Corrupción neoliberal
No se ha dado cuenta o la puerta giratoria
Larga vida a una democracia. Muerta, pero no se ha dado cuenta.
Vivan las renuncias habidas y por venir. Nos irá mejor. Me canso, ganso.
Para el “Chapo” Guzmán, como ejemplo a otros de acá, la justicia americana pide, como pena, prisión de cadena perpetua y 30 años más.
Nuestros jueces, los honestos justicieros, aplicarían, 10 años, 10 meses, tres semanas, seis días, catorce horas, doce segundos.
Una multa de 19 pesos o un dólar.
Y seguir el juicio con base a la puerta giratoria. Es decir, como sucede, entra y sale de la cárcel.
Por qué mejor no hablar de otros genios.
Y para los de casa. Que se sienten soñados. Ponemos un ejemplo a seguir.
Winston Churchill un político con muchas buenas frases en su haber.
Sin embargo, una favorita es su explicación sobre por qué la democracia, con todos sus defectos, sigue sólida.
La pronunció durante un discurso ante la Cámara de los Comunes el 11 de noviembre de 1947:
«De hecho, se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, a excepción de todas las otras formas que se han probado de vez en cuando».
El ex senador Bob Dole era conocido por su lengua afilada, y durante la Cena Anual del Gridiron Club de 1983, celebrada en Washington DC, contó una historia sobre cómo un día vio a los tres ex presidentes, Gerald Ford, Jimmy Carter y Richard Nixon. Uno al lado del otro, y no pudo evitar comentar: «¡Mira! No escuches el mal, no veas el mal… y el mal».
Buena, senador. Muy atinado.
Golda Meir fue la primera ministra de Israel, y esta fue una de sus frases más famosas, citada por primera vez en el New York Times, el 18 de marzo de 1969, para poner a sus compañeros diplomáticos en su lugar: «No seas tan humilde, no eres tan genial».
Oh, eso duele.
Lyndon B Johnson trigésimo sexto Presidente de los Estados Unidos, durante una entrevista realizada en 1964, no pudo evitar notar las similitudes entre ser el Presidente y ser un burro:
“Ser presidente es como ser un gato, en una tormenta de granizo. No hay nada que hacer sino pararse allí y tomarlo».
Pero seamos justos, señor presidente. Al menos para el burro, ¡la tormenta termina! Le respondieron.
Hemos guardado la mejor frase de Patricia Schroeder para el final. Cuando a esta congresista de los Estados Unidos le preguntaron sobre su mandato, cómo podía ser congresista y madre al mismo tiempo, su respuesta prácticamente lo cubrió:
«Tengo un cerebro y un útero, y uso ambos».
Ahí queda eso.
Hubiéramos querido transmitir frases de nuestros políticos. Pero no encontramos ninguna digna de usar. Ni ninguno digno, de mencionar.
Hasta ahora.