Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Qué nos prometerán en 2024
La sucesión presidencial está a todo lo que da, muy cierto, pero en el imaginario de los que cohabitan en la burbuja del poder. La realidad social va a un ritmo distinto.
La preocupación del ciudadano promedio es palpable, quedar inmunizado ante la pandemia, no morir, recuperar el empleo perdido, dejar de vivir en la incertidumbre económica, recuperar la tranquilidad que nos ha robado el miedo por tanta inseguridad. Todo lo demás es poesía.
En este contexto, algo grave debe estar ocurriendo porque la comunicación que se emite todos los días desde el gobierno no es otra que el miedo atroz por perder el poder.
Van tres años de gestión en los que no se ve claro el cambio prometido y lo que les urge es amarrar la sucesión.
Podría usted coincidir o no pero el impresionante voto de confianza que se otorgó en las urnas hace tres años se ha venido diluyendo con más rapidez de la imaginado.
Diría el clásico que las promesas que no se reflejen en mejores salarios, en más empleos, en seguridad, en garantías de inversión, productividad y desarrollo, en certidumbre pues, son pura demagogia.
Creer que al populismo de hace medio siglo lo van a aceptar a ojos cerrados las nuevas generaciones, es terquedad.
En las recientes elecciones intermedias, el partido en el poder perdió más de cinco millones de votos. Y no se ve cómo los van a recuperar.
El voto duro del actual proyecto se está ablandando.
El discurso desde Palacio es de polarización, de choque permanente. La desconfianza campea y la atizan como estrategia política.
El acoso contra los académicos y científicos de este país es la otra gota que derramó el vaso. Y el costo será muy alto. ¿En qué cabeza cabe?
El titular de la Corte, Arturo Zaldívar, dice que el discurso de odio y clasista solo trae violencia y discriminación. Pero parece que en la burbuja del poder no lo ven ni lo oyen.
Promesas para 2024
En 2024 los suspirantes del partido en el poder -Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal-, tendrán que cambiar no solo de chip político, deberán ajustar sus ofertas de campaña pues con lo que tienen, no van a llegar lejos.
Promesas posibles y probables:
*A ver quién se atreve a sostener a López Gatell al frente del sector salud, pues si hoy arrastra el récord mundial de muertes por uno de los peores manejos de la pandemia, espérense al corte de caja en 2024.
*¿Rifarán otra vez el avión presidencial?
*A poco seguirán ofreciendo “abrazos y no balazos” como estrategia contra la delincuencia organizada, cuando en el exterior comienzan a ver con sospechosismo lo que parece luna de miel con los malosos.
*¿Seguirán viviendo en el entorno austero de Palacio Nacional? Es pregunta con muchas dudas.
*¿Qué van a hacer con Dos Bocas y Pemex? Ponerse a llorar, no aplica.
*¿Bartlett seguirá al frente de la CFE?
*Cuántas estatuas históricas mandarán a la bodega por absurdos rencores trasnochados e ignorancia.
*Lo más seguro es que prometan que no habrá aumento en el precio de las gasolinas, solo ajustes a la inflación. ¿Dónde escuchamos eso?
*Por cierto, ¿cuánto costará el tanque de gas bienestar?
*¿Seguirán la cruzada en contra de las instituciones educativas y de los científicos y académicos? ¿Hace cuánto dejó de existir la Inquisición?
*Qué pasará con Santa Lucia, se le reconocerá como aeropuerto de clase mundial o destacará por ser la sede del museo de mamuts.
*¿Echarán a la basura la autonomía del INE? Si lo hacen son capaces hasta de presumirlo.
*¿A poco veremos un mano a mano entre Sheinbaum y el carnal Marcelo, en partidos diferentes? Este episodio será propio de un guión de telenovela.
*Y qué tal que el verdadero Plan A de la 4T sea la relección de #YaSabenQuién. Chan, chan, chan.
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- Pues con la novedad de que la verdad histórica en el terrible caso de los estudiantes de Ayotzinapa, siete años después, sigue siendo la misma a la que llegó Jesús Murillo Karam.
2.- La Rayuela de La Jornada: “Siempre ha sido, es y será un error repetir el insulto.”
3.- El acoso contra académicos y científicos en dos tiempos.
a) ¿No será que este ataque desmedido a los científicos se debe a que está a punto de aprobarse la nueva Ley de Ciencia y Tecnología y se quiere crear un ambiente de terror para que no haya protestas por una ley que pretende concentrar el poder, limitar los recursos y la libertad de investigación? Julieta Fierro, divulgadora de Ciencia.
b) “Hay una atmósfera de terror y persecución a la ciencia.” Antonio Lazcano, biólogo.
4.- “No quería levantarme. Quería esconderme debajo de las sábanas y seguir durmiendo. No pensar. Mis primeros días de desempleado lidié con muchos miedos, pero una de las cosas que más me llenaban de angustia era mirar mi agenda vacía…”.
Esta semana en La última y nos vamos de Genaro Mejía, en el Newsletter de LinkedIn, un texto ultra realista: “La rutina, el caos y el miedo a la agenda vacía”. No se lo pierdan.