Declaraciones de México y Oaxaca/David Colmenares Páramo
Lloremos a los vivos, no a los muertos
Es un sencillo consejo para mañana Día de Muertos Chiquitos:
No lloremos a los muertos. Lloremos por los vivos aún.
No podemos pasar por alto este chascarrillo que nos platica Abraham Mohamed Zamilpa, en Candelero.
Transcribimos el texto íntegro, no tiene desperdicio alguno:
“Doctor, si muero atropellado y tengo COVID, cuento como muerto por pandemia?.
Si tiene COVID y muere atropellado, muere por pendejo. Porque debería estar en cuarentena en su casa”
Mejor reír que llorar. A poco no.
Y ya en serio, sobre gente culta.
Juan Rulfo, nacido el 16 de mayo de 1917 en el pueblo de Pulco, México y fallecido el 7 de enero de 1986 es uno de los escritores más talentosos que ha tenido Latinoamérica.
Además de escritor de recordados cuentos como Pedro Páramo y El Llano en Llamas, fue guionista e incluso fotógrafo en los años ’50.
Su obra es reconocida en todo el mundo y es el autor mexicano más leído, traducido, leído y estudiado en el planeta.
Libros de Juan Rulfo
Pedro Páramo. 1955.
El llano en llamas. 1953.
Diles que no me maten. 1951.
Juan Rulfo: Oaxaca.
El imperio de la fortuna. 1986.
La fórmula secreta. 1965.
El gallo de oro. 1964.
El despojo. 1960.
Pedro Páramo. 1955 (2004)
Opera prima de Rulfo, (1955), la cual según Rulfo fue escrita en tan solo 5 meses, vendida incontables veces.
La novela habla relato en primera persona de Juan Preciado, el cual prometió a su madre en su lecho de muerte que regresaría a Comala para reclamarle a su padre, Pedro Páramo, lo que les pertenece.
Preciado, cuyo nombre no conocemos hasta avanzada la novela, sugiere que no tenía intenciones de cumplir esta promesa hasta que comienza a tener visiones subjetivas de Comala y de Pedro Páramo, que finalmente lo llevan a empezar su viaje….
Posicionada entre las mejores 100 novelas del siglo XX por el periódico español «El Mundo»
El llano en llamas. 1953:
Recopilación de cuentos de Rulfo, publicado en 1953, cuentos como; «El día del derrumbe» y «La herencia de Matilde Arcángel» dan forma a esta obra.
Algunos de los cuentos pueden situarse históricamente en la época de la Revolución de 1910 y La Guerra Cristera, como «El Llano en llamas» y «La noche que lo dejaron solo», o en el período inmediatamente posterior a estas, como «Paso del Norte»
¡Diles que no me maten! 1951.
—¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad.
Con una entonación que puede estremecer hasta el corazón más frío el relato «Diles que no me maten» por su forma escrita (1951, el llano en llamas), tanto como en la narración del propio Rulfo, ha trascendido de tal manera que hoy en día siguen influyendo a quien por alguna lo leyó, cada quien en diferentes
Les platicamos de él:
Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, también conocido como Juan Rulfo (Apulco, San Gabriel, distrito de Sayula, Jalisco, 16 de mayo de 1917 – Ciudad de México, 7 de enero de 1986), fue un escritor, guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la generación del 52.
Su reputación se asienta en dos obras narrativas: El Llano en llamas, compuesto de diecisiete relatos, publicado en 1953, y su novela trascendental Pedro Páramo6, publicada en 1955.
Juan Rulfo fue uno de los grandes escritores latinoamericanos del siglo XX.
En sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía, cuya acción se desarrolla en escenarios rurales y posteriores a la Revolución Mexicana.
Caracterizado como una leyenda de México, que se reconocía como un individuo introvertido, tímido y enigmático. Rulfo era silencioso, realista, celoso de su intimidad, crítico, creativo.
Sus historias evidencian los aportes a la literatura hispanoamericana y mundial, en ellas muestra tradiciones cristianas e indígenas.
Presentan diversas situaciones socioeconómicas de pueblos con carencias, falta de oportunidades, soledad, relación entre la naturaleza y el hombre, formas de composición humana, ejemplos de relaciones entre el hombre y el mundo, realidades concretas y medioambientales.
Sus personajes representan y reflejan la tipicidad del lugar con sus grandes problemas socio-culturales, enhebrados con un mundo quimérico.
La obra de Rulfo, y sobre todo Pedro Páramo, es el parteaguas de la literatura mexicana que marca el fin de la novela revolucionaria, lo que permitió las experimentaciones narrativas, como es el caso de la generación de mediados del siglo XX en México o los escritores pertenecientes al boom latinoamericano.
Pero tienen razón. No fue poeta.