Itinerario Político
Reminiscencias con verdad
Carlos Ravelo Galindo, afirma: Nosotros los llamaríamos reminiscencias con verdad. Pero don José Aspiros Villagómez insiste, y lo aplaudimos, le pone Textos en libertad. Nos platica cómo funcionan, también, las agencias de información del gobierno. Comenta y sostiene que conocen bien los lectores el interés de este tecleador por documentar la historia de los colegas periodistas, de sus medios y de su gremio.
En mayor medida y con mucha estima pero sin omitir nada, se ha referido a Notimex, que fue la agencia informativa del gobierno federal y ahora lo es del Estado en su conjunto.
Igual que las elecciones presidenciales del domingo pasado, Notimex cubrió las anteriores a partir de 1970 de la manera diversa que relatamos en las casi 800 páginas escritas hasta ahora sobre la que, desde 2006, es por mandato de ley la Agencia de Noticias del Estado Mexicano.
Varios de los directores que tuvo la institución antes de ese cambio legal, buscaron darle de facto un perfil de “agencia de Estado”, es decir, hicieron el trabajo profesional que corresponde a un medio público y no como la empresa que fue -sin desdoro, aunque siempre cuestionada y presionada- dependiente de la Secretaría de Gobernación.
La relación de Notimex con Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el candidato que ganó esta vez las elecciones presidenciales, ha sido diversa en los últimos 20 años. Comenzó en febrero de 1998, cuando acusó a la Secretaría de Gobernación de provocación y a la agencia de haber hecho una cobertura “inusitada”, el día que llegó a Mérida como presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y fue recibido en el aeropuerto por gente que lanzó golpes, insultos y hasta huevos.
En aquella ocasión la agencia se deslindó mediante una carta de su director Jorge Medina Viedas al propio AMLO, en términos y con explicaciones muy extensas como para siquiera glosarlas aquí, pero que se documentan en la historia que escribimos sobre ese medio de información.
Al año siguiente, López Obrador era precandidato del PRD a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal (GDF) y, cuando cerró su campaña en el Monumento a la Revolución, el reportero -¿reportera?- de Notimex escribió que el lugar “estuvo cercado por mantas amarillas y negras con el logotipo del PRD, que algunos comentaron como un acto ‘con tufo de corporativismo’, de actos políticos masivos a la vieja usanza del PRI”. La nota no precisó quiénes eran esos “algunos”.
Además, en esa información tácitamente se acusó al político de haberle dedicado “más tiempo al tema del conflicto en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)”, que “a los problemas de la ciudad”.
Eran los tiempos en que aún gobernaba el país el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y las notas sobre el PRD y sus personajes, en particular Martí Batres y Rosario Robles, tenían tratamientos parecidos.
Pero en el siguiente sexenio, ya con el Partido Acción Nacional (PAN) en el poder, cuando el presidente Vicente Fox planteó la desincorporación de diversas empresas gubernamentales con Notimex a la cabeza de la lista, López Obrador cuestionó la decisión. La propia Notimex lo publicó así: “(AMLO) se pronunció (…) a favor de la independencia de la Agencia Mexicana de Noticias (Notimex) sin llegar a su privatización (…) señaló que el gobierno federal tendrá que resolver la situación de Notimex y consideró que los diputados deberán tener imaginación y creatividad para evitar la privatización de esa fuente de trabajo y darle autonomía”.
También “destacó el papel que ha jugado la Agencia Mexicana de Noticias por lo que se deben buscar los mecanismos de mantener la fuente de trabajo de periodistas y funcionarios públicos” y “consideró que no debe existir una agencia gubernamental de noticias y que aunque ha tenido un papel muy vinculado con el gobierno en turno, no es motivo para pedir que desaparezca Notimex”.
Sin embargo, la actitud no menguó. Las notas sobre AMLO, ya jefe del GDF, eran subjetivas. Para documentarlo revisamos algunas de ellas y consultamos a un coordinador de la mesa de redacción, quien admitió que “siempre recibían línea (instrucciones)” de cómo tratar lo relacionado con ese político, y que él la acataba porque “es la chamba”.
Algunas notas tomadas al azar en marzo de 2004 parecen confirmar lo anterior, pues una califica un discurso de AMLO como “encendido”; en todas lo acusan de no presentar pruebas de lo que denuncia, o bien reconocen que “se limitó a leer un documento de unas 10 cuartillas”, pero “su lectura provocó la decepción de los medios de información que acudieron al informe”.
Otra nota informa sobre una disertación “a grito abierto” de López Obrador, quien “careció de autocrítica con excepción de dos líneas y media” y “sólo dedicó tres líneas a uno de los problemas prioritarios de la urbe”. En fin, el hoy candidato presidencial ganador, ofreció en otra ocasión una conferencia de prensa “que inició tarde” y en la que “estuvo visiblemente estresado, cansado y hasta molesto”, según destacó Notimex.
En 2005 el secretario de Gobernación Carlos Abascal dijo a puerta cerrada, en una ceremonia por el aniversario de Notimex, que estaba garantizada “la total imparcialidad del manejo de la información de la agencia (…) de cara a los comicios federales de 2006”. Y que había “girado instrucciones precisas para que Notimex (…) se conduzca con plena imparcialidad y equidad” durante los mismos.
De aquella cobertura sólo hemos podido registrar que, el 1 de febrero de 2006, el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) pidió a Notimex dar “información relacionada con la cobertura que ha hecho de las giras de AMLO y las campañas para la gubernatura del Estado de México”.
Para que el IFAI actuara así, debió existir alguna queja sobre la poca, nula o desproporcionada cobertura de ese candidato, lo cual es creíble porque, en esa línea, después de las elecciones fue censurado en la agencia nuestro artículo sobre los resultados en las urnas, que juzgamos como algo “insólito, inédito, inverose inaceptable”.