Mujeres mexicanas memorables (6)
Cuidemos a los niños
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Con infinita gratitud a la escritora, periodista y poeta doña Rusia
MacGregor que, desde su oriunda Colima, Colima, sugiere:
“De mis bendiciones, es para leerse una y mil veces Carlos
querido. Siempre encontrará el lector algo nuevo, algo interesante,
pero, sobre todo, ese estilo tan peculiar que te caracteriza en todo lo
que escribes y haces. Es una Bendición leerte. Besos”.
También al colega José Antonio Aspiros Villagómez que
pondera, propone, plantea, y expone una idea para la mesa directiva.
Sí, del Club Primera Plana. Al fin que no se trata de obras
comerciales ni de escritores profesionales, sino de difusión y apoyo a
los autores ocasionales, que somos muchos dentro del CPP.
“Estimado amigo: Veo en tus Nubes que a finales de este año se
cumplirá una década desde que privilegiadamente fue editado tu libro
Mis bendiciones.
Coincido con la valoración que hizo el maestro Raúl Gómez
Espinosa acerca de la obra.
E insisto en que nuestro Club debería poner a trabajar a la
comisión editorial, que se ha renovado en cada nuevo comité directivo
sin muchos resultados.
Si no hay dinero para imprimir libros (o no hay padrino$ para
todos), que hagan ediciones digitales, pero no con simples archivos de
Word convertidos a PDF como hago yo en plan de aficionado con mis
Textos reunidos y los de Norma mi esposa.
Sino de manera profesional: con portada y contraportada, diseño
y formato, ilustraciones, corrección de estilo (muy necesaria),
corrección orto tipográfica (inevitable) y, desde luego, su distribución o
publicación por medios digitales”
Y luego de este auto vituperio, nuestra proposición sin mácula:
Los rasgos de un buen padre son corregir con firmeza, ser capaz
de perdonar y no humillar a su hijo.
La recomendación de Pitágoras sigue vigente: “educa a los niños
y no será necesario castigar a los hombres”
Tiene toda la razón el gobierno de Jalisco, cuando pide cárcel a
los padres que maltraten a sus hijos.
Lo traemos a colación sobre ahora que, dicen, hay luz verde
para abrir las aulas.
Al respecto pedimos la opinión de una eficiente maestra y
doctora la jalisciense doña Rosa Chávez Cárdenas que sin más no
escribe al respecto.
No omitimos sus puntos de vista. Dignos de tomarlos en cuenta.
El gobierno de Jalisco en plena pandemia se dio a la tarea de
sancionar en asuntos privados. Se va directo a la amenaza, al castigo
y a las multas económicas.
El tema se convirtió en asunto mediático, al aprobar una ley
propuesta por el gobernador Enrique Alfaro, el Congreso de Jalisco.
Reformar los códigos penales y civiles de Estado, así como
la ley de los Derechos de los Niños, Niñas y adolescentes.
La reforma establece que la patria potestad confiere derecho,
deber y responsabilidad al aplicar la disciplina de manera prudente en
la crianza de los hijos, de manera que queda prohibido el castigo
corporal.
Los papás que den nalgadas de manera severa podrían terminar en
prisión de seis meses a cinco años o perder la tutela de sus hijos.
El niño puede hacer la denuncia cuando sea víctima de
castigo corporal. El juez será el encargado de ver si procede la
denuncia del menor.
Queda la duda si la premura por aprobar la ley es cortina de
humo o es un tema electorero.
La violencia intrafamiliar y cualquier tipo de violencia ya estaba
tipificada como delito, incluso hasta quitarles a los hijos y dejarlos en
resguardo de las instituciones y después de un tiempo por medio del
juez decidir si regresan con sus padres.
La otra duda es por qué, no consultaron a profesionales expertos
en el tema antes de aprobar la ley.
El problema actual en cuanto a disciplina es muy complejo: las
familias están desintegradas, carecen de empleo, les falta autoridad
con los hijos, no saben aplicar los límites, los niños son irreverentes y
no respetan la autoridad.
Las consecuencias de la época actual son los problemas
sociales que nos aquejan: abuso de drogas, embarazo en las niñas,
obesidad, desintegración familiar.
Además, los causados por la pandemia: crisis sanitaria,
económica, social, mental, pobreza y los que ya teníamos causados
por la delincuencia y el narcotráfico.
El gobierno tiene la obligación de dar alternativas antes de
enviarlos a prisión.
Se me ocurre, dice doña Rosa que sería ideal mandarlos a un
retiro un par de semanas y ofrecerles terapia grupal, cursos de manejo
de conflictos, control de impulsos, de nutrición para que aprendan
a alimentarse, así matamos dos pájaros de un tiro: la obesidad y la
diabetes, además; muy importante de economía doméstica, porque
gastan más de lo que ganan.
Se les hace fácil, amenazar, asustar, cobrar multas y mandar a
prisión.
Pero, son tantos los delincuentes que no hay espacio en las
cárceles según la directora de una prisión que hasta duermen
parados.
Anteriormente la educación incluía el golpe físico, hasta los
maestros daban sus reglazos, muchos de mi generación recibimos
castigos severos y comentamos que no estamos traumados.
No todos pueden decir lo mismo.
La educación que recibimos tenía como base: el respeto, la
disciplina, el temor a los padres y a Dios.
Las reglas tan estrictas nos dieron formación y mucha tolerancia
a la frustración.
Desde que entró la psicología en los medios de comunicación, el
enfoque fue el maltrato físico y psicológico y se cometió el error de
decir que todo es trauma.
Así que pasamos de la cultura autoritaria al extremo de la
permisividad y el consumismo.
Hoy en día los hijos se han vuelto pasivos, dependientes de la
tecnología y de sus padres, de manera que se han incrementado los
“ninis”.
Los padres no saben cómo educar, no quieren el modelo de sus
padres y no saben poner los límites con firmeza.
Pegar a su hijo es legal en los 50 estados de los Estados
Unidos cuando se trata de ejercer disciplina.
No hay una ley federal que regule cómo actuar en estos casos y
cada estado posee sus propias leyes que determinan cuándo se cruza
la línea entre la disciplina y el abuso.
Incluso es legal dar nalgadas o golpear a los niños en las
escuelas públicas de 19 estados como una forma de imponer
disciplina.
[email protected]