La nueva naturaleza del episcopado mexicano
A los que dicen que el poder enloquece
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Coincidimos en lo que piensa don Abraham Mohamed. Y repetimos:
“En lo personal creo que el Presidente López Obrador hará lo que se le pegue la gana en su sexenio y hasta después……
Pero si estás disgustado o afectado por las acciones de su gobierno solo quedan dos opciones para frenarlo u obligarlo a rectificar o quitarle el poder, y son:
1.- No votes en las próximas elecciones del 2021 por los candidatos de Morena para Diputados y Senadores –que serán los de él- y así se evitará que siga el mayoriteo en el Congreso de la Unión. Ni por sus candidatos para las gubernaturas de los 12 Estados que se renovarán, y
2.- Si de veras estás a disgusto con su forma de ejercer el mando vota en su contra cuando se haga la Revocación de Mandato y tal vez se logre sacarlo de Palacio Nacional.
Recuerda lo que él mismo dice:
“El pueblo pone y el pueblo quita”.
Cierto, aunque les duela, el pueblo manda.
Vale la pena revisar la historia de injusticias y esclavitud de millones de personas que han fallecido, no por hambre, sino por hambre de justicia
Las patologías mentales, comúnmente llamadas locura, son estados alterados de conciencia que perturban el uso de la razón a quién los padece.
Las locuras de reyes y gobernantes en la historia, parecen novelas de la imaginación de escritores, pero la realidad supera la fantasía.
Los pueblos han soportado historias de terror por sus gobernantes.
Imaginemos el sufrimiento de los pueblos con gobernantes tan salvajes que gozaban del poder absoluto, tan dementes que les cortaban la cabeza.
Que absurdo en lugar de buscar otro castigo, en Francia se inventó la guillotina.
Recordemos algunos de los gobernantes más psicópatas, violentos, despiadados y ambiciosos.
Nos ilustra, claro, la doctora Rosa Chávez Cárdenas.
Entre los más sádicos, Calígula, mataba por diversión.
El Emperador Chengdu, de China, gobernó a los 14 años, adicto a los juegos de guerra.
Justiniano II líder del Imperio Romano de Oriente, padecía esquizofrenia, de los peores de la historia, perdió la mitad de Italia a favor de los persas; hacía cosas extrañas para no escuchar las voces en su cabeza.
Carlos VI de Francia, gobernó a los once años, corría por el castillo aullando como lobo, totalmente fuera de la realidad, mataba sin control. Fue derrotado por su primo en una guerra civil.
El rey Faruq de Egipto, ludópata, cleptómano, comedor compulsivo, le decían el estómago con cabeza, hasta agradeció a Hitler por invadir su país.
Alejandro Magno, uno de los imperios más grandes de la antigüedad, mandó crucificar al médico por la muerte de su amigo. Iván el terrible, gobernó a los 14 años, después que asesinaron a sus padres. Alimentó a sus perros con un miembro de su gabinete y masacró a su pueblo.
Erik XIV rey de Suecia, padecía paranoia, asesinaba al que se reía frente a él.
Juana I de Castilla llamada la loca, sufría paranoia.
Hitler, entre los más megalómanos de la historia moderna, lo comparan con Calígula.
Kim Jon II, padre del actual, aficionado a la pornografía.
Gadafi, tenía un harem de mujeres que posteriormente lo acusaron de violación.
Ceausescu de Rumania, de lo más brutal y represivo, la esposa inyectó Sida a niños para buscar la cura de la enfermedad.
Los gobernantes dementes no se han extinguido, la ventaja en los tiempos modernos es que unidos podemos derrocarlos como lo han hecho en Brasil, no es el caso de Venezuela en donde pasa algo similar que en Siria.
Rusia y Estados Unidos se disputan el poder. Cuidado con Putin, tiene ya mucho poder.
América, no se escapa de los enfermos de poder, entre los conocidos Trump, megalómano, narcisista, vengativo, sabe que el fin justifica los medios.
Y con su verticalidad la doctora Chávez Cárdenas, platica, escribe, que en México, el presidente López Obrador, presentó en su conferencia mañanera la petición de un ciudadano en donde apela a la ley de transparencia para que le realicen estudios psiquiátricos de su salud mental. Acató a decir, “me los tengo que hacer”
El presidente afirma que Benito Juárez se adueñó de su cuerpo y gobierna a través de él.
Y nos platica, ella, que se obsesionó por llegar a la presidencia, y que ya en funciones, como buen pastor ofrece dádivas a los ciudadanos para aumentar su clientela, mientras el país sufre los recortes y la mala administración de la economía.