Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Algunas moralejas y un chascarrillo
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Las historias que tienen moralejas y mensajes detrás de ellos son siempre muy poderosas, ya que dan mucho en que pensar.
Por ello decidimos platicar otras en el que cada historia corta tiene una gran moraleja detrás.
Pero antes para reír.
Estaban dos viejos, muy viejos y mañosos, en el juego de dominó, y de pronto comienzan a charlar sobre los achaques del envejecimiento, uno de ellos dice:
A nuestras esposas les afecta mucho más llegar a esta edad y lo peor es que ellas se niegan a admitir que se hacen viejas y tratan de esconder sus achaques.
Tienes razón, pero yo encontré un buen truco para hacerle ver a mi mujer que envejece a través de esta prueba.
Si quieres saber si tu esposa se está quedando sorda, colócate a 10 metros de ella y hazle una pregunta.
Después, cuando veas que no te responde, te acercas otros 5 metros, luego otros 2 metros y después 1 metro.
Y entonces no le quedará más que aceptar que realmente se está quedando sorda.
Al otro le agrada la propuesta y cuando vuelve a casa se coloca a 10 metros de su esposa y le pregunta con voz fuerte:
Mujer, ¿qué has preparado para la cena?
No recibe respuesta alguna.
Entonces se acerca a 5 metros y le hace de nuevo la misma pregunta.
De la misma forma, no recibe respuesta, así que se acerca a 2 metros y le vuelve a preguntar:
Nada. Sigue sin recibir respuesta.
El hombre, para comprobar el buen funcionamiento del truco de su amigo, se aproxima a apenas un metro y entonces grita:
Mujer, te he preguntado varias veces lo mismo y no me has contestado, ¿qué has preparado para la cena?
La esposa se voltea y bastante enojada le dice:
Y yo te respondo por cuarta vez viejo sordo:
¡Que no he preparado nada para cenar, pedí una pizza!
Seguimos con algunas moralejas.
La gente visitaba a un hombre sabio y solo se quejaban de los mismos problemas una y otra vez.
Un día, el sabio decidió contarles una broma y todos rieron a carcajadas.
Después de unos minutos, les contó el mismo chiste y solo unos pocos sonrieron.
Luego contó el mismo chiste por tercera vez, pero ya nadie reía ni sonreía.
El sabio sonrió y dijo: «no se puede reír de la misma broma una y otra vez. Entonces, ¿por qué siempre lloras por el mismo problema?
Moraleja: la preocupación no resolverá tus problemas, solo te hará perder el tiempo y la energía.
Dos amigos caminaban por el desierto. En una etapa de su viaje, tuvieron una discusión y uno le dio una bofetada al otro en la cara. El que recibió una bofetada se lo tomó muy mal, pero sin decir nada, escribió en la arena:
«hoy mi mejor amigo me dio una bofetada en la cara».
Siguieron hasta que encontraron un oasis, donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado quedó atrapado en el fango y comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salvó.
Después de que se hubiera recuperado de su conmoción, escribió en una piedra: «Hoy mi mejor amigo me salvó la vida».
El amigo que abofeteó y salvó a su amigo le preguntó:
«Después de hacerte daño, escribiste en la arena y ahora, escribes en piedra, ¿por qué?»
El otro amigo respondió:
«Cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en arena donde los vientos del perdón pueden borrarlo».
Pero, cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo «.
Moraleja: no valores solo las cosas materiales de la vida, sino a las personas que tienes.
La verdad, siempre destaca.