
México no ha entregado agua a EU por sequía, afirma Sheinbaum
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de septiembre de 2017.- Eran las 11:10 horas cuando llegaron siete camionetas de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México a la esquina de Plaza de la Constitución, casi 5 de febrero.
Rápido rodearon el lugar, bajaron unos hombres y se presentaron con un empleado de la Secretaría de Protección Civil. Como si fuera un operativo alrededor de 30 hombres, comenzaron a trabajar rápido, pero esta vez no era para detener a alguien, sino para llevar víveres y productos de limpieza personal para los damnificados de Oaxaca y Chiapas, a causa del sismo.
Sin perder el tiempo, hombres arriba de las camionetas comenzaron a pasar paquetes a otros, quienes abajo y formados en fila los pasaban, uno a otro, hasta acomodarlos en el Centro de Acopio instalado en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, sede del Gobierno capitalino.
En 15 minutos bajaron la carga de las camionetas, que llevaban papel de baño, toallas sanitarias y en cajas tipo archivo, como si fueran expedientes, alimentos enlatados.
De acuerdo con Alejandro Peralta, encargado de enlace de la Procuraduría, este viernes fue instruido para que difundiera entre el personal la petición de solidaridad para ayudar a los afectados de Oaxaca y Chiapas.
A partir de ahí se organizaron por subprocuradurías y con la participación incluida de la Policía de Investigación (PDI).
Las camionetas que este sábado acudieron al Palacio del Ayuntamiento son de la primera remesa –que calcula, rebasan las tres toneladas– y su esperanza es que llegue una más, en la que además de los compañeros también se sienta la solidaridad de sus amigos y familiares.
En su opinión, la respuesta obtenida es por el recuerdo de la tragedia y destrucción que dejó en la Ciudad de México el sismo de 1985, año en que la capital recibió ayuda de otros estados y del extranjero. Ahora es el turno de ayudar a los hermanos de ambos estados.
Previamente, David Velasco Carpio, empleado de Protección Civil y quien coordinaba el recibimiento de los donativos, informó a Quadratín que él calculaba que ya tenían unas dos toneladas recibidas. “Ha sido muy rápida la respuesta”, afirmó.
Alrededor de él se veía a 40 personas, algunos encargados de recibir y acomodar los productos de limpieza y la comida enlatada, entre ellas, una mujer encargada de atender a la ciudadanía le informa a algunos que llevan ropa, zapatos o incluso agua, que el centro de acopio ahí instalado no recibe esos productos.
En el caso de la ropa pide que sea llevada a una cafetería Starbucks que se encuentra a media cuadra, sobre 16 de Septiembre. Y del agua son otros centros de acopio los encargados de recibirla, explica.
Mientras, otros trabajadores juntan paquetes para asimismo envolverlos en plástico y que se conviertan en un gigante paquete que sea fácil de subir a los tráileres.
Una de las donantes que aparece es la señora Marina Martínez, que pese a sus 73 años de edad acude para llevar ropa que “está buena”, pero que ni a ella ni a sus hijas le quedan. Entrevistada por Quadratín, dice que aunque ahora vive en Iztapalapa, es originaria de un pueblito cerca de Tuxtepec, en Oaxaca.
Cuando le dicen que la ropa no se acopia ahí sino en el Starbucks, sin remilgos se va a la cafetería y ahí la deja. Son las muestras de solidaridad de los capitalinos.
Velasco Carpio informó que el centro de acopio estará abierto este domingo y la semana que viene.
Y adelanta que por la respuesta de la gente, también instalarán una carpa más para continuar recibiendo alimentos enlatados y productos de limpieza.