
De frente y de perfil
Medítalo
Cuando Dios creó al perro le dijo: «Siéntate todo el día junto a la puerta de tu casa y ladra a cualquiera que entre por delante. Por esto te daré una vida útil de veinte años.»
El perro respondió: «Eso es demasiado tiempo para ladrar ¿Qué te parece tan sólo diez años y te devuelvo los otros diez?»
Y Dios dijo que le parecía bien.
Cuando creó al mono, le dijo: «Entretén a la gente, haz trucos, y hazles reír. Por esto, te daré una vida útil de veinte años.»
El mono dijo: «Monerías durante veinte años es mucho tiempo ¿Y si te devuelvo diez años como hizo el perro?»
Y Dios dijo de nuevo que le parecía bien.
Cuando creó a la vaca le dijo: «Debes estar en el campo con el agricultor durante todo el día, trabajar bajo el sol, tener terneros y dar leche para apoyar a la familia del agricultor. Por esto te daré una vida útil de sesenta años.»
La vaca dijo: «Es una vida muy dura para vivirla durante sesenta años ¿Qué hay de veinte años y te devuelvo los otros cuarenta?»
Una vez más Dios pensó que la solución era buena.
Cuando Dios creó al hombre, dijo: «Come, duerme, juega, y disfruta de la vida. Por esto, te daré veinte años.»
Pero el hombre se inconformó, como siempre y le dijo: «¿Sólo veinte años? podrías darme mis 20 años, más los 40 que la vaca te devolvió, los diez del mono, y los diez que el perro te devolvió.
Son ochenta en total ¿Estás de acuerdo?»
Dios lo estuvo.
Y está es la razón por la que durante nuestros primeros veinte años comemos, dormimos, jugamos y disfrutamos de nosotros mismos.
Durante los siguientes cuarenta años, debemos trabajar y mantener a nuestra familia como la vaca.
Durante los siguientes diez años hacemos monerías para entretener a los nietos.
Y durante los últimos diez años, nos sentamos en el porche de casa y ladramos a todo el mundo.
Por eso te pedimos que lo medites
craveloygalindo@gmail.com