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CIUDAD DE MÉXICO, 15 de septiembre de 2017.- El cruce de las calles de Allende esquina con Donceles en el Centro Histórico se convirtió en un río de gente.
Provenientes de los Estados de México y de Puebla, hombres y mujeres que bajaban de autobuses, de la línea Mensajero Extra, caminaban rumbo al Zócalo para engrosar el número de asistentes a la celebración de 207 aniversario de la Independencia de México, el llamado Grito de Independencia.
Sobre Donceles se veía una fila de camiones formados, cada uno con un logo rosa y blanco en el parabrisas con una leyenda 207 de la Independencia, y que comenzaron a llegar desde las 15 horas.
Las personas que de las unidades descendían portaban en sus suéteres o camisas logos similares a los de los camiones, mientras recibían órdenes de coordinadores para avanzar sin detenerse.
Se veían personas de todas las edades que llegaban también desde Eje Central en fila y con sus logos, mujeres de la tercera edad en silla de ruedas que pasaban, sin advertir o mirar a la casona de Xicoténcatl sede del antiguo Senado.
Les llamaba más la atención la Asamblea Legislativa, que luce una bandera tricolor desde su azotea hasta su base.
Según una de las asistentes, salieron de Puebla desde las 8 horas de este viernes, pero llegaron hasta las 18 horas.
De sonrisa amplia, se le pregunta cuánto recibirán por acudir al Zócalo, y sin dejar de sonreír responde: «no sé», mientras a unos metros un coordinador la observa con gesto adusto.
No todos los que pasan por ahí son llevados aprisa, y un grupo de unas 20 personas que vienen desde Ixtlahuaca, municipio del Estado de México, pasa por la Asamblea, y aprovecha para tomarse la foto en las escalinata, iluminadas por los últimos rayos de sol de este viernes patriótico y de acarreo.
Entusiasmados gritan México, y el «eeeeeeh», sin acabar la frase que algunos censuran por considerarla homofóbica, y se carcajean. Después de ello, se integran de nuevo a la fila de los acarreados que sólo siguen órdenes.