Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Mejor, échate otra.
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Para los que quieran repetir, un mensaje sin destinatario. Aún.
Nos acaba de insistir nuestro colega del Club Primera Plana, don Javier Martínez Rivas, casi, casi hermano, que quien quiera repetir, lo puede lograr muy sencillo.
Con bicarbonato. Se va a oír en todo el país.
Y sobre una a la una y para repetir, agrega: Mejor échate otra. Salud.
Aprovechamos el brindis para ofrecerlo en honor de nuestro hermano Eduardo Ravelo Galindo, que mañana lunes le arreglan el ojo derecho.
Afortunadamente en un sanatorio privado con médicos capacitados.
La primera respuesta es de la poeta, escritora y colega doña Rusia MacGregor, desde Colima, don vive y padece una pequeña gripa, que no gripe, como la escriben muchos genios.
Porque sería agripe da, no agripada.
Nos escribe:
“Yo ni una a la una ni a las cuatro, en tanto no se termine el tratamiento que me dieron para la influenza. Cuando me empareje seguramente me pondré muy alegre. Anotaré cuántas a la una y cuántas a las 4. Besos.”
Muy linda y los recibimos.
Tardíamente nos pidieron, así, sin más, échate otra. Nosotros obedientes esperamos que dé la una, para una. Y les recordamos con toda honestidad, para que no se engañen, que no se conoce al vino por la etiqueta.
Si no por el sabor o como diría nuestro difunto suegro don Melchor Reyes González, cuando su esposa Conchita le preguntó luego de hacer un gesto al primer trago:
“Si no te gusta, entonces, por qué bebes”.
¡Por los efectos, Concha! ¡Por los efectos!
Y luego de este breviario cultural, cumpliremos con una a la una, sin hacer gestos.
Pero antes déjenme platicar lo que un estudiante respondió a su maestro en un examen oral de derecho a la pregunta:
“¿Qué es para ti un fraude?”
“Para mí fraude es lo que usted practica ahora”.
El maestro indignado le pregunta:
¿por qué dices eso?”
– “Porque según el código penal, comete fraude toda aquella persona que se aprovecha de la ignorancia del otro para perjudicarlo”.
Y para no salir del tema debemos reconocer, entre otras situaciones que:
Para los aduladores no hay rico necio, ni pobre discreto.
En casa abierta, hasta el más justo, peca.
Ni ausente sin culpa, ni presente sin disculpa.
Aprende llorando, reirás ganando. (Valga el gerundio, si no, no rima) No hay atajo, sin trabajo.
De mala berenjena, nunca buena calabaza.
A caballo nuevo, caballero viejo.
Júntate con los buenos y serás uno de ellos
Al agradecido, más de lo pedido.
Vida sin amigo, muerte sin testigo
Paris no cayó en una hora. Sigue en pie.
Y les recordamos con toda honestidad, para que no se engañen, que no se conoce al vino por la etiqueta.
Salud. Ya es la una.
Y seguimos sin repetir.
Ya se acabó para nosotros, el carbonato.