
Dieciocho acciones para el Bienestar
Del cuartelazo militar y otro atentado a la prensa
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
El director general editorial y de contenidos de Quadratin Estado
de México, Quintana Roo, Querétaro y Oaxaca, Gabriel Flores
Archundia, informó de la agresión que este lunes 22 de febrero realizó
un grupo de personas encapuchadas en contra de la infraestructura y
del personal.
Quadratin ha sido un medio de comunicación siempre abierto a
las expresiones de la sociedad, sin embargo, por los daños causados
y las amenazas al personal, presentarán la denuncia correspondiente.
La turba de siempre culpable del imperdonable atentado al digno
representante de la libertad de prensa.
Unimos nuestra protesta.
Y del Diario Oficial de la Federación, que nos acerca el abogado
Jorge Alberto Ravelo Reyes, el Instituto Nacional de Estudios
Históricos de las Revoluciones de México, nos explica la muerte de
Madero y Pino Suárez.
Pero antes nos explica también por qué hoy miércoles 24 de
febrero de 2021 es Día de la Bandera.
Los Estados nacionales poseen símbolos patrios que encarnan
su identidad, unión, independencia, soberanía y valores cívicos.
Cada símbolo expresa esos valores con elementos visuales.
En el caso de México, la conformación de los símbolos patrios
conjuga los orígenes prehispánicos con la consumación de su
independencia y la consolidación del Estado Nacional mexicano.
El 24 de febrero de 1821, el general brigadier Agustín de Iturbide
dio a conocer el Plan de Iguala por el cual se proclamó la
Independencia de México del imperio español.
Iturbide había acordado con jefes políticos y militares realistas y
con el general insurgente Vicente Guerrero, el fin de la guerra, iniciada
11 años atrás en el pueblo de Dolores, Guanajuato, por Miguel Hidalgo
y Costilla.
El Plan de Iguala ostentó como lema Tres Garantías:
“Independencia, Religión y Unión”, que figuraron en una bandera
confeccionada en la villa de Iguala, para ser portada por el Ejército
Trigarante que consumó la independencia e hizo su entrada triunfal en
la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.
Los colores verde, blanco y rojo caracterizaron desde entonces
el lábaro patrio.
Un elemento sustantivo de la Bandera Nacional es el Escudo
que nos identifica como mexicanos.
Sus orígenes se remontan al mito fundacional de la Ciudad de
México-Tenochtitlan, en 1325.
En tiempos de la Independencia Nacional, los ejércitos de
Morelos utilizaron banderas en cuyo centro figuraba un águila posada
sobre un nopal.
En 1821, la bandera Trigarante de Iturbide no tenía al águila
como escudo sino tres estrellas doradas.
El 2 de noviembre de 1821 se publicó el primer decreto sobre las
características de la Bandera Nacional, conformada por tres franjas
verticales en verde, blanco y rojo, en cuyo centro reposaba un águila
coronada posada sobre un nopal.
Con el establecimiento del Estado republicano, en 1824, la
bandera mexicana adquirió sus rasgos esenciales con la disposición
de los colores verde, blanco y rojo en posición vertical, y en el centro
del blanco el Escudo Nacional, que consta de un águila real posada
sobre un nopal, devorando una serpiente.
En el transcurso de los siglos XIX y XX, el Escudo Nacional tuvo
diferentes modificaciones en cuanto a su disposición, orientación y
estilo, hasta su conformación actual.
En la actualidad, de acuerdo con la ley expedida el 8 de febrero
de 1984, última reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación
de 30 de noviembre de 2018, los símbolos patrios de nuestro país son
el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional.
Por medio de esta ley se definen sus características, sus usos
oficiales, las fechas cívicas y el protocolo a seguir para su debido
respeto y honores.
Aparecen en la documentación oficial, las monedas, las
ceremonias cívicas, en oficinas, edificios y plazas, entre otros espacios
públicos, y en torneos deportivos nacionales e internacionales.
Y ahora hablemos sobre el cuartelazo militar del traidor
Victoriano Huerta, tal como lo reconoce la secretaría de Gobernación
“El 9 de febrero de 1913 inició el cuartelazo militar que puso fin al
gobierno democrático del presidente Francisco I. Madero.
Ese día, un sector del ejército federal encabezado por Manuel
Mondragón, liberó de la prisión a Bernardo Reyes y a Félix Díaz,
presos por levantarse en armas contra el gobierno.
De manera infructuosa los rebeldes intentaron tomar el Palacio
Nacional.
Murió en la acción Bernardo Reyes.
Félix Díaz se refugió en la fortaleza militar de La Ciudadela, en el
centro de la Ciudad de México.
Madero, para sustituir al general Lauro Villar quien había sido
herido al impedir la toma de Palacio Nacional, nombró al general
Victoriano Huerta como encargado de someter a los golpistas.
En lugar de acabar con los traidores, Huerta entró en tratos con
ellos. Sacrificó a una parte de las tropas leales al gobierno en ataques
infructuosos a la Ciudadela.
Celebró un pacto con Félix Díaz, en la embajada de Estados
Unidos con el apoyo del embajador estadounidense Henry Lane
Wilson, para derrocar al presidente Madero.
Dio órdenes para apresar a Madero y al vicepresidente José
María Pino Suárez en Palacio Nacional, donde los obligó a firmar su
renuncia, a cambio de respetar su vida y la de sus familias para partir
al exilio en Cuba.
Sin embargo, faltó a su palabra. Huerta urdió una maniobra legal
para que el presidente interino que sustituyó a Madero, Pedro
Lascuráin, lo nombrara secretario de Gobernación, hecho lo cual
Lascuráin renunció a la presidencia con lo que Huerta se hizo cargo
del Poder Ejecutivo de la Nación.
Ordenó el asesinato de Madero y de Pino Suárez.
El 22 de febrero, alrededor de las once de la noche, Madero y
Pino Suárez recibieron la orden de alistarse para salir.
Abandonaron el recinto presidencial en dos automóviles que se
dirigieron al oriente de la ciudad.
Al llegar a las inmediaciones de la Penitenciaría de Lecumberri
fueron obligados a descender de los vehículos.
Madero fue acribillado por la espalda.
Pino Suárez corrió la misma suerte.
Una vez perpetrado el doble homicidio, los asesinos vaciaron la
carga de sus pistolas sobre los vehículos para aparentar un supuesto
ataque de los maderistas.
Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, desconoció al
gobierno usurpador y encabezó al movimiento armado para
restablecer el orden constitucional.
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