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MONTERREY, 16 de mayo (Quadratín México).- En un partido considerado como el mejor de la Liguilla, el América empató a dos goles con Los Rayados de Monterrey en el Tecnológico, en un encuentro que los capitalinos dominaron a placer, al menos durante 75 minutos.
En la ida de las semifinales del Clausura 2013 el marcador refiere un empate a dos goles, pero con el nuevo criterio de desempate, los goles de visitante, las Águilas regresan al Estadio Azteca con una ventaja.
Ello significa que los dirigidos por Miguel “El Piojo” Herrera conseguirían su pase a la final con un empate a cero, a uno o dos goles, porque su mejor posición en la tabla les favorece.
En el partido de la víspera, a pesar del dominio de los capitalinos el Monterrey pegó primero. En una descolgada Humberto “el Chupete” Suazo fue derribado por Jesús Molina, por lo que el árbitro marcó tiro libre.
El chileno tomó el balón, lo colocó a la distancia, tomó vuelo y su tiro hizo una comba que confundió a la barrera y al propio portero de las Águilas, Moisés Muñoz, quien confiado no leyó bien el disparo y vio como Monterrey se iba al frente del marcador con una genialidad de su delantero.
Al iniciar el segundo tiempo, con aire nuevo y con el discurso de sus técnicos refrescado, Rayados y Águilas saltaron a la cancha a tratar de cambiar las cosas: Los de casa a conservar la ventaja, y los visitantes a reflejar en el marcador el mejor desempeño futbolístico.
Sin embargo todo transcurrió igual, con el Monterrey inoperante y con un América que no tardaba en meter el gol. Fue así que al minuto 50 Juan Carlos Medina habilitó a Christian Benítez, quien sin problemas se quitó la floja defensa rayada y fusiló a Ibarra para el 1-1. Era su tercer tanto en la liguilla y el 101 en el futbol mexicano.
Víctor Manuel Vucetich ingresó a Neri Cardozo y al joven Jesús Corona, pero las Águilas seguían con el mando del encuentro, por lo que al minuto 69 Rubens Sambueza filtró un pase para Benítez, quien de nueva cuenta sin marca, fusiló a Ibarra. El América ganaba 2-1.
Aunque ese golpe fue justo lo que despertó al Monterrey, que en los últimos 15 minutos trató de recuperar todo lo que había dejado de hacer en el partido.
Humberto Suazo comandó el ataque y sus compañeros entendieron la señal. En una jugada en la que intervinieron él, Arellano y De Nigris, este último y de media vuelta marcó un soberbio gol que empató el encuentro a dos goles, con el que llegarán al encuentro del próximo sábado.
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