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CIUDAD DE MÉXICO, 7 de febrero de 2021.- Genaro García Luna como funcionario federal fue un policía poderoso y al culminar su encargo como Secretario de Seguridad Pública en 2012 se ostentó como un asesor millonario con una fortuna que podía alcanzar los 405 millones de dólares, según documenta la periodista Peniley Ramírez en su libro Los millonarios de la Guerra.
En entrevista con Quadratín México a propósito de su reciente libro editado por Grijalbo, la periodista especializada en temas de investigación menciona que logró documentar los múltiples esquemas que presuntamente utilizó Genero García Luna para hacerse de contratos millonarios y beneficiar a empresas que proveían de servicios y equipo al Gobierno de México para enfrentar la llamada guerra contra el narco entre 2006 y 2012.
Genaro García Luna fue del 2001 al 2006 director de la Agencia Federal de Investigación y del 2006 al 2012 ocupó la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública y tras concluir su encargo en la administración pública se desempeñó como consultor de seguridad para distintas empresas hasta ser detenido el 10 de diciembre de 2019 en Dallas, Texas acusado de recibir sobornos del crimen organizado, conspiración para introducir cocaína a Estados Unidos y declaraciones falsas.
-¿Cómo operaban los esquemas de García Luna para hacerse de recursos del erario primero como funcionario federal y después como consultor?
-El primer esquema -cuando era Secretario de Seguridad- coincide que primero se da un evento trágico y a este le sigue un discurso en el cual se dice que se reforzará la seguridad, y para esto se otorgaba un contrato millonario, que termina en personajes asociados o vinculados con Genaro García Luna.
El libro está divido en dos partes, la primera se llama El policía y la segunda El millonario, en esa etapa registra como él va preparando su salida en el último año de la administración (de Felipe Calderón) y cómo sigue haciendo grandes contratos a través de estos grandes socios con los que tenía todo preparado desde Miami por medio de una serie de empresas consultoras de seguridad e inversiones patrimoniales.
Dos años antes de ser detenido, García Luna regresó a México para ofertarse como consultor de seguridad vendiendo servicios al Gobierno federal a través de la Secretaria de Gobernación, así como a gobiernos estatales principalmente a la administración que encabezaba en ese entonces Miguel Ángel Mancera en la Ciudad de México.
*El origen desconocido del efectivo *
Genaro García Luna no solo estaría vinculado por fomentar una red de empresas y contratistas para canalizar recursos del erario a cambio de recibir comisiones ilegales sino también se habría beneficiado del pago de sobornos del crimen organizado para permitir el trasiego de drogas.
“Hay una parte en la que no se entiende cuál es el origen del dinero, eso es lo que está investigando el Gobierno mexicano, bajo denuncia de lavado de dinero. García Luna comienza a tener casas y propiedades, en Morelos en donde adquiere incluso un local comercial así como un restaurante en la Ciudad de México, comprando una propiedad aproximadamente cada seis meses.
“Lo que yo encontré para el libro fue que todas las compras de estas propiedades se dan pocas semanas después de que se enviaba algún alijo de cocaína por los que ahora él está acusado en Estados Unidos.
“Es decir, se envía la droga y después él empieza a tener más dinero, no tenemos una fotografía de él recibiendo un soborno pero sí tenemos pruebas en documentos de que García Luna tenía disponibilidad de efectivo casi siempre después de que se envían cargamentos de droga por las cuales está acusado como cómplice en Estados Unidos.
“Eso nos permite, por medio de metodología periodística, acercarnos por lo menos a tratar de figurar qué pretende probar la Fiscalía de Estados Unidos en esa primera parte de la historia.
“Mientras que en su etapa en Miami goza de unos contratos de consultoría en seguridad por unos montos que equivalen a 50 mil dólares de sueldo al mes y hasta de 160 dólares mil que eso no lo ganan ni varios directivos de compañías de Silicon Valley. Lo que se entiende por los documentos judiciales a los que tuve acceso es que esa era una forma de justificar que no era un pago de algo ilegal sino un pago por un servicio, el punto es que no queda claro cuál era el origen de ese salario gigantesco”, asevera la también integrantes de la unidad de Investigación de Univisión.
El sueldo al cual hace alusión la periodista es por un contrato por dos años con la empresa Nunvav -propiedad de una familia identificada con el apellido Weinberg- firmado en 2015 en donde García Luna recibiría 160 mil dólares al mes, además de un bono anual de tres millones de dólares a cambio de prestar sus servicios como asesor de riesgos, elaborar proyectos de seguridad para negocios y opinión en modelos de inteligencia.
Este contrato, según lo documentado en Los Millonarios de la guerra, equivale a 176 millones de pesos en dos años o un salario diario por 230 mil 556 pesos.
¿Tienes algún estimado de cuántos millones llegó acumular García Luna en su fortuna proveniente de recursos del erario así como de posibles sobornos?
-Las investigaciones oficiales a las que tuve acceso que coinciden con mi propia indagatoria y las bases de datos que armé son por lo menos 405 millones de dólares.
Sabemos que eso está bajo investigación y forma parte de los elementos por los que se anuncia primero su orden de aprehensión y posteriormente su orden de extradición. Con este proceso lo que se busca es tratar de entender cuánto de ese dinero terminó en manos de García Luna y qué cantidad acapararon sus asociados o testaferros que forman parte de una sociedad y que ahora está bajo investigación por lavado de dinero.
La escuela de García Luna
-¿Existen medidas en el actual Gobierno de que los modelos que utilizó García Luna al asignar contratos o recibir moches no se estén repitiendo?
-Sigue habiendo muchísimo dinero para seguridad y ahora este se adjudica de manera directa, sin licitación, ya no a la Policía Federal sino a la Guardia Nacional y al Ejército, eso está pasando actualmente.
Sabemos que el presupuesto que tiene el Ejército es mucho mayor que el que tenía al inicio de la administración federal actual de López Obrador. Los esquemas de contratación siguen teniendo dos características peligrosas, que yo rastreé en mi investigación que llevaron al desvío de recursos.
Primero, los contratos se siguen dando por adjudicación directa y segundo, siguen siendo por medio del esquema de seguridad nacional, lo cual impide que se pueda hacer un seguimiento de trasparencia sobre el destino que tienen estos contratos.
Entonces, sí creo que sigue habiendo situaciones muy peligrosas, más allá que el discurso del Gobierno sea muy distinto en esta administración, principalmente por los mecanismos por los que se contrata y con los que se paga.