Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Viejo yo. No
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Antes, lo que nos dicen dos nietos:
“Jejeje… Los años son sólo un número.
“La experiencia y vivencias no se miden en números.
“De ahí, viejo es el único que se auto limita por su auto adjudicado calificativo.
“Un abrazo muy apretado abo. Jorge Ravelo Barba y Mariana, desde Barcelona, España.”
En su leída columna, la escritora y poeta, doña Rosa María Campos, habla de los vencedores del tiempo, los viejos.
Responde por ellos, por nosotros. Y nos presume en un diálogo, con su ánimo festivo de siempre:
“Eres un viejo amargado, me dijeron y yo contesté.
No soy viejo, soy sabio.
– Si, cómo no.
Eres un decrepito.
– Viejos, los viejos árboles Y reverdecen. Yo He reverdecido.
-¿Tu reverdeciste?
-Claro, tales por cuales. Sólo me preocupo por mí.
Me niego a comprar amor, cariño.
No agrado a nadie para que me acepte.
Me he vuelto asertivo, selectivo.
He dejado ir apegos, preocupaciones innecesarias.
Hui de las personas tóxicas.
-Viejo, qué va.
Cambié las tontas fiestas y reuniones por la música y la lectura. No me preocupa la moda, ni el corte de pelo. Ya ni tengo.
Cambie el tequila por moderadas copas de vino rojo y muchas tazas de té verde.
Adopte el vegetarianismo y mi panza se aplano.
Rio, canto, bailo y todos los días agradeciéndole a Dios, mi gran jefe, estar consciente para aprender de las lecciones que EL me manda.
Ahora soy prudente, amable con mis torpezas.
Me gustan mis arrugas, mis canas.
Mi forma lenta de caminar. Deje de competir.
Me caen bien los jóvenes platico con ellos, bromeo con ellos. Juego con mis nietos, apapacho a mis hijos.
Le hablo o escribo a mis antiguos amigos.
Cultivo un jardín
Me levanto a la hora que quiero, me aseo, me pongo presentable y salgo al mundo con mi corazón que late, aún, de amor. Yo viejo, ja, ja, ja”.
Debemos confesar que doña Rosa María Campos, que vive plácidamente en su finca cafetalera en Coatepec, Veracruz, es madre del periodista Alfredo Lamont Campos y de otros con digna profesión y abuela consentidora. De muchos
Pero sobre todo espléndida amiga y colega periodista.