Descomplicado
Desempleo y menor crecimiento, ¿quién los invitó?
Por: Jesús Sánchez
Pues no es por querer ser alarmista, pero los números macros de la economía en el arranque de la 4T no pintan nada bien.
Si los datos del desempleo en diciembre encendieron algunos focos amarillos, pues la tasa de este indicador según el Inegi se disparó al 3.6 por ciento, el nivel más alto desde hace 24 meses (diciembre de 2016), para enero de 2019 no se espera que los datos se reviertan y mucho menos que mejoren.
El otro indicador al que no se le ve cómo pueda recuperarse es el PIB. Ninguna dosis copeteada de optimismo como la frase de, “los vamos a sorprender”, son garantía de crecimiento.
Mientras el FMI ajustó sus pronósticos sobre el crecimiento del PIB en México a niveles de 2.1 para este año, lo que no gustó ni tantito a ya saben quién, el IMEF fue más conservador en sus previsiones y estimó un muy moderado dinamismo de nuestra economía de 1.7 por ciento, tal y como lo pronosticó Citibanamex desde noviembre del año pasado, esto debido a una desaceleración del gasto y en la inversión pública.
Con estos datos, parece que comenzaron a rechinar los amortiguadores que permitieron situaciones excepcionales en la toma de decisiones controvertidas antes de la toma de posesión y cuyos efectos fueron rápidamente neutralizados en las primeras semanas del nuevo sexenio.
Los analistas estaban sorprendidos con la capacidad del nuevo titular del Ejecutivo para que las decisiones controvertidas no lo afectaran en términos de popularidad, sustentadas en los principios físicos de “me canso ganso” y de “nosotros tenemos otras cifras”.
Enlistemos los eventos que sorprendieron a analistas financieros como Antonio Sandoval quien acotó que en otras condiciones éstos habrían desatado un periodo de incertidumbre o de crisis de proporciones letales.
La cancelación del NAICM tras una consulta que dejó muchas dudas por su aplicación; la recompra de bonos por mil 800 millones de dólares tras darles un margen de ganancias a los tenedores, todo con cargo al Fideicomiso que serviría para construir la obra más importante de muchas décadas; la aprobación de un Presupuesto Federal sin sorpresas enfocado principalmente a programas sociales sin componentes de crecimiento económico; ajustes en la estructura del gobierno, que implicaba ajuste salarial y la cancelación de al menos el 70 por ciento de las plazas de confianza en el gobierno federal. Esto sin considerar las reformas constitucionales previstas como la cancelación de la reforma educativa y, la sorpresa bajo la manga, la creación de la Guardia Nacional.
Por lo que toca al comportamiento del tipo de cambio, que se ha mantenido y posiblemente continúe en niveles promedio de los 19 pesos por dólar, no se debe al milagro de la 4T sino a factores principalmente de tipo externo, que fortalece al peso, principalmente por el cierre del gobierno en EU y las expectativas comerciales de EU con China.
Desempleo, el coco
Los datos del desempleo que publicó el Inegi nada tienen que ver con el periodo de aprendizaje del nuevo gobierno, pero su repunte lo convierte en una bomba de tiempo en términos de popularidad.
Si bien las primeras muestras de los despidos masivos en la burocracia gubernamental se conocieron unos días antes de navidad -los empleados del SAT fueron los primeros en poner el grito en el cielo-, los datos conservadores de diciembre que llevaron a que la tasa del desempleo se colocara en el 3.6 por ciento muestra una cruda realidad, que al menos 145 mil personas se quedaron sin trabajo en esas fechas.
En enero de 2019 continuaron las noticias de los despidos masivos en las diferentes dependencias del gobierno federal, en la SEP las malas noticias se confirmaron y se esperaba el recorte de hasta el 30 por ciento de su personal de confianza.
Así lo explicó Esteban Moctezuma: “Pudimos hacer una reingeniería para seguir trabajando sin la necesidad de esa cantidad de recursos humanos”.
Los despidos a destajo no sólo alcanzaron a los empleados de primer nivel, sino a muchos trabajadores que llevaban 20 o 25 años en las dependencias de gobierno.
Las cifras totales de los despidos hoy todavía no se conocen con exactitud. Hay quien asegura que quedarán en la calle 227 mil personas. En el ISSSTE su director Luis Antonio Ramírez Pineda anunció el recorte de 3 mil trabajadores, pero dijo que no afectaría médicos ni enfermeras. El dsto más reciente es que de los 104 mil trabajadores del ISSSTE 15 mil son de confianza.
En el IMSS el anuncio fue que se adelgazarían las delegaciones en los estados, sin afectar a médicos ni a personal sindicalizado.
Top del desempleo
Tabasco, la tierra de #YaSabenQuién tiene el nada honroso primer lugar de desempleo en todo el país. La tasa de desempleo de los tabasqueños es de 7.9 por ciento. Por eso la apuesta a Dos Bocas, dicen.
Tampoco Claudia Sheinbaum puede presumir mucho ya que la Ciudad de México ocupa el segundo lugar en desempleo con una tasa del 5.2 por ciento. Lo que explica el boom del empleo informal.
Y lo más grave es que el Estado de México, Durango y Tlaxcala tienen el 4.1 por ciento de desempleo cada uno.
El Bajío los sentimientos son encontrados pues si bien los estados que la integran son el ejemplo a seguir pues han venido abatiendo lasa tasas de desempleo y tienen crecimiento económico real, para sus adversarios ese desarrollo es motivo de animadversión. Y se nota. En ese esquema están Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí. En el mismo tenor van otros estados como Aguascalientes, Jalisco, Nuevo León y Tamaulipas.
En el top del desempleo, Yucatán tiene la segunda tasa más baja de todo el país con apenas 1.5 por ciento, pero sorpréndase, la entidad con 1.3 por ciento de desocupación es Guerrero, por qué, nos preguntamos, pero no tenemos respuesta.
La apuesta del millón
Las estimaciones oficiales indican que en México se necesita crear un millón 200 mil empleos formales cada año. El dato es de 2016. Hoy la demanda debe ser mayor.
Que se sepa no hay un plan de reactivación del empleo productivo, en cambio se echó a andar un programa federal de becas y capacitación para jóvenes que no estudian ni trabajan, que son miles.
La Secretaría del Trabajo es la encargada de registrar y otorgar las becas a jóvenes desempleados dispuestos a participar en un programa de capacitación en unos 39 mil centros laborables del sector privado. Los recursos destinados a este rubro suman 44 mil 600 millones de pesos, solo para 2019.
Luisa María Alcalde informó a la revista Forbes que se han inscrito un millón 100 mil jóvenes al Programa Jóvenes Construyendo el Futuro. La respuesta a la convocatoria ha sido un éxito, dijo. Lo que refleja es una realidad terrible.
De acuerdo a este programa cada joven recibirá una beca mensual de 3 mil 600 pesos y un seguro médico en el IMSS. Sin duda el registro en el IMSS robustecerá las cifras del empleo, aunque no se trate de empleos permanentes.
Otro factor a considerar es la contratación esperada de 50 mil jóvenes para integrarse a la Guardia Nacional, cuando ésta sea aprobada en el Congreso.
En conjunto, ésto no es garantía para que revierta la actual tasa de desocupación en el país, pues al número actual de personas sin empleo se sumarán a las cifras de la nueva demanda de puestos de trabajo.
El panorama no pinta nada bien y lo único que podría crecer es el sector informal de la economía.
PIB en apuros
Ya se cumplieron poco más de 20 días de la crisis provocada por el desabasto de gasolina, cuyos efectos han sido considerados como daños colaterales a la estrategia contra el huachicoleo y tiene en jaque a estados como Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Estado de México, Michoacán, Jalisco, Aguascalientes y la Ciudad de México y ya llegó a Nuevo León y Tamaulipas.
El punto es que estos daños a la economía principalmente de los estados del centro y occidente, con excepción de Puebla y Veracruz, podrían afectar el crecimiento del PIB con resultados negativos. De por si los pronósticos son los de un menor crecimiento y con este elemento adicional, ni yendo a bailar a Chalma hacen crecer al PIB.
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