Escenario político
Democracia o república bananera
La imagen del Palacio Nacional fuertemente cercado con vallas de acero como muro para detener las voces que claman la defensa de nuestra democracia, no solo es perturbadora, confirma tristemente que la tentación de revivir en México nuestro pasado dictatorial sigue latente.
Resulta difícil entender cómo es que se borró de un sexenio a otro la ilusión del cambio democrático, y de pronto nos encontramos sumergidos en la polarización social y el odio.
¿Qué pasó? ¿A quién se le ocurrió dividir al país como estrategia política de dominación? Hace cinco años sorprendió a muchos la impresionante votación de 30 millones de mexicanos por un solo candidato. ¿Qué llevó a dejar pasar la oportunidad de asumir el liderazgo de más de 100 millones de mexicanos?
En menos de seis años la desilusión devoró las grandes promesas de transformación. Por ejemplo, hay serias dudas de que la corrupción se acabó; las principales obras del sexenio se parecen más a costosos fracasos que a brillantes decisiones.
Sucede que no se ha producido un solo litro de gasolina en la nueva Refinería, el huachicoleo sigue como un vampiro insaciable sobre los ductos de Pemex, empresa que parece zombi, alimentada por subsidios y por una enorme deuda. Son ejemplos de una larga lista.
El colmo es que el caso Ayotzinapa no se concluirá este sexenio, dicho por el propio Presidente. ¿Esto quiere decir que la nueva verdad histórica fue una vacilada? Qué hace Murillo Káram en la cárcel?
La democracia en México ha avanzado enormidades, pero en los últimos tiempos hemos visto una campaña despiadada para pulverizarla. Eso sin perder de vista las intentonas por desarticular el equilibrio de los poderes de la República, especialmente el Poder Judicial cuya autonomía hace enojar al promotor del poder centralizado.
Y eso nos lleva a confirmar que las movilizaciones sociales como las de este domingo, en 117 ciudades y plazas del país, muestran el sentir de millones de mexicanos que no están de acuerdo en vivir en un país absurdamente dividido.
Por ejemplo, todavía no arrancan las campañas y el Presidente declaró a una de las principales propagandistas del gobierno de Putin, en una entrevista a modo dicen sus críticos, que le entregará la banda presidencial a alguien que piensa igual que él. Qué feo por la corcholata que no le reconozcan personalidad propia, pero esto anuncia que la polarización no solo continuará sino que se profundizará.
Las palabras de Roger Bartra de hace unos años nos indica dónde estamos parados: “Entre los valores de la democracia están la negociación, la participación ciudadana, la tolerancia, la deliberación y los acuerdos en la pluralidad. Estos han sido sustituidos por la exclusión, la intransigencia, el dogmatismo y la polarización. (Cita tomada del texto de María Amparo Casar, La democracia en riesgo, Periódico noroeste.com 26-10-22).
Movilizaciones de la sociedad civil como las de este domingo, son expresión viva de que sin democracia o peor aún, con una democracia simulada, estaremos condenados a convertirnos en república bananera.
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- Impresionante la respuesta a la convocatoria de la #MarchaPorLaDemocracia en la que se confirmó una afluencia de miles de personas en cada una de las 120 ciudades y plazas donde se realizaron las concentraciones de los ciudadanos por un #VotoLibre y porque el Jefe del Ejecutivo no se meta en la elección.
El mensaje fue contundente, fue un NO a las propuestas e intentonas de desmantelar la democracia. La Constitución no es propiedad de nadie en particular, nos pertenece a todos… La democracia no se toca.