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MADRID, 7 de noviembre (Quadratín México).- Un lanzamiento de falta de Özil a un minuto para el final salvó al Real Madrid de la derrota frente al Borussia Dortmund.
El empate (2-2) permite a los blancos depender de sí mismos de cara a la siguiente fase, beneficiándose también de las tablas en el Manchester City–Ajax (2-2).
Los alemanes salieron al Bernabéu sin miedo escénico alguno. Los de Jurgen Klopp inmortalizaban el momento con fotografías en la previa, pero con el balón en juego faltaron el respeto al nueve veces campeón de Europa.
El primer gol fue obra de Reus. Corría el minuto 25, Lewandowski peinaba el esférico hacia el costado izquierdo y por allí aparecía el alemán para batir a Casillas. Otra vez la banda de Marcelo. El talón de Aquiles del equipo desde la lesión del brasileño.
En Alemania Essien no dio seguridad como tampoco Arbeloa en la vuelta. El descuido del lateral derecho en la marca permitía al Borussia ponerse por delante y certificar así que las apuestas deportivas de fútbol esta temporada pueden llevarles a conseguir algo grande en competición europea.
Poco después Pepe arreglaba el desaguisado con un certero remate de cabeza. Por primera vez el feudo madridista rugía por obra y gracia de la afición local. Al borde del descanso Götze adelantaba de nuevo al Borussia (1-2).
El Madrid necesita retoques en su once y Mourinho lo supo interpretar en el descanso. Al inicio de la segunda parte salió con Essien y Callejón, que sustituyeron a Modric e Higuaín. La entrada del canterano dio más mordiente al ataque.
Ronaldo dejó la banda para colocarse de nueve con Di María y Callejón como asistentes por las bandas. Éste último mandó una pelota al fondo de las mallas. Acción que no tuvo incidencia en el marcador, pues el árbitro anuló el gol por un inexistente fuera de juego. Aún dispondría el ‘21’ de tres ocasiones más, la prima se marchó muy ajustada sobre la cepa del poste, la segunda la sacó Weidenfeller y la tercera no entró por un palmo.
Las imprecisiones se adueñaron de los blancos, que buscaban soluciones rápidas con envíos en largo antes que las triangulaciones. Para entonces la defensa perdía un miembro. Arbeloa salía para que entrara Kaká, volcándose el conjunto local a la desesperada sobre el área del Borussia. Entonces llegó la famosa falta. Özil sorprendió con el lanzamiento a Weidenfeller y 2-2. El empate llegó sobre la bocina como un regalo llovido del cielo.
Ahora, el Madrid no tendrá que prestar atención a segundos resultados para convertirse en una de las apuestas UEFA de cara a los octavos de final de la Champions. Le vale con hacer los deberes frente a City y Ajax, que firmaron las tablas en el Etihad Stadium.
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