Corrupción neoliberal
Mujeres y equidad, frente a las urnas
Están viendo y no ven.
La justificada condena y rechazo a las candidaturas de personajes con historiales de violencia de género, en contraste con el apoyo desde el poder a esas figuras impresentables, confirma que la política mexicana sigue atrapada en los viejos moldes que han colocado a las mujeres en un segundo plano y a la desigualdad como algo que siempre ha estado ahí.
Lo que es no querer entender, diría el clásico.
Pues lejos de apreciar alguna intención de que ocurran cambios de actitud, nos topamos con formas de pensar atrapadas en el oscurantismo que se atreven a decir que los “conservadores se disfrazan de feministas para atacarnos”.
Hace unos días la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero admitió que en las reuniones con el gabinete de seguridad ha sido objeto de violencia de género.
Y si eso ocurre en las altas esferas del poder donde se presume que tenemos el presidente más feminista de toda la historia, a nivel de la realidad social cotidiana es peor.
En Guerrero la decisión de apuntalar la candidatura de un personaje impresentable sólo se explica por compromisos insospechados en los altos círculos del poder. A regañadientes y por presiones parece que se echó abajo esa candidatura, pero nada garantiza que encuentren una rendija legal para justificar lo injustificable, confirmarlo como candidato.
De confirmarse ese escenario, la apuesta del partido en el poder sería muy arriesgada, pues incluso si pasan por encima del INE y del TEPJF contaminaría toda la elección.
Desigualdad rampante
Las condenas a las demandas de grupos feministas y temas como la desaparición de las guarderías, muestran que existe un abismo entre las causas de las mujeres, sobre todo la equidad, y la manera en que se ve a las mujeres desde el poder.
Algo sigue fallando en los niveles donde estarían obligados a entender y atender la violencia contra las mujeres.
El tema de la falta de equidad se agravó con la pandemia, cierto, aunque en los hechos hizo que salieran a flote muchos temas ocultos en las sombras como los feminicidios y la violencia familiar.
El confinamiento, decían, ha sido espacio propicio para los reencuentros familiares y no de la violencia. ¿Se acuerdan de la recomendación de contar hasta diez frente a una situación de enojo?
Y qué cree de acuerdo con datos oficiales, el año pasado cerramos con más de 220 mil denuncias por violencia familiar, a razón de 25 denuncias cada hora.
El tema del feminicidio es mucho más delicado, pero sigue sin dársele la dimensión que tiene, lo más fácil ha sido achacárselo, como todo, al neoliberalismo. En algunos estados del país el feminicidio ni siquiera se tipifica como lo que es, así que las cifras no son siempre las más confiables. El INEGI consignó que sólo de enero a junio de 2020 se cometieron mil 884 feminicidios.
Lo grave es que esto se vea como un fenómeno cotidiano.
Y por si fuera poco, otro dato, con la pandemia las mujeres han sido las más afectadas por el desempleo.
En México las estadísticas apuntan a que dos de cada tres empleos perdidos corresponden a mujeres, alrededor de 3.2 millones solo de enero al mes de agosto del año pasado. Y estamos todavía muy lejos de que cambie esta terrorífica realidad económica.
Fiel de la balanza
Debemos reconocer que es el INE la institución que ha obligado a los partidos a responder a las exigencias de paridad de género, hoy reflejadas en las candidaturas incluso para las gubernaturas; es la misma institución que ha enfrentado injustas descalificaciones contra su autonomía, la que ha establecido medidas para evitar que se repitan episodios como el de las Juanitas.
Además, el INE es una de las últimas instancias que ponderarán si se otorga o no el registro de una candidatura a personajes con antecedes de violencia familiar y de género.
A diferencia de otros segmentos sociales, el de las mujeres no se queda callado, se moviliza y rompe el silencio. Habrá que ver hasta cuándo dejan de ver sus movilizaciones como protestas de temporal.
La agenda de las mujeres puede verse como una larga lista de los pendientes no resueltos en la 4T y que a la hora de cosechar votos, paguen la factura.
Datos del INE muestran que el 52 por ciento de la lista nominal de electores la integran 49 millones 155 mil mujeres.
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- Acuerdos lentos muy lentos.
Un tercio de los gobernadores del país no se han pronunciado por el Acuerdo Nacional por la Democracia propuesto por el presidente AMLO hace siete días.
Los primeros en adherirse fueron curiosamente Hidalgo y Tlaxcala y luego los siete ligados Morena: Baja California, Chiapas, Ciudad de México, Morelos, Puebla, Tabasco y Veracruz. Al final los 10 gobernadores de la Alianza Federalista se incorporaron al llamado pero pidieron al gobierno federal y todos sus niveles, comprometerse también a no inmiscuirse en las elecciones. Faltan 13.
2.- “La muerte de los Godínez y el nacimiento del homopreneur” es un atractivo tema que aborda esta semana la plataforma de #BarEmprende.
La pandemia, refieren los analistas, no sólo ha provocado la quiebra de empresas y la pérdida de empleos, también ha acelerado la muerte especies laborales como la del jefe tradicional y la de los Godínez, para dar paso al homopreneur. En un mundo donde no importan los horarios, los espacios físicos ni las jerarquías, sino los resultados, el nuevo tipo de empleado es proactivo, creativo, propositivo y eficaz.
3.- Aguas con las epidemias en la política.
Trump acaricia la idea de competir por la presidencial en 2024. ¿Y si se emociona #YaSabenQuién y dice yo también quiero?