El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Un día después mañana
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
¡Qué susto!
Lo platica el escritor, poeta y periodista don Octavio Raziel:
Un científico de la NASA ha advertido que «la congelación más salvaje» en la historia moderna está a punto de agarrar a la Tierra en un abrazo helado, cuando el sol ha entrado en uno de los mínimos solares más profundos de la Era Espacial, reduciendo – -valga el gerundio– las temperaturas a mínimos históricos.
Y nos explica que han pasado 12,000 años y el hielo, como llegó, de manera intempestiva, está reculando.
En uno de los glaciares se encontró a un antiguo habitante de lo que fue la Meseta Americana. También aparecieron vestigios de una civilización que quedó sepultada bajo cientos y cientos de metros de hielo.
Y sobre el momento actual, sostiene que dos de los pronosticadores de terremotos y otras catástrofes, Alex Backman (un millón de seguidores) y Mnoni Vidente (unos trescientos mil) han anunciado que la aceleración de la Falla de San Andrés, en California, y la presión del magma sobre el súper volcán de Yosemite son avisos de catástrofes inevitables a muy corto plazo.
Antes anunciaron terremotos frente al Pacífico mexicano (Leyenda de Casandra) Afortunadamente, los dos profetas nunca le han atinado a alguno de sus anuncios.
Sin embargo, y ya más serios, recientemente han aparecido muchas evidencias de que algo extraño está ocurriendo con el campo magnético de la Tierra; pero pocos lo han tomado en serio.
Los geofísicos han externado su preocupación por el bamboleo del planeta. Algunos aficionados a la astronomía han notado que las Pléyades (Orión) no coinciden con el registro celeste conocido y que las ubicaciones a simple vista de algunos planetas han sufrido un desplazamiento.
Los ciclones se movieron al norte del hemisferio norte y las placas madre de la Tierra provocaron terremotos de significativa intensidad. El mar congelado en EEUU y el Sahara con nieve son avisos de un cambio del eje terrestre, algo que en pasadas eras geológicas ya ha ocurrido.
Los científicos sugieren que la pérdida de masa de las capas de hielo de Groenlandia y de la Antártida, que se derriten rápidamente, podrían contribuir al desplazamiento del eje de rotación hacia el Este terráqueo. Hay cambios que se manifiesta en “un déficit de agua en Eurasia; en el subcontinente indio y en la zona del Mar Caspio”, según han detectado algunos estudiosos del tema.
El corrimiento ha sido observado con detenimiento por científicos de todo el mundo y se publicaron datos que aseguraban que el Polo Norte ya se ha movido en unos cuantos años hasta… ¡260 km al sur!
De continuar este cambio en el eje terrestre –dicen- se generará un cataclismo de proporciones enormes que cambiarán dramáticamente la vida sobre la Tierra.
Se observaron, en estudios realizados los últimos 200 años, movimientos del campo magnético terrestre, de manera misteriosa, hacia el Oeste. Los “conspiracionistas” advierten que las élites ocultan la inminente “inversión de los polos” (que no lo será tanto, pues sólo se desplazará el campo magnético unos 45 grados) lo que generará un cataclismo de proporciones nunca vistas. Este desplazamiento del eje magnético de la Tierra realmente es posible y se ha producido varias veces en el pasado geológico, según advierten los catastrofistas. Los vestigios de eras glaciales pasadas así lo indican. «En general, la redistribución de la masa sobre y dentro de la Tierra, como los cambios en la tierra, las capas de hielo, los océanos y el flujo del manto, está afectando la rotación del planeta” se ha dicho. La comunidad científica, en especial los geofísicos, han advertido, este año de 2018, que ese desplazamiento está a la vuelta de la esquina. El presidente de los Estados Unidos, en tanto, puso en marcha el pasado día 3 de octubre un sistema de alerta de emergencia inalámbrica (WEA por sus siglas en inglés) que hará sonar TODOS los teléfonos muy alto cuando se presente «algún impacto directo en la vida o la seguridad» de los ciudadanos estadunidenses. ¡Algo sabrá! ¿Qué tan rápido? Sólo recordar que la última era glacial se dio con tanta prisa (hace 12,000 años) que se han encontrado mamuts con la comida en proceso de masticación, sin siquiera deglutir.
Se acuerdan de la película “Un día después de mañana”, pues esa sería la respuesta.
Qué susto.