Poder y dinero
Cien años de vida
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
A Luis Echeverría Álvarez, casi centenario, el más longevo presidente de México.
Estimado Carlos, leí con interés y alegría su artículo de En Las Nubes que describe fragmentos de la muy amplia vida pública de LEA y publicado en medios digitales el día de hoy.
Muy buena y agradable lectura para el café de la mañana que agradezco con mi simpatía.
Como usted describe algunos hechos del siglo pasado, creo que es importante recordar a los presidentes del país y los diferentes gobiernos con amplitud, en sus claroscuros y sus verdades, sus aciertos y sus errores, buscar y la realidad de sus tiempos, en vez de crear mitos y juicios populistas y falacias históricas.
Le agradezco el recordar a los lectores que Don Luis inició muy joven su carrera, que es muy tempranero, trabajador y responsable, y siempre estuvo entregado al servicio público.
Con un saludo afectuoso, muy atentamente, Benito Echeverría Z.
Don Benito su padre y yo fuimos muy, muy buenos amigos, como usted supo. Un abrazo de yo –91 años– CRG
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Don Carlos, voy a platicar a LEA de nuestro diálogo y le daré sus saludos. ¡Muchas gracias!
Y, enterado, José Antonio Aspiros Villagómez, nos precisa:
Estimado amigo:
Durante los años que tuve a mi cargo un departamento de servicios especiales, que ya no existe, una de mis tareas era pedir a los redactores que hicieran semblanzas de personajes nacionales y extranjeros de edad avanzada o con actividades de mucho riesgo, y por lo mismo con mayor peligro fatal, para tenerlas listas en caso necesario. La biografía de Fidel Velázquez fue preciso actualizarla varias veces.
Y tal vez porque me quedó la inercia de aquello, cuando en 2018 fue hospitalizado dos veces don Luis Echeverría, escribí una historia no exhaustiva de sus relaciones con los periodistas y los medios. Como el personaje salió bien librado, guardé ese texto y como cumplirá 99 lo voy a utiliza, no sea que él y yo no lleguemos a su centenario, y se quedaría inédito mi trabajo.
Y, lo mismo que como veo sucedió En las Nubes, me voy a «fusilar», pero solamente un pequeño dato y entrecomillado de los muchos que ofrece don Jorge Herrera y Valenzuela, y que le viene bien a la historia que yo redacté hace dos años. Desde luego, también como hiciste tú, con su debido crédito. Así que: salud. A
En su plática escrita José Antonio Aspiros Villagómez, habla del sucesor de Gustavo Díaz Ordaz en Palacio Nacional.
El ex presidente de México Luis Echeverría Álvarez (LEA, 1970-1976) cumplirá 99 años el domingo 17 de enero y, según datos del colega columnista Jorge Herrera Valenzuela, es el más longevo de los gobernantes que ha tenido el país.
En su columna del 9 de enero, don Jorge explica también que, cuando en su juventud Echeverría trabajó en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), uno de sus encargos era “tener a hora temprana una síntesis periodística para su jefe” y por eso iba todas las madrugadas a los diarios de la capital a recoger ejemplares. Así habría comenzado su relación con la prensa, que se prolongó hasta después de su presidencia porque atendía entrevistas de banqueta cuando tuvo problemas con la justicia por los cruentos sucesos de 1968 y 1971 en México.
Cuando en enero de 1970 cubrimos para Radionoticias de El Heraldo de México la porción Puebla-Tlaxcala-DF de la campaña de Echeverría como candidato del PRI a la Presidencia de la República, con su lema” Arriba y adelante” y una locuacidad que no se le conoció antes, nos pareció que México iba a cambiar en los siguientes seis años.
Ese lema -hay que acotar- fue creado por Enrique Herrera Bruquetas, a quien LEA, como secretario de Gobernación, nombró primer director de la agencia Notimex en 1968.
El candidato hizo una campaña extensa e intensa por todos los rincones del país y la actividad proselitista fue un éxito gracias en buena medida a que una legión de reporteros, fotógrafos y camarógrafos de todos los medios, fuimos llevados a una o más de las diversas etapas de la gira.
Fue necesario habilitar dos aviones para los periodistas en enero de 1970; uno de ellos se accidentó en el vuelo a Poza Rica y murieron la casi totalidad de sus ocupantes. Sólo el reportero Jesús Kramsky sobrevivió y su nombre, igual que el de sus colegas fallecidos, fue impuesto a las calles de la colonia Prensa Nacional de Poza Rica. Kramsky murió en 2019.
El propio Echeverría había promovido en 1968 la creación de la agencia de noticias Notimex, que fue presentada como gubernamental, pero sirvió para impulsar su aspiración a la candidatura y luego ponerse a su servicio ya como postulante del partido en el poder.
Esto último se deduce de un testimonio de primera mano, ofrecido a través de la propia Notimex por el abogado Francisco Fonseca Notario, uno de los fundadores de la agencia y quien cubrió aquella campaña dotado de recursos extraordinarios.
En una serie de cuatro artículos publicados por Notimex en 2016, Fonseca reveló que, en esas giras, aparte de enviar reporteros y camarógrafos la agencia “participó (…) con un laboratorio de revelado de películas de 16 milímetros a color, montado sobre una unidad móvil; y además con una planta portátil de energía eléctrica, también instalada en un pequeño camión, y que estaba dotada de reflectores para iluminar los sitios de reuniones públicas al paso del candidato”.
Fonseca menciona, además, sobre sí mismo, que en esos recorridos “mi labor, entre otras, consistía en acercarme al candidato al término de las labores del día y preguntarle si quería ver lo filmado ese día; iba yo provisto de proyector, bobinas, pantalla y dos o tres focos. Fueron muchos los días que se le proyectaron las imágenes en los vestíbulos de los hoteles de alojamiento.”
Por otra parte, en el equipo de prensa iban, entre otros, dos periodistas que después llegaron a altos cargos -subsecretarios- en el gobierno echeverrista. Ellos fueron Fausto Zapata Loredo y Mauro Jiménez Lazcano, anteriormente reporteros del diario La Prensa.
Ya como presidente, la relación de Luis Echeverría con los medios y los informadores fue dispar. Porque trabajábamos ahí, lo vimos cuando fue a las instalaciones de El Heraldo de México a una comida con sus propietarios -Gabriel Alarcón e hijos- y el día que regresábamos de un viaje a NY, leímos en Últimas Noticias declaraciones suyas en que negaba tener que ver con la salida de Julio Scherer García de la dirección de la cooperativa Excélsior.
PD: Separamos “ex” y “presidente” de manera deliberada. Así lo preferimos todavía.
De la relación de Luis Echeverría con los periodistas, nos platica don José Antonio Aspiros Villagómez.
Pero antes no olvido que don Luis, me llamaba «Amigo Ravelo».
Y lo escuchaban su abogado Juan Velázquez, que nos conoce también y sus colaboradores Adolfo Aguilar Zinzer +, Mario Moya Palencia +, Fausto Zapata Loredo +, y Mauro Jiménez Lazcano.
En una gira por el norte, de siete días, nos preguntó, frente a todos mis colegas: “Se divierte, amigo Ravelo”
Si señor, y aprendo.
Ni cuando en la boda de la hija del gobernador de Querétaro, que nos invitó el presidente a ser testigo y firmar el acta también, nos pidió prestado nuestro peine.
Le recordé que ya éramos «calvarios».
No se preocupe, para allá vamos. Y soltó la risa.
Un abrazo a su padre por su casi centenario y a usted por ser su hijo. Yo CRG
Eran, en sus años como gobernante, los tiempos de la lucha ideológica internacional y la guerra fría, y por eso también Notimex, la agencia informativa creada por él, participó como observadora muy activa en el Pool de Agencias de Noticias de los Países No Alineados (Tercer Mundo) y se sumó a los postulados del Nuevo Orden Informativo Internacional.
Tal vez fue en julio de 1968 cuando, como secretario de Gobernación, Luis Echeverría dijo a un grupo de jóvenes de su equipo de prensa: “Muchachos, el gobierno mexicano va a tener su agencia de noticias. Elijan un local por Insurgentes Sur, y les enviaré el mobiliario (…) Se llamará Notimex y tendrá como lema Imagen de México en el Mundo”. Tal es el testimonio escrito que tenemos de Francisco Fonseca, uno de los fundadores.
A los pocos días de creada Notimex en agosto siguiente, Echeverría le envió mobiliario de P.M. Steele, empresa de Julio Hirschfeld que luego fue un alto funcionario echeverrista, y lo mismo hizo cuando el entonces exclusivo Club Primera Plana (sólo para subdirectores de diarios y sus jefes de información y redacción) estrenó oficinas en el Hotel del Prado: le obsequió equipales y muebles coloniales del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, creado en ese sexenio.
Según uno de los documentos revelados en 2013 por WikiLeaks, en 1976 Echeverría pretendió deshacerse de quien sería su sucesor, José López Portillo, inculpar de ello a la ‘Liga Comunista 23 de Septiembre’ y, “para asegurar su impunidad -dice el material divulgado-, había quitado del camino a la prensa crítica, encarnada por el periódico Excélsior, provocando la salida de su director Julio Scherer y de un grupo de destacados intelectuales, como el Premio Nobel Octavio Paz”, según publicó el propio diario el 10 de abril de hace ocho años.
Cuando hubo el cisma en ‘El periódico de la vida nacional’, aquel presidente apoyó la fundación en México de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap). Esta nació el 7 de junio de 1976, exactamente la fecha en que aún se celebraba el Día de la Libertad de Prensa por parte de los dueños de los medios en reunión con el gobernante en turno. Y en su declaración de principios, esa organización gremial se definió como “antiimperialista, anticolonialista, popular y democrática”.
Al menos dos de los periodistas de la Felap tuvieron gran cercanía con Echeverría: Luis Suárez y Salvador del Río, quienes inclusive escribieron libros sobre ese gobernante y que en buena medida sustituyeron a las memorias que nunca escribió el ex mandatario. O que no publicó.
Carlos Ravelo -ex jefe de información de Excélsior y El Universal y gran camarada- también fue su amigo.
Conocemos además otros datos de cómo se relacionaba Echeverría con los medios. Por ejemplo, cuando ocurrió el avionazo en que perdió la vida el ex presidente del PRI Carlos Alberto Madrazo (1969), desde su escritorio en Gobernación dictó la versión difundida por Notimex. Así lo habría contado en privado el entonces empleado de la agencia Jaime Ancira, quien dijo haber sido testigo de esa llamada al director general.
Y según testimonio del ya fallecido reportero y gran colega Carlos Borbolla, al funcionario no le gustó la cobertura que él hizo para La Prensa de la ocupación de Ciudad Universitaria por parte del Ejército en 1968, y lo puso en su “lista negra”.
Roberto Ramírez Cárdenas, director de ese diario, le confió en 1968 a Borbolla: “Luis (Echeverría) parece el dueño del periódico. Habla todos los días. ‘¿Ya tiene la de ocho de mañana?’, me pregunta siempre para después ‘sugerirme’ cuál debe ser la noticia principal”, relacionada con el movimiento estudiantil. Debemos recordar que de La Prensa salieron los periodistas Fausto Zapata Loredo y Mauro Jiménez Lazcano para irse a la campaña de LEA primero y a su gobierno después.
Y, como también lo narró don Jorge Herrera Valenzuela en su columna “Anécdotas del más longevo y polémico expresidente”, cuando el joven Echeverría iniciaba su carrera política e iba de madrugada por ejemplares a La Prensa (y otros periódicos) para hacer su síntesis diaria, los trabajadores de ese diario lo tuteaban y “a veces se echaba un cafecito con nosotros”, según le platicó un empleado del rotativo.
En la actualidad sigue con su costumbre de madrugar. Y nos quedó a deber una entrevista sobre los orígenes de la agencia Notimex para nuestro libro Notimex: la imagen ‘sexenal’ de México en el mundo.
Ahora que el ex presidente Luis Echeverría Álvarez está en sus 99 años, recreamos estos aspectos de su relación con el periodismo, aunque deben ser infinitas las historias que tengan otros colegas al respecto.
Que las cuenten.