Escenario político
Ya no hay medicamentos
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
A nuestros hermanos Teodoro y Silvia, por sus cincuenta y cinco años de felicidad conyugal, solamente recordarles que el lenguaje de la amistad no son las palabras sino los sentimientos. Y los sentimientos están por encima del lenguaje. Yo CRG
Qué pueden explicar sobre la falta de medicinas”, en el IMSS y el ISSTE. Ya no existen. Porque las venden.
Sobre fármaco dependencia legal nos explica la doctora Rosa Chávez Cárdenas
Debemos reflexionar hasta que logremos construir un nuevo estado de conciencia.
En la búsqueda de sentirse bien de sus estados mentales que afectan el estado de ánimo, muchas personas se atrapan en la farmacodependencia, se vuelven clientes cautivos de fármacos con efectos secundarios.
Las empresas farmacéuticas han invertido fuertes sumas de recursos materiales y humanos para que el usuario suponga que es la única terapéutica.
La creencia ya está introyectada, y es difícil asimilar el hecho de que la materia no es simplemente “material” sino energía con complejas interacciones.
La física cuántica ha demostrado la interconexión del todo con sus partes; no hay realidad desconectada de la mente que la piensa. No solo somos entes biológicos, somos seres complejos: bio, sico, social.
La filosofía holística, ecológica y espiritual, nos ofrece una alternativa al realismo materialista, cree en la capacidad del organismo a recuperarse de las enfermedades y de las perdidas por dolorosas que parezcan.
Es un hecho, el hombre moderno sufre de frustración existencial, sus síntomas no siempre pertenecen a patologías clasificadas en el manual de los trastornos mentales que utilizan los psiquiatras.
El origen de la insatisfacción brota de los conflictos morales, en donde el vacío existencial desempeña una función importante. En la era moderna se ha incrementado el sentimiento de vacío, el individuo al socializarse perdió parte de los instintos animales básicos que le daban seguridad y de las tradiciones culturales que le servían de soporte a su conducta.
Como efecto carece del instinto que le diga lo que tiene que hacer y no tiene tradiciones que le digan lo que debe hacer. El problema actual es la cantidad de estímulos, los cerebros están tan acelerados que se pierde la atención.
A los niños los vuelven farmacodependientes para mantenerlos quietos y obedientes, en lugar de aprovechar su temperamento y su energía.
Inmersos en el consumismo y la vida desechable el ser humano ya no sabe lo que quiere, vive una paradoja; se conforma con hacer lo que otros hacen o hace lo que otros quieren que haga.
Al no encontrarle significado a la vida, va de un extremo a otro, entre la tensión y el aburrimiento. No todos los conflictos pertenecen al área de la neurosis o la psicosis y nadie está exento de cierta dosis de conflictos, de hecho, es normal y hasta saludable.
El sufrimiento, la frustración, el aburrimiento no son siempre patológicos, acostumbrados al fármaco para evadir el dolor y no enfrentarlo, los procesos se complican, es ahí en donde se atrapan en la dependencia.
Es triste él resultado, años ingiriendo pastillas, parecen zombis, anestesiados para no sentir; se despersonalizan, afectan su metabolismo de manera que aumentan de peso, pierden el deseo de vivir, la energía vital, la libido.
Como cualquier adicción, la inversión es alta, la diferencia es que una es legal y la otra ilegal. Es un hecho la empresa más productiva después de la venta de armas de los estados Unidos es la industria farmacéutica.
Las teorías coinciden, para ser feliz, se necesitan dos cosas: alguien a quién amar y un trabajo que nos guste.
Para la recuperación hay otras opciones: terapias alternativas, y la psicoterapia, no debe crear dependencia, tiene que ser breve, de acompañamiento, ayudar a resolver culpas, conflictos, traumas de la infancia, recuperar autoestima, desbaratar nudos y encontrar un hilo conductor.
Como dijo el ex presidente Barack Obama: “El futuro recompensa a los que siguen adelante. No tengo tiempo para sentir pena por mí mismo, no tengo tiempo para quejarme. Voy a seguir adelante”.
Así debemos actuar, abundaríamos nosotros doña Rosa.