Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Agua de su propio chocolate
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
En 2017 se registraron 367,789 accidentes de tránsito en México: Estadística de Accidentes de Tránsito Terrestre en Zonas UrbanasySuburbanas El 1.0% de los accidentes de tránsito registrados fueron fatales con 4,394 decesos. En tanto, el 17.6% corresponde a accidentes no fatales y donde se registraron 91,157 heridos. El domingo es el día de la semana en que se reporta el mayor número víctimas con 1,025 muertos y 16,076 heridas.
Y después de este dato oficial del INEGI. Hablamos de un ejemplo:
Mientras caminaba por la calle, un político de alto rango es golpeado por un camión y muere. Su alma llega al cielo y es recibida por San Pedro. «Bienvenido al cielo», dice San Pedro. Raras veces vemos a un alto funcionario en estas partes, por lo que no estamos seguros de qué hacer con usted».
«No hay problema, solo déjame entrar», dice el político. «Bueno, me gustaría, pero tengo órdenes de lo más alto. Lo que haremos es que pases un día en el infierno y un día en el cielo. Entonces podrás elegir democráticamente dónde pasar la eternidad, como ustedes hacen».
«Realmente, he tomado una decisión. Quiero estar en el cielo», dice el político. «Lo siento pero tenemos nuestras reglas». San Pedro acompaña al político al ascensor y baja al Infierno. Las puertas se abren y se encuentra en medio de un campo de golf verde. En la distancia hay un club y frente a él están todos sus amigos y otros políticos que habían trabajado con él. Todos están muy felices y vestidos con extrema elegancia. Corren para saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos que tuvieron al enriquecerse a costa de la gente. Juegan un amistoso partido de golf y luego comen langosta y caviar. También está presente el diablo, que realmente es un chico muy amigable y se divierte con los chistes. Se lo pasan tan bien que, antes de que se dé cuenta, es hora de irse. Todos le dan un gran abrazo y despiden. El ascensor sube. La puerta se abre de nuevo en el cielo, donde San Pedro lo espera. «Ahora es el momento de visitar el cielo». Así pasa las 24 horas con el jefe de estado con un grupo de almas contentas En las Nubes que, tocan el arpa y cantan. San Pedro regresa. Has pasado un día en el infierno y otro en el cielo. Ahora elige tu eternidad». Reflexiona por un minuto el jefe de estado y responde: «Bueno, nunca lo habría pensado, quiero decir que el cielo ha sido delicioso, pero creo que estaría mejor en el infierno». Así que San Pedro lo acompaña al ascensor y baja, al infierno. Las puertas se abren en medio de un terreno estéril cubierto de basura y desperdicios. Todos sus socios y amigos están vestidos con harapos, andrajos que recogen la basura y ponen en bolsas negras.
El diablo se acerca al hombre y le pone un brazo en el cuello. «No entiendo», balbucea el político. «Ayer estuve aquí y había un campo de golf y un club donde comimos langosta y caviar y lo pasamos muy bien.
Ahora todo es un páramo lleno de basura y mis amigos se ven miserables».
El diablo lo mira. Sonríe y dice Claro.
Ayer hicimos campaña. Hoy votaste por nosotros