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CIUDAD DEL VATICANO, 19 de mayo (Quadratín México).- El papa Francisco advirtió este domingo contra las divisiones que se generan en la Iglesia por ”exclusivismos” y “particularismos”, durante una misa que presidió ante más de 200 mil fieles en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
En la festividad litúrgica del Pentecostés, el obispo de Roma encabezó la celebración eucarística en la que participaron representantes de unos 150 distintos movimientos, asociaciones y grupos católicos de diversas partes del mundo.
“Cuando somos nosotros los que pretendemos la diversidad y nos encerramos en nuestros particularismos, en nuestros exclusivismos, provocamos la división; y cuando somos nosotros los que queremos construir la unidad con nuestros planes humanos, terminamos por imponer la uniformidad, la homologación”, dijo.
Desde las primeras horas del domingo, miles de personas abarrotaron la plaza vaticana para participar en la misa del Papa, que comenzó poco antes de las 10:30 horas local (08:30 GMT) y estuvo concelebrada por decenas de cardenales, obispos y sacerdotes.
En su homilía, Jorge Mario Bergoglio se refirió a la diversidad en la Iglesia católica, la cual ?dijo- se construye gracias sólo a Dios y no a los planes de los hombres.
“La novedad nos da siempre un poco de miedo. Nos sentimos seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, los que programamos, los que proyectamos nuestra vida según nuestros esquemas, nuestras seguridades, nuestros gustos”, reconoció.
“Esto ocurre también con Dios, a menudo lo seguimos y lo acogemos, pero hasta un cierto punto. Es difícil abandonarnos a él con plena confianza, dejando que sea el espíritu santo el alma y la guía de nuestra vida en todas las decisiones”, añadió.
Según el líder católico los seres humanos tienen temor que Dios les haga recorrer caminos nuevos, les haga salir de su horizonte a menudo limitado, cerrado, egoísta, para abrirnos a sus horizontes.
Aclaró que no se trata de buscar la novedad por la novedad, la búsqueda del nuevo para superar el aburrimiento, como ocurre a menudo en la actualidad.
Estableció que la novedad que Dios lleva a la vida de los creyentes es aquello que verdaderamente realiza, lo que dona la verdadera alegría y la verdadera serenidad.
“Preguntémonos, ¿estamos abiertos a las sorpresas de Dios o nos cerramos con miedo a las novedades? ¿Somos valientes para ir por nuevos caminos o nos defendemos, cerrados en estructuras obsoletas que perdieron la capacidad de acogida?”, cuestionó.
Al finalizar la misa el Papa dejó su casulla y sus ornamentos litúrgicos para abordar el papamóvil con el cual realizó un recorrido entre la multitud que ocupaba no sólo la Plaza de San Pedro sino también buena parte de la Vía de la Conciliación, la gran avenida que une El Vaticano con Roma.
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