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Armas ciudadanas
En honor a ellos
Sí, es cierto que el maestro es la mano que despeja tristezas. El rostro que difunde alegría. Y el amigo que con su enseñanza nos infunde el ánimo a vivir.
Este Día del Sufrido Maestro, en su honor, transcribo el pensamiento escrito por dos de ellos: el de doña Tere Gurza y como colofón el de don José Antonio Aspiros Villagómez.
La escritora nos advierte que “Para descansar de la saturación política de las campañas y sus millones de spots, dejaré de lado esta semana el tema de los candidatos a la presidencia.
Pero como voy a escribir sobre algunas peculiaridades del idioma español, no puedo evitar decir que los cinco lo hablan mal.
Y curiosamente quien a primera vista parece el más salvaje, El Bronco, es el que mejor se expresa; lo sigue Anaya.
Margarita carece de sintaxis, se hace bolas y termina diciendo disparates.
Meade aparece angustiadísimo y si pretende que poco le entendamos, lo logra.
El puntero, no lo habla de corrido y es tan deshilvanado, contradictorio y lento, que a veces pienso que no es su idioma materno y que, abrumado de flojera, tiene que ir traduciendo.
Y palabra que a estas alturas, ya no sé si amaneció a favor o en contra, de la construcción del nuevo aeropuerto; y si al ondear su pañuelo blanco, está pidiendo rabos y orejas de los empresarios, o proponiéndoles amor y paz.
Lo penoso es que si así son estos cinco, que se supone debían ser los mejor preparados para gobernarnos, no quiero imaginar lo que sucederá con los aspirantes futuros; sujetos de una educación tan deficiente, como la que tenemos.
Recuerden que los resultados parciales del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea) publicados a fines de 2015, revelaron que los alumnos de sexto de primaria a tercero de secundaria de escuelas públicas y privadas, tienen muy bajo nivel en lenguaje y comunicación; y no entienden lo que leen.
Y que los datos obtenidos de las pruebas aplicadas a 248 mil 721 pupilos de seis mil 975 escuelas del país, indicaron la urgencia de fortalecer el trabajo pedagógico.
“Los resultados son preocupantes, tanto por lo que nos dicen respecto a lo que aprenden los alumnos del Sistema Educativo Nacional, como por lo que descubren de inequidades entre tipos de escuelas y zonas donde se ubican” dijo a El Universal hace algunas semanas, la consejera presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Irene Schmelkes del Valle.
Y llamó a dimensionar, el tamaño del reto que enfrenta el sistema educativo en cada una de las entidades federativas.
Me parece triste y frustrante que, en la más importante premisa para el desarrollo de las personas y los países que es la educación, no logremos avanzar lo que debiéramos.
Y el reto ahí es semejante al que existe en otros rubros, y que solo se explica por la desigualdad que nos caracteriza.
En fin, pasando a las “curiosidades” del idioma español que son términos que utilizamos sin darnos cuenta de su peculiaridad, podemos mencionar entre otros los siguientes:
Y el filólogo Aspiros:
“Hola, Tere: Cuando yo iba a la secundaria (uff) la palabra más larga era ‘otorrinolaringología’, que tiene tres caracteres menos que la actual, que tú mencionas.
Y por lo demás, creo que los resultados sobre comprensión de parte de los estudiantes, deberían basarse no en la lectura -algo anticuado o desconocido para ellos-, sino en las imágenes de que están saturados sus aparatitos nanotecnológicos: desde eso que llaman emoticones y memes, hasta las páginas mismas de internet, donde las más exitosas son las que comunican sus mensajes con imágenes, no con textos, o con textos fragmentados y convertidos en imágenes por su variedad de tamaños, colores, ubicación en la pantalla y otros trucos. Los nuevos cerebros no dan para más.
Desde luego que lo lamento, pero el que está mal soy yo por estar entre quienes ya vamos de salida: pertenezco a una generación que felizmente aprendió a leer, y leo. Y por lo general entiendo lo que leo, o si no, releo y consulto en mis diccionarios, que para eso tengo muchos.
Si las nuevas generaciones se comunican y entienden de otra manera, allá ellos, lo malo es que así no resulta fácil la relación entre mayores y menores de edad.
La ventaja para los viejitos, es que en su mayor parte sí comprendemos los dibujitos del nuevo idioma digital; son muy elementales.
Pero temo que esa involución avance y al final lleve a los humanos del futuro comunicarse con gruñidos (dibujados, claro). Pero será su problema, su reto y su realidad.
Les mando un abrazo”.