Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Virtual, palabra maravillosa
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Por tus noventa y dos años cumplidos, felicidades Saúl Uribe Ahuja. Amigo de siempre.
Para quien no lo sabe.
Rusia Mc Gregor González interviene.
Como siempre, tiene razón nuestra querida Rosa Chávez Cárdenas.
Por alguna razón que yo todavía no entiendo, cuando se le aconseja a alguien ir con un psicólogo o psiquiatra, la contestación es inmediata: ¡No estoy loco(a)!
La salud mental es importante para todos.
Menos desastres habría si todos tuviéramos una sana salud mental.
Después de esta desgracia por el virus, mucha gente va a necesitar terapia intensiva. La mayoría tienen pánico y no precisamente escénico. Besos.
Pero ya la noche quedó atrás.
Virtual viene de virtud. Palabra maravillosa.
Educación en pantalla, chica, mediana, grande. Como diría Carlos Monsiváis:
…y en medio de nosotros: la Tablet como un Dios.
Pero ahora, más que nunca, la posibilidad de recibir educación virtual para los niños y jóvenes, ha convertido en virtuoso lo que nada más era virtual.
Porque virtuoso, es lo que se ejercita en la virtud u obra según ella.
Virtual deriva de virtud que significa, poder, fuerza o facultad y significa que tienen existencia aparente, no real.
Y ese es el punto clave, porque las reuniones a través de los medios digitales, son una realidad, aunque, efectivamente, las personas, las cosas o las imágenes que aparecen en ellas, no estén “físicamente” presentes.
Mejor dejemos que el escritor y maestro Ramón Ojeda Mestre, nuestro amigo, lo explique cabalmente., nos advierte.
Como la venganza de las palabras
Nos dice “Mientras esto tecleamos, millones y millones de estudiantes de todo México y de las más diversas edades, reciben o estudian lecciones de sus aulas distantes, de sus profesores intermediados y la escuela toda se volvió virtual.
Ya desde hace años, las computadoras, las tablets y los celulares o “Smartphones”, se han convertido en los adiccionantes instrumentos de los jóvenes y adultos.
Pero ha sido, en esta vorágine sanitaria, que a padres y maestros no nos ha quedado más remedio que aceptarlos y utilizarlos como la más formidable palanca pedagógica, cultural y recreativa para evitar el desplazamiento exhogar de los educandos.
No habrá reversa, pase lo que pase, la educación digital y las reuniones amistosas o de trabajo pasarán a ser parte apabullante y rentable de nuestras acciones cotidianas.
Las llamadas plataformas o aplicaciones corren, si no es que vuelan, a tentarnos o a dotarnos de “caricias todas nuevas”.
Desde la casa de cada maestro, desde el café o desde un parque público con “Wifi”, se impartirá la lección, sin posibilidad de darle reglazos o varazos como los que recibimos nosotros en primaria.
No, lo de “la letra con sangre entra” quedó atrás, como la Noche quedó atrás de Jan Valtín. Escritor israelí que refleja el holocausto provocado por los nazis
No es fácil colegir si a corto plazo, será mejor o peor la educación digital o a distancia, porque “dicen que la distancia es el olvido, pero yo no concibo esa razón”, pero el hecho es que amplifica o ensancha inmensamente la posibilidad de llegar a masas y tiempos nunca vistos.
Las clases quedan “colgadas” en el ciberespacio o “En las nubes” para el momento que más acomode al estudioso y las reuniones de trabajo entre empleados o jefes.
Entre científicos o entre los maestros, entre el arquitecto y los albañiles, entre el agrónomo y los campesinos, inter omnes y erga omnes.
Hoy con esta perversa pandemia, ya se vio que tenemos, acceso a casi todos los libros del mundo, sino a todos los audios, videos, periódicos y a casi todo el conocimiento.
Sí, señor, la noche quedó atrás.