Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Sobre la una a la una
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Antes otro amigo y poco bebedor nos advierte:
“Estimado amigo: recibí tus saludables (por el tema) últimas Nubes de enero.
Espero que el domingo no nos dejes ayunos con el pretexto de la aguacatiza en Miami o la tamaliza en México.
Yo espero pasar ese día con mis libros y cero estreses.
Quedo a la expectativa del curso sobre la modalidad «una a la una». Abrazos. Antonio Aspiros”.
Bueno, Salud.
Quienes tenemos ojos verdes detentamos un carácter muy atrayente.
Para su fortuna, según el estudio realizado por los científicos, los ojos verdes pertenecen a las personas más equilibradas, pues tienen el carácter fuerte, pero a su vez son calmadas y tranquilas.
Y bebebemos con moderación. Así es.
Al respecto debemos confesar que antiguamente decíamos una letanía para tomar una copa, antes de comer y otra después.
Y las aprendimos de los restoranes de lujo, en donde el sentarse uno a comer, el mesero nos preguntaba:
Algún aperitivo. Y escogíamos tequila, mezcal –como don F—aguardiente de caña o ron. Con el tiempo comenzó el wiskisito, el vodka, la manzanilla, el oporto, el Martini y muchos más.
Al terminar la comida, otro propio nos preguntaba:
Un digestivo. Nos pronunciábamos por el coñac, si era francés o brandi español. O anís del Mono.
El aperitivo era, se decía, no para el vicio, sino para abrir el apetito. Y el digestivo, en ayuda a la digestión. Por las viandas que se servían: blanco para el pescado, rojo para carne y rosado para las verduras.
En estas épocas de poca cortesía, en cualquier comedero, el camarero o la galopina, te plantan un programa—con nombres y precios– y te dicen: Son los vinos y los licores. Escoja. Y punto.
Para evitar todo ese atropello decidimos simplificarlo con una sola frasecita: “Una a la una”.
Y si vieran qué éxito ha tenido.
Durante un tiempo, no recordamos cuánto, hemos invitado a los amigos, conocidos y colegas a beber una copa diaria, a la una de la tarde. Como desde siempre acostumbramos. En ocasiones, son más. Ahora muy remotamente.
Vaya pues, una a la una.
Como admonición añadimos:
Una de las resoluciones de año nuevo más comunes es dejar de beber alcohol.
Después de diciembre y enero, llenos de fiestas y reuniones muchos de nosotros queremos comenzar con una desintoxicación para sentirnos renovados.
Pero, ¿puede la abstinencia de alcohol durante 30 días realmente hacer la diferencia?
¡Los expertos en salud afirman que sí!
Para aquellos que se consideran «bebedores asiduos».
El consumo recomendado de alcohol sería de hasta 1 bebida por día para las mujeres y hasta 2 bebidas para los hombres.
Si tu consumo está normalmente dentro de ese límite, los beneficios para la salud pueden ser menos relevantes para ti (de hecho, beber alcohol con moderación tiene un efecto positivo en el bienestar psicológico y la salud cardiovascular).
Si sientes que excedes la cantidad recomendada por día o simplemente estás preparado para el desafío, estos son los beneficios para la salud de reducir el consumo de alcohol durante 30 días.
Alivio para el hígado.
Es bien sabido que el hígado es el órgano que sufre el mayor daño por beber en exceso.
La buena noticia es que el hígado tiene la capacidad de regenerarse y sanar, por lo que el daño es reversible. Tomará algunas semanas, pero una vez que dejes de beber en exceso, las grasas del hígado se disolverán.
Hábitos alimenticios equilibrados.
Además de las bebidas que tienen muchas calorías, el alcohol también aumenta el apetito.
Decir no a esas papas fritas sin duda será más difícil después de haber tomado algunas bebidas alcohólicas.
La razón de esto es, según un estudio publicado en el Journal off Obesity en 2015, el alcohol aumenta los sentidos.
Incluso una intoxicación leve aumentará la actividad cerebral en el hipotálamo, lo que te hará más sensible al olor de los alimentos y es probable que comas más.
Otros resultados.
Dormir mejor.
El alcohol es un depresor, por lo que ralentiza tu cuerpo y puede hacerte sentir somnoliento.
Sin embargo, una vez que estés dormido, es probable que tu sueño se vea interrumpido, ya que trabaja horas extras para metabolizarlo.
Una vez que todo se metaboliza, puede despertarse abruptamente e interferir con la importante etapa REM del sueño.
Bloquea las señales entre las neuronas y causa los síntomas inmediatos de intoxicación: comportamiento impulsivo, dificultad para hablar, mala memoria y reflejos lentos.
Cuando se bebe regularmente más de la cantidad recomendada, la capacidad intelectual puede sufrir daños más prolongados, como problemas con la fluidez verbal, memoria, atención y percepción de distancias.
Ojo, tartamudos, olvidadizos y los que no atinan la llave en la cerradura de casa.
Tomar un descanso de la bebida le da a tu cerebro la oportunidad de recuperarse y recuperar esas habilidades. Y beber con moderación aumenta el colesterol bueno (HDL).
Limitar tu consumo de alcohol es importante para la salud cardiovascular, y para lograr resultados aún mejores, puedes agregar un entrenamiento a tu rutina, por supuesto.
Como todo lo demás en la vida, la palabra clave es moderación.
Si no estás interesado en dejar de beber por completo, pero deseas moderar el consumo, el desafío de 30 días es una excelente manera de comenzar.
Y como nosotros, con noventa años, tomarse una a la una, es además de brindar, una satisfacción.