si lleguemos a procesar toda la información que recibimos.
La noche en México cambio mucho, ahora la noche es fin de semana antes era casi diario, la inseguridad no ha ayudado tampoco, se ha perdido un poco en sentido de la fiesta, por la fiesta.
¿Qué extrañas de esos años?
–Siempre en la sociedad han habido homosexuales, la época que me tocó de finales de los setenta y ochenta, había una abertura pero era reservada, yo pienso que como minoría, es muy importante que la mayoría –la gente heterosexual– nos acepte pero para esto debemos tener una conducta que entre en los paradigmas de la sociedad en general, yo siento que se ha avanzado muchísimo en las leyes, en el reconocimiento de la diversidad sexual, derechos como el matrimonio y la adopción, eso me parece muy bien.
Pero pienso que como minoría deberíamos tener un comportamiento más aplicado a la sociedad en general, por ejemplo, cuando tuve el primer Nueve durante casi 14 años en la Zona Rosa, siento que había más glamour y respeto a la sociedad, no había tanto esa manera un poco desgastada de ponerse en la frente una pancarta homosexual, creo que es importante tener un límite en todo.
Siento que de repente la juventud homosexual se está pasando un poco, porque aunque tenemos derechos, eso no nos debe dar ventaja para lastimar a la sociedad, por ejemplo, todo los que se habla sobre los escarceos homosexuales y encuentros sexuales en el último vagón del Metro, es una agresión porque se trata de un espacio público en donde pueden ser testigos niños o mujeres, y con esas conductas no estoy de acuerdo.
Con 76 años a cuestas, y tras perder y ganar fortunas administrando restaurantes y centros nocturnos, Henri Donnadieu abrió la nuevamente El Nueve de Amberes, como un homenaje a las noche y a ese primer bar gay que nació el 23 de enero de 1977.
¿Las noches de El Nueve están renaciendo?
Lo estoy logrando me ha costado mucho trabajo porque a final de cuenta no es lo mismo 30 años después, yo siempre he tenido lugares, después del Nueve he tenido muchos establecimientos heterosexuales, uno muy importante se llamo Las Veladoras, donde llegaba todo el mundo, en 1994, después he tenido muchos restaurantes, pero no había retomado la noche como ahora.
Mira cuando uno pasa por las calle de Amberes escuchas la misma música en todos los lugares, también la chela está en diez o quince pesos, yo estoy con el Nueve al final de la calle de Amberes, un lugar gay, pero a mí esa clientela de las chelerías no me llega, yo diario tengo que inventar un tema para atraer a la gente, presentó shows, eso me ha hecho tenerme que mover y enterarme de todo lo que está pasando, ahora la gente empieza llevar a otra gente por el lugar, y por lo que yo estoy organizando, porque saben que van a encontrar algo distinto.
AEl Nueve nuevamente asisten gays y heterosexuales, porque también hay una propuesta cultural y una que de un sentido de la noche, presentamos shows de stand up comedia, exposición de pintura y un cine club, además estoy viendo como reactivar un proyecto que le tuve mucho cariño, la Kitsch Company, que era una maravilla, me está constando trabajo formar un equipo de actores y de gente que quiera trabajar, pero voy y estoy ocupando.
La noche soy yo y tengo que morir cada noche para después renacer, son las frases que definen a Donnadieu, quien confiesa que está llegando a la última etapa de su vida con la autobiografía de un francés lleno de aventuras, basadas en la libertad de ser quien es: un homosexual libre de ataduras que se escapó de la cárcel, atentados y los prejuicios.