Corrupción neoliberal
Lo celebramos con chiles en nogada
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Una acotación del compositor, pianista y amigo don Eduardo Sánchez Madrid, sobre Antonio Badú:
“El Barítono de Argel era Emilio Tuero, bautizado así por don Pedro de Lille, distinguido locutor de la XEW, cuando la radio valía la pena. Un abrazo afectuoso don Carlos”.
Volvamos a la historia.
En 1822 tuvo lugar la jura de lealtad a México y en ese ambiente fue coronado Iturbide como el emperador Agustín I.
Aun cuando renunció al año siguiente y fusilado en 1824, fue reconocido hasta el Porfiriato como el consumador de la Independencia.
Iturbide fue borrado de la historia (oficial, cabría añadir) por el hecho de coronarse emperador, porque en un país republicano debía dejarse en claro que nunca más habría un imperio.
En un régimen republicano no puede ponderarse un imperio, enfatizamos.
También se cumplirán en 2021 dos siglos de los populares chiles en nogada, pues luego de derrotar a los realistas en Puebla, Iturbide entró a dicha ciudad con su ejército Trigarante el 2 de agosto de 1821 y las monjas le prepararon un banquete con ese platillo tricolor.
Y que mejor que dos historiadores José Antonio Aspiros Villagómez con información de Norma Vázquez Alanís, al alimón, nos lo recuerden.
Son personas que siempre piensan y nos hacen pensar en la patria. Gracias a ellos.
Respetamos y nos unimos al homenaje a don Fausto, el progenitor, por sus ciento dos años. Sí, amigo lector leímos bien 102.
Para el hermano Alfonso Aspiros Villagómez, por su regreso a México y por cumplir una década más de vida.
Los incluimos en dos siglos de nuestra historia escrita.
En el año 2021 se cumplirán cuatro bicentenarios relacionados con la Independencia de México, según recordó en una conferencia virtual sobre el tema el miembro de la Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG), filial Veracruz, Ernesto Rivera Pernía.
Se trata de la promulgación del Plan de Iguala el 24 de febrero, la firma del Tratado de Córdoba el 24 de agosto, la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México el 27 de septiembre y la firma del Acta de Independencia del Imperio Mexicano el 28 de septiembre, todos ellos en 1821.
Figura principal en las cuatro fechas fue el militar anteriormente realista Agustín de Iturbide, quien pactó la paz y una alianza con el jefe insurgente Vicente Guerrero durante un encuentro (posterior a un intercambio de correspondencia) que no mencionan las diversas fuentes consultadas por este tecleador, pero que conocemos como “el abrazo de Acatempan”, y habría tenido lugar el 10 de marzo de aquel mismo año.
Durante su charla, el ingeniero e historiador Rivera Pernía expuso algunos hechos previos, derivados de la promulgación de la Constitución de Cádiz en España y el cautiverio del rey Fernando VII por órdenes de Napoleón Bonaparte, que fueron propicios para la consumación de la Independencia.
Comentó que, en el Plan de Iguala, el nombre dado al pretendido nuevo país en lo que ya era entonces capitanía y no virreinato de Nueva España, fue el de América Septentrional.
Y que, según consignó Iturbide en sus memorias, él escribió ese documento fundacional, pero los nuevos historiadores opinan que fue obra de un grupo.
Así, cuando España envió a México a Juan de O’Donojú y O’Ryan, de ascendencia irlandesa, éste ya no vino en calidad de virrey, sino como teniente general de la Capitanía de Nueva España y las provincias septentrionales.
Fue con él con quien Iturbide discutió el Tratado de Córdoba (o los Tratados, porque las copias de cada negociador tienen distinto nombre), consistente en un pacto militar donde lo más destacado fue el cambio de la denominación América Septentrional, por la de Imperio Mexicano.
La entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México con Iturbide al frente, es considerado por algunos historiadores el final del proceso de la consumación de la Independencia porque significó un punto de no retorno, dijo el conferencista.
Al día siguiente, fue firmado el otro documento fundacional, el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, basada en el binomio Plan de Iguala-Tratado de Córdoba.