Itinerario Político
San Agustín Acolman, Cuna de la Navidad Mexicana
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Antes compartimos el grato mensaje de Jessica:
“El 2021 casi ha terminado, y lo sabemos. Ha sido un segundo año de pandemia por el Covid-19 complicado, en el que han surgido nuevas variantes y en el que también hemos aprendido a cuidarnos mejor y cuidar de los nuestros.
También creemos que este es un momento especial para agradecer por todas las cosas buenas que la vida nos ha regalado en el año y queremos compartir contigo.
Y este de Sandra:
El nuevo año está a punto de llegar y es el momento en el que se encuentra mucha gente hablar de hacer propósitos de Año Nuevo.
Dicho esto, a menudo puede resultar difícil mantener esos propósitos más allá de unas pocas semanas o meses.
En 2022, sin embargo, puede planearse empezar a vivir una vida más consciente.
Al hacer propósitos de Año Nuevo, puedes conectar con tu interior y crecer espiritualmente mientras te diriges a tus deseos futuros.
Nosotros, yo primera persona, añadimos:
Así que considera hacer algunos propósitos que te harán una persona más consciente.
¡Feliz Año 2022!
Por qué el número siete, nos preguntan.
El siete tiene un doble sentido. Por un lado los siete pecados capitales. Y por el otro las siete virtudes teologales.
Aprovechamos una crónica del colega escritor, periodista, reportero, amigo y abogado don Jorge Herrera Valenzuela, para clarificarlos.
Habla, bueno escribe y muy bien, sobre las Posadas, las Piñatas, su Origen y su Significado.
Surgen algunas preguntas.
¿Cuándo y dónde comenzaron las posadas?
¿Qué debemos saber sobre el promotor?
¿Cuál es el significado de las piñatas y del palo con que se golpean?
Las piñatas de 7 picos
Comentaré sobre “los siete picos”.
Se dicen que cada uno representa un pecado capital.
Lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia.
Romper la piñata a ciegas, es la virtud de triunfar sobre las tentaciones y como recompensa es recoger las frutas y golosinas que caen de la destrozada olla.
Pues bien, nos señalan que al atacar a los siete pecados –los siete picos de la piñata– capitales, triunfan las siete virtudes, que son:
Castidad, templanza, generosidad, diligencia, paciencia, caridad y humildad.
Están mencionadas en el orden respectivo a los arriba enlistados.
El romper la piñata es, desde siempre, parte del festejo católico.
No se ha precisado el origen de la piñata. Unos dicen que fue en España donde hubo las primeras, pero unos más creen es Asia.
Como sabemos la piñata es una olla de barro que es cubierta con papeles de colores, mismos que se pegan con “engrudo”.
En el exterior y alrededor se colocan siete picos de cartón también forrados con colorido papel.
Las personas elegidas para golpear a la piñata deben tener vendados los ojos, es decir “estar a ciegas”.
Recibe un palo de madera, mientras la piñata colgada de un lazo es movida para evitar que la rompan.
Previamente la olla fue rellenada con frutas, dulces y regalos.
En la actualidad es igual, aunque no faltan “los ingeniosos” que ponen cenizas, agua o dinero en las ollas, lo cual no es costumbre.
La historia dice que el Papa Sixto V, de origen serbio, recibió la petición de Fray Diego de Soria, para permitirle oficiar misas del día 16 al 24 de diciembre de 1587 y mediante la bula correspondiente el Papa otorgó la autorización.
El sacerdote agustino era el administrador del monasterio-convento de Acolman, “un pueblecito ubicado cerca del centro de la Nueva España”.
Hoy es San Agustín Acolman, Estado de México.
Es parte del recorrido de la Ciudad de México a las Pirámides de Teotihuacán.
Esta edificada una iglesia, cuyo pórtico tiene características especiales del barroco y el plateresco. En la entrada del convento existió una figura del fraile golpeando una piñata de siete picos.
La bula papal. Es un documento sellado con plomo y si está autentificado con el sello papel, recibe el nombre de bula papal o bula pontificia.
La denominación se aplica exclusivamente a los escritos de los Papas sobre algún asunto de importancia doctrinal o disciplinaria.
Comienzan las posadas
Jubiloso de tener el permiso papal, fray Diego de Soria ofició la primera “misa de aguinaldo” el miércoles 16 de diciembre de 1587, muy concurrida por españoles, criollos y los nativos, los indios de Acolman. La denominación de aguinaldo, seguramente fue porque al final de cada celebración se repartían regalos. De esto no encontré mayores referencias.
Por ese acontecimiento, posteriormente, se consideró declarar, Acolman, Cuna de la Navidad Mexicana, Surgieron las tradicionales posadas, llamadas así porque representan el peregrinaje de María y José, de Nazaret a Belén, donde tendría lugar el nacimiento del niño. La Virgen y el carpintero, que sería canonizado como santo, eran representados por dos distinguidas personas de Acolman.
El sacerdote agustino organizó de tal forma las festividades como las seguimos viviendo.
La procesión era un recorrido en rededor del convento, los participantes llevaban una vela encendida y entonaban letanías, cánticos, finalizando en un punto donde se pedía posada, porque los peregrinos que acompañaban a los que serían los padres del Niño Jesús, querían descansar.
Los vecinos del lugar hacían la representación del nacimiento del Niño Jesús, la noche del 24 de diciembre, lo que conocemos como Nochebuena y el siguiente día se celebraba la Navidad.
Se servía “una comilona” preparada en el mismo convento y eso fue llamado, por el fraile, como “un banquete”.
La tradición se conserva hasta nuestros días, la cena de Nochebuena y los abrazos con la frase de ¡Feliz Navidad!
Las posadas inicialmente solo se realizaron en las iglesias.
La misa y en espacios exteriores, en el mismo atrio, se continuaban el festejo.
La costumbre se extendió hasta convertirse en una tradición.
Para el Siglo XIX cobraron carta de naturalización dentro y fuera de México.
Contaron que en algunos lugares como en Zacatecas acostumbran hacer un asado de cerdo y siete sopas, las siete virtudes, a lo que llaman “reliquias zacatecanas”.
Pasados algunos años, la Iglesia Católica aceptó que en los hogares se organizaran y celebraran las posadas.
Abunda don Jorge que de niño viví con mis tíos abuelos en Santa Ursula Xitla, atrás de la hoy zona restaurantera de Tlalpan.
Participe en las posadas que se apegaban completamente a la tradición mexicana, desde la procesión, los rezos, romper la piñata y disfrutar un ponche calientito y un pan de dulce.
La costumbre o tradición se ha perdido.
Desde la mitad del siglo pasado, solamente en las parroquias se mantiene la celebración. Incluye romper la piñata.
En las rancherías sigue, pero en las ciudades son bailes y fiestas.
Los infantes de hoy, niñas y niños, conocen la piñata, por las fiestas de cumpleaños; ahora representan a personajes de caricaturas.
Tras agradecer la historia narrada por el cronista Herrera Valenzuela, decirle que aprovechamos su cultura.