Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
La experiencia de vivir
Queremos comenzar con algo anecdótico de cuando éramos pequeños, doña Jessica Quiñonez Ramírez. Y acaso habías olvidado:
Les contamos, con el debido respeto, solo veíamos malos ejemplos:
Tarzán andaba desnudo.
La Cenicienta llegaba a medianoche sin zapatos. Y Pinocho decía mentiras.
Aladino era un ladrón.
La Bella Durmiente era una tremenda vaga que dormía todo el día.
Blanca Nieves vivía con siete tipos.
Caperucita Roja no le hacía caso ni a su abuela.
A todo ello, una sugerencia. Sencilla: no sigamos su ejemplo.
Y ahora lo serio Jessica. Gracias.
Todos apreciamos y disfrutamos de cosas muy diferentes, todos tenemos diferentes orígenes y hemos elegido desiguales caminos en la vida, pero hay una experiencia mutua que nos une a todos, incluso a todos nuestros antepasados y las generaciones venideras.
Nada menos la experiencia de vivir y compartir nuestro planeta entre nosotros.
En momentos en los que vivir en el presente puede parecer una lucha, recordar la profunda bendición que es el ser y experimentar la vida en todos sus aspectos puede levantarle el ánimo.
Especialmente cuando se acompaña de hermosas palabras sobre las maravillas de la vida pronunciadas por algunas de las mentes más grandes del pasado y del presente.
Aquí tienes hermosas citas de vidas que esperamos que aprecien tanto como nosotros.
Solo vives una vez, pero si lo haces bien, una vez es suficiente. Buenos amigos, buenos libros y una conciencia adormecida: esta es la vida ideal.
La vida es como andar en bicicleta. Para mantener tu balance debes seguir moviéndote.
Mi mamá siempre decía, la vida es como una caja de bombones. Nunca sabes lo que vas a conseguir.
La vida es una flor cuya miel es el amor.
En tres palabras puedo resumir todo lo que he aprendido sobre la vida y continúa.
La mejor forma de predecir su futuro es crearlo.
La salud es el mayor regalo, la alegría es la mayor riqueza, la fidelidad es la mejor relación.
Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir para siempre.
Como yo lo veo, si quieres el arcoíris, tienes que aguantar la lluvia.
La vida no es un problema para resolver, sino una realidad para vivir.
La gran lección de la vida, cariño, es nunca tener miedo de nada ni de nadie.
Si quieres vivir una vida feliz, átala a una meta, no a personas o cosas.
Si la vida fuera predecible dejaría de ser vida y carecería de sabor.
La vida es realmente simple, pero los hombres insisten en complicarla.
Muchos de los fracasos de la vida son personas que no se dieron cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se rindieron.
Transforma tus heridas en sabiduría.
Y a propósito, compartimos una reflexión de nuestro amigo el escritor José Antonio Aspiros Villagómez, sobre unas Nubes pasadas:
“Estimado amigo:
Me emocionó la lectura del texto de tu sobrina María Teresa. Me recordó experiencias semejantes durante mis años idos.
De hecho, mi madre y yo nacimos en la casa de mis abuelos, y en ella viví mis primeros casi 22 años.
En 2017, antes de dejar la Ciudad de México, fui a ver por última vez esa casa, pero solamente por fuera porque mi abuelita, viuda desde 1952, la vendió (y así la cerró para siempre) en 1970.
Cuando sea grande, o al menos cuando me vacunen, trataré de escribir sobre esa que también fue mi casa con la misma calidez del texto que hoy nos compartes, y no con la frialdad involuntaria pero inevitable porque no se me da otro estilo, con que suelo teclear cualquier tema. Salud”.
Y Teresita del Carmen Casas Ravelo:
“Mi querido y amado tío güerito Ravelo, me transportaste con lágrimas en mis ojos, nudo en mi garganta y mi corazón lleno de gratitud y amor a mis amados abuelitos Tere y Memo sin lugar a dudas a recordar la frase favorita de mi abuelita … ven te daré tú cuelga.
Era una emoción tremenda ver cómo de su monederito rojo sacaba su dinero que guardaba con tanto ahínco y amor para mí y supongo para sus nietos más cercanos o quizá todos, fines de semanas de ir y venir de mis tíos, primos, sobrinos, sobrinas nietos puffff cuántos recuerdos me llegaron al alma.
Gracias por existir, por escribirme, por quererme cómo lo haces porque nunca te he agradecido tú amor limpio e incondicional a mi persona y por supuesto a mi familia que es la tuya.
Te admiro, respeto y amo Carlos Ravelo y Galindo hoy mañana y siempre, jamás lo olvides. Bonita noche”
Y una más, perdón, sobre las Nubes de “cuando se cierran las puertas”, desde Colima, Colima, donde vive, de la poeta Rusia Mc Gregor González:
“Cuan cierto.
Cuando se fueron de este mundo mis abuelos maternos, fue como si la familia no hubiera existido. Poco se ven o se preocupan de lo que esté pasando.
Cuando podía ir seguido a Mazatlán, los reunía.
Recuerdo que, en una ocasión, una de las primas preguntó que cuándo se reunirían nuevamente. La contestación fue: cuando vuelva la Rusia.
No se han vuelto a reunir. La última vez que los vi fue en el sepelio de mi madre”.