Imperativo, estudio y reflexión sobre IA en la justicia: Guerra Álvarez
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Así lo dijo esta mañana. Al referirse a los periodistas. Y le sobre razón al mañanero:
“Eran el Cuarto Poder.
Todo eso ya no funciona y es bueno el debate.
Necesitamos una prensa objetiva, profesional apegada a la verdad, con ética.
Y no es un asunto solo de México, es mundial.
Recuerden que mañana daremos un informe a las 11 de la mañana y no habrá mañanera.
Bueno nos vemos, adiós, adiós”.
Un aplauso a la Suprema Corte por permitir, ya, fumar la marihuana en público. Por promover y apoyar la consulta pública contra ex mandatarios corruptos. Y sugerir el SI
Y otro por la inminente ampliación del mandato del ministro presidente. A nadie perjudica.
Bien lo dice el ingeniero Domingo Beltrán desde su rancho guajolotero (pavos) en Iguala, Guerrero:
“Siempre existirán aquellos que se sienten con derecho a decidir por los demás, afortunadamente existe la contraparte de encontrar un equilibrio social tan obscurecido.
Que todo tenga el final que nos merecemos y heredemos lo que nadie pide”
Nos aseveran que en los tres años de la 4T se habla de corrupción, robo de los últimos cinco gobiernos pasados. Se dan nombres, cifras hurtadas, pero México no ha recuperado un solo centavo y si ha gastado miles de millones, disque en perseguirlos.
Y confirman que, de aquellos enjuiciados, ninguno está en prisión, salvo una mujer ex jefa de gobierno en la CDMX con el prd y luego como secretaria de Sedesol, con Peña Nieto.
Y eso, dicen, por la deficiente defensa, que la entrego en un “acto irreflexivo”. Y no ha podido liberarla, ni con fianza en efectivo.
Tampoco ha regresado lo que dicen se embolsó
En una palabra, a la 4T se le han ido tres años en gritar, acusar, gastar. Pero no ha podido recuperar un solo quinto de los que señala como funcionarios ladrones.
Ni modo. Bien dice la escritora doña Rusia MacGregor:
“Aquí nos toco vivir. Y no pasa nada”
Enseguida lo que nos escribe la doctora, poeta y periodista doña
Rosa Chávez Cárdenas, desde Guadalajara, Jalisco, en donde vive y ejerce además profesión médica.
Los recuerdos que vienen a la memoria son tan reales que no creemos que pueden estar distorsionados y que sean falsos.
Un ejemplo de lo traicionera que puede ser nuestra memoria son los recuerdos de la infancia, si alguien cuenta a detalle algún incidente de cuando tenía dos años, lo más seguro es que no sean reales, seguramente escuchó de algún familiar.
La investigación que han hecho en psicología y neurociencias han demostrado que no es posible tener recuerdos a edad tan temprana porque las estructuras cerebrales que tienen que ver con la “memoria episódica” no están maduras hasta pasados los tres años.
Entonces la pregunta que nos hacemos: ¿la memoria nos engaña continuamente?
La verdad es que trabaja bastante bien afirman los psicólogos Simons y Chabris de la Universidad de Illinois y el Union Collegue de Nueva York en sus investigaciones.
La memoria nos ayuda a hacer predicciones sobre lo que ocurrirá en el futuro en situaciones similares a las que ya nos han ocurrido, nos permite sintetizar lo que es importante en una situación, así como incorporar interpretaciones a nuestro entendimiento del mundo.
Simón aclara que la memoria es limitada cuando pretendemos que sea como una cámara de video, no es tal, es una herramienta que da sentido a lo que nos rodea.
El mundo de los recuerdos genera gran cantidad de falsas creencias; las responsables son la intuición y el sentido común que
pueden ser malos consejeros en cuanto a la memoria.
Las películas también tienen parte de responsabilidad, solo hay que analizar los guiones basados en acontecimientos de personajes que no saben quiénes son porque sufren amnesia.
Muchos creen que la hipnosis ayuda a evocar detalles sobre un crimen, un abuso sexual, una pérdida, la verdad es que los recuerdos que se obtienen con este método no son certeros, lo que aumenta es el estado de sugestión en el que se encuentra la persona, lo que puede ocurrir es que el procedimiento aumenta los falsos recuerdos.
Hay muchos detalles que se nos escapan sobre todo cuando están concentrados en otras tareas: viendo la tele, checando los mensajes y queriendo escuchar una conversación. El problema actual es la cantidad de estímulos, los temores que vivimos y los cerebros tan acelerados, el resultado es que niños y adultos padecemos déficit de atención.
En el proceso de la evolución parece que somos más inteligentes, sin embargo, experimentamos la misma respuesta al miedo por cosas que quizás nunca van a suceder.
Los ansiosos se preocupan por el futuro y quieren controlarlo todo. Ante cualquier situación le dan cuerda al pensamiento, el miedo los invade y la alarma de protección en el cerebro está en alerta lo que les causa más ansiedad.
Es increíble, el cerebro reptiliano, el instintivo
sigue en alerta, como si estuviéramos en la selva y un tigre nos persigue. Ya no nos enfrentamos a esos peligros, pero la reacción de alarma es la misma.
Ahora tenemos “miedo al miedo”
Al inicio de la pandemia publicaban que el Covid estaba en todos lados, el resultado es que muchas personas padecen ansiedad y viven angustiadas. Tenemos dos áreas especializadas en el cerebro: el neocórtex y el sistema límbico.
El neocórtex, es flexible y receptivo y el límbico, el reptiliano es animal de costumbres rígidas.
Las personas rígidas siempre están angustiadas, por más que les suceden crisis siguen repitiendo más de lo mismo.
El cerebro se vuelve víctima de sí mismo, constantemente ve amenazas donde no las hay.
La tendencia a preocuparse tiene consecuencias físicas: eleva la presión, arterial, causa tensión en el cuerpo, sudoración, temblores, alergias en la piel, gastritis y colitis.
La memoria solo es limitada cuando pretendemos que sea una cámara de vídeo en vez de una herramienta que da sentido a lo que nos rodea.
Para aprender y conservar conceptos, necesita concentración.