Abanico
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
No nos cansaremos de decir que escribir es fácil. Pero difícil que te lean.
Dios nunca muere, evocación sabia oaxaqueña.
El poeta Octavio García dedica, este día, reflexiones sobre los muertos, de la siguiente manera:
“Para Carlos y Pa ´Las nubes”
A los que colgaron tenis, entregaron el equipo, chuparon faros, estiraron la pata, se los llevó la huesuda, petatearon, felparon o pelaron gallo, debemos recordarles que:
El muerto al pozo y el vivo al gozo.
De limpios y tragones, llenos están los panteones.
El muerto y el arrimado a los tres días apesta.
Matrimonio y mortaja del Cielo bajan.
Hasta que la muerte los separe.
Sobre el muerto las coronas.
Te haces como la mamá del muerto.
Donde lloran está el muerto.
Cayendo el muerto y soltando el llanto, (Valga el gerundio).
Tan segura está la muerte que nos da una vida de ventaja.
El que a hierro mata, a hierro muere.
Antes muerta que mancillada.
Para morir nacimos.
Más vale que digan aquí corrió que aquí murió.
No tiene en qué caerse muerto.
Lo único seguro es la muerte.
Si te mueres, te mato.
No me asusta el petate del muerto.
Yerba mala, nunca muere.
¡Asústame panteón!
Cadáver el de Juárez, los demás son pinches muertos
No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra, aunque sea de oro se rompe, aunque sea plumaje de quetzal se desgarra (Nezahualcóyotl).
Otras frases más sobre la muerte tiene el mexicano. Caíte cadáver, primero muerto, sobre mi cadáver, etcétera.
Vita mortuorum in memoria vivorum est posita.
¡La vida de los muertos permanece en el recuerdo de los vivos! (Cicerón).
Pero más cierto aún es que “Dios nunca muere”, acierta.
Muy agradecidos, muy agradecimos y muy gradecidos contestamos al también doctor. Y, por supuesto a nuestra colega Tere Gurza, su interlocutora.
Y algo más para los que sólo cobran, duermen y comen.
Padre Ahí te va una calaverita para los jubilados.
De Arturo Javier, tu hijo consentido. El más bonito, que se parece a ti:
La calaca ya llegó
por todos los jubilados
Y claro, los encontró
Sumamente relajados.
Detrás quedaron las prisas;
El reloj ya está olvidado,
Ahora todo son risas.
Qué bueno ser jubilado
Ven pasar a sus colegas,
Corre y corre a laborar:
Cargados con sus talegas.
Yo me vuelvo a recostar…
Adiós a la planeación
Por la Calidad brindar;
A la Ruta y a la acción.
Mejor a desayunar
Qué bonita situación,
El cobrar sin trabajar.
Vivir de pura ilusión.
Mejor me vuelvo acostar
La calaca huesos tronó
Al ver tanto desenfado.
Y cierta envidia sintió
Por ver tanto jubilado.
Hoy todos los jubilados
En paz están atildados.
Lista ya con su
guadaña
La muerte ¿los acompaña?