El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
La ley de la selva
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Cuánta razón tienen los que estudian la vida y comparten sus conocimientos con nosotros. Una de ellas es nuestra amiga la doctora Rosa Chávez Cárdenas, quien nos confirma que cada época tiene sus neurosis. La era tecnológica no es la excepción. Y la mejor prueba está en Jalisco, con la indecisión de las autoridades que no saben qué hacer con los cadáveres que se les acumulan. La aparición de las redes sociales nos ha atrapado en una adición conductual difícil de controlar. Estamos saturados de información, de manera que los videos con información valiosa pasan desapercibidos, llaman más la atención las noticias falsas. Las imágenes atrapan: sexo, violencia, linchamientos, despiertan el morbo, el chisme, la curiosidad. Es poco lo que sabemos sobre el efecto psicológico de mirar imágenes y videos, a partir del periodismo ciudadano, los psicólogos contemporáneos han descubierto la influencia que ejercen y la adicción que despiertan en el área de recompensa en el cerebro, igual que en cualquier adicción.
La falta de criterio de la mayoría para identificar una noticia falsa causa muchos problemas; en la India, por ejemplo, han asesinado a varias personas. Todo comenzó cuando circularon mensajes falsos que advertían de la presencia de secuestradores de niños. Una familia pasaba por la aldea cuando los pobladores, intuyeron que eran los secuestradores, lo que originó que se fueran contra ellos, y a partir de este crimen, se multiplicaron varios más provocados por la difusión de noticias falsas. El gobierno de la India amenazó judicialmente a whas App y pidió una oficina local para reportar y no depender de Facebook en Estados Unidos, propietaria de la red.
India con más de 200 millones de usuarios es el primer mercado mundial de la red, desde la llegada de los Smartphone y de internet en los móviles, los falsos rumores se multiplicaron en las redes, los usuarios están poco habituados a las noticias falsas, WhasApp limitó su uso y frecuencia para evitar homicidios. Una de las medidas fue que un mensaje solo puede enviarse cinco veces. En nuestro país se limitó a 20 a la vez.
En otro incidente, unas 2000 personas atacaron salvajemente a un joven de 27 años al creer que se trataba de un supuesto secuestrador de niños, WhasApp ofreció 50 mil dólares a las autoridades para hacer frente al problema. En nuestro país estamos viendo lo mismo, justicia por su propia mano. Varias veces recibí un mensaje del robo de niños para vender sus órganos, en mi lógica no cabe que puedan llegar al hospital y pedir que realicen un trasplante con un órgano en la mano, son pocos los hospitales que tienen el equipamiento y escasos los médicos especialistas en trasplantes, es de sentido común para creer en tan falsa noticia. Sin embargo, el mensaje sigue circulando, los usuarios le dan más importancia a compartir que evaluar las falsas noticias.
En nuestro país, pobladores de una comunidad en el estado de Puebla lincharon y quemaron vivos a dos campesinos que confundieron con secuestradores. Como antaño ocurrió con cinco estudiantes, enardecidos por el cura del pueblo, los golpearon y les prendieron fuego. A los pocos días sucedió lo mismo en otra comunidad. Esta violencia salvaje es muy preocupante, y tiene que ver con la falta de confianza en las autoridades y la impunidad del sistema judicial que vive nuestro país. Nos hemos acostumbrado a tanta violencia sin castigo por muertos y desaparecidos, que los impulsos sádicos se salen del control de la consciencia moral. En lugar de avanzar como sociedad humana retrocedimos como especie depredadora.
No es la ley de la selva, porque hasta en la selva los animales respetan su territorio, concluiríamos con respeto.