Abanico
La Medalla
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Fue el licenciado Virgilio Arias Ramírez, vicepresidente de la sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, uno de los galardonados con la medalla “Ignacio Manuel Altamirano”.
(Para perpetuar en nuestra memoria sus virtuosas aportaciones educativas –Decreto del Ejecutivo Federal en 1940– se creó la medalla «Maestro Altamirano», que consiste en una Medalla de Oro y una recompensa económica, con la finalidad de premiar a maestros que se entregan durante 50 años a la honrosa labor docente.
El 13 de febrero de 1993 se escribió su nombre con letras de oro en los muros de la Cámara de Diputados. Y desde el 13 de noviembre de 1934 en el centenario de su nacimiento, se encuentran sus restos en la Rotonda de las personas ilustres).
Y que mejor exponente para comentar la vida de éste prócer y sabio educador mexicano. Se lo pedimos para ilustración de muchos, entre ellos nosotros. Nuestra gratitud a don Virgilio.
Nos recuerda que como maestro, Altamirano, diputado pulió las bases del proyecto de Ley de instrucción primaria gratuita, laica y obligatoria el 5 de febrero de 1882.
Fue oriundo de Tixtla, Estado de México en aquel entonces.
Luego se convirtió en guerrerense al surgir como nueva Entidad Federativa el Estado de Guerrero, en memoria al héroe Vicente Guerrero Saldaña, a propuesta de otro patriota mexicano que fue su primer Gobernador el general Juan Álvarez Hurtado.
Sotelo Inclán, (investigador y autor del proyecto facsimilar en 1984), rescató la declaración del propio Altamirano que pronunció en el Congreso de Americanistas en 1890 él dijo: “soy el primer indio civilizado que viene a Francia”.
Cierto porque para escribir los ensayos de Xicoténcatl, Moctezuma, Cuauhtémoc y la Piedra de Tizoc, afinó el idioma Náhuatl. El español lo dominó hasta los 14 años en el Instituto Literario de Toluca. Además aprendió el alemán, el francés y el griego.
Después estudiaría en el Colegio de San Juan de Letrán, de la Ciudad de México.
Reiteramos que como Maestro, Altamirano, diputado pulió las bases del proyecto de Ley de instrucción primaria gratuita, laica y obligatoria el 5 de febrero de 1882.
También para la fundación de la Escuela Normal de Profesores de Enseñanza Primaria.
Como ministro de Justicia e Instrucción Pública Joaquín Baranda, en base al proyecto del Maestro Altamirano, el 24 de febrero de 1887 fue inaugurada la Escuela Normal de México, en la cual colaboraron inicialmente: Justo Sierra, Miguel Serrano, Miguel Schultz, Joaquín Noreña, Manuel Cervantes, Alberto Lombardo, etcétera. Después Altamirano fundaría El Liceo de Puebla.
Cultivó varios géneros y estilos literarios.
Amó las leyendas, las costumbres y las descripciones de paisajes de México.
Fue cuando el pueblo vivía cansado de los abusos del clero, y su población empobrecida que también sufría la desbocada ambición de los enemigos de las Leyes de Reforma.
En la masonería en el año de 1870 le fue otorgado el grado 33, máximo galardón para los que representan una vida transparente de virtud.
Después del periodo de conflictos militares, se dedicó a la docencia. Trabajó como maestro en la Escuela Nacional Preparatoria, en la de Escuela Superior de Comercio y Administración y en la Escuela Nacional de Maestros.
El Presidente Benito Juárez, el 12 de octubre de 1865 desde Paso del Norte, Chihuahua., envía a Ignacio Manuel Altamirano, el nombramiento de Coronel.
Desde estudiante fue soldado, pero el ascenso se le concedió por sus méritos en las diferentes batallas en las que participó con valentía temeraria.
Finalmente el 19 de junio de 1867 el iluso austriaco Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena, fue fusilado en el Cerro de las campanas, Querétaro, con los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía.
Ignacio Ramírez Calzada “El Nigromante” e Ignacio Manuel Altamirano Basilio fueron dos hombres certificados en la educación, cultura y periodismo del siglo XIX.
Y con ellos la patria pudo superar las calamidades llegadas del exterior, con la complicidad de Juan Nepomuceno Almonte, José Marino Salas, la iglesia y su arzobispo Pelagio Antonio Labastida y Dávalos.
El nombre e imagen del maestro Altamirano permanecen en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, porque fue su Presidente y fundador de la biblioteca “Benito Juárez”.
En este auditorio “Libertador Miguel Hidalgo”, con la presencia del Secretario de Educación Pública y el Presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, el 12 de febrero de 1993, en la ceremonia del centenario de su fallecimiento, se le rindió emotivo homenaje luctuoso.
Y se entregó reconocimiento a la doña Catalina Sierra Casasús, descendiente directa de Ignacio Manuel Altamirano Basilio y Justo Sierra Méndez, el “Maestro de América”.
Altamirano recordaba que su nacimiento fue un día 13, y ya abogado se casó en día 13 con Margarita Pérez Gavilán en 1859.
Y predijo que moriría un día 13. Así sucedió el 13 de febrero de 1893, a los 58 años en San Remo, Italia, donde fue incinerado.