Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Del texto educativo gratuito y del daño educativo
Del daño a la educación, la tragedia que viene, nos escribe don Fernando Alberto Irala Burgos, primero y del texto educativo gratuito, don Jorge Herrera Valenzuela, después.
Leamos con calma ambas exposiciones.
El rezago en materia educativa salta a la vista.
Llevamos más de un año sin clases presenciales, y aunque ha habido un esfuerzo por sustituir la escuela por sistemas de educación a distancia, los resultados son más bien negativos.
Según cálculos del INEGI, alrededor de cinco millones de alumnos de todos los niveles han abandonado sus estudios, no se inscribieron al actual ciclo lectivo, o simplemente dejaron de seguirlo.
Uno de cada seis estudiantes que teníamos antes de la pandemia, hoy lo hemos perdido.
Muchos de ellos no tienen acceso a internet, y aunque hay ejemples heroicos de profesores que tratan de suplir la falta de las tecnologías actuales, en gran número de casos se opta sencillamente por dejar los cursos.
El daño a largo plazo es incalculable. Lo sería en cualquier momento de la historia de nuestro país, pero en un momento en que el planeta evoluciona a sociedades basadas en el conocimiento, el rezago para el desarrollo nacional será terrible.
Más todavía, porque de manera previa se ha aplicado una política encaminada a desalentar la investigación y el conocimiento científico.
En las evaluaciones internacionales en materia educativa que periódicamente se llevan a cabo, México calificaba muy mal respecto a los países de la OCDE, donde se agrupan las economías más fuertes del mundo entre las que se incluye nuestra nación.
No hace falta decir que en las próximas los resultados mexicanos empeorarán.
¿De veras somos ejemplo para el mundo?
No en el manejo de la pandemia, donde ahora el número de muertes comienza a crecer de nuevo, sin que nunca haya disminuido mucho.
Tampoco en materia económica, donde se ha producido una espantosa mortandad de empresas y una caída del empleo y el ingreso de la mayoría de los mexicanos.
Y menos en materia educativa, donde la tragedia está por escribirse.
Leamos a don Jorge. Explícito y profundo:
Gobierno y ciudadanos difieren sobre el texto educativo gratuito. Pero no se ponen de acuerdo ni con la secretaría de educación como árbitro.
No es de extrañarse ni debe alarmar a nadie el que algunos pasajes, sobre todo relacionados con la historia sean modificados y se
incluyan narraciones de los sucesos de represión de los gobiernos priistas y de la presión sindical que, por cierto, ahora está en manos
de la dirigencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación, la CNTE, cuyo silencio es peligroso porque ya se
aproxima el Día del Maestro.
Mejor se decretan cinco años para que se guarde el secreto de quienes intervinieron en la nueva concepción.
Encontramos que el colega Jorge Herrera Valenzuela, en su cotidiana información, nos describe fecha y nombres de quienes crearon el libro de texto gratuito. En tiempos del general Lázaro Cárdenas del Rio, presidente
Y, con su permiso, lo damos a conocer.
Pero antes lo que ocurre en este sexenio.
El 13 de febrero de 2019, durante un acto en que se recordaba el 60 aniversario de los Libros de Texto Gratuitos, Esteban Moctezuma Barragán, manifestó que en el recién iniciado gobierno “estamos trabajando en lo que será un nuevo modelo educativo, porque a partir del modelo surgen los planes y los programas.
Obviamente esto lo recogerán los Libros de Texto Gratuitos en las materias que queremos sea integral, en que se dé un nuevo enfoque con esta educación y, en particular, también la historia
tendrá nuevos contenidos”.
Por esas fechas, de acuerdo con el titular de la SEP, ya estaba instalado un grupo de trabajo con profesores, pedagogos, historiadores y padres de familia. La misión era redactar textos actualizados.
Moctezuma Barragán dijo que “en el aula, el Libro de Texto Gratuito desempeña el papel de herramienta, acervo, fuente de referencias y compendio de conocimientos”
El proyecto terminado iba ser presentado en 2020, pero no fue así.
Aunque no lo informaron, se supone que la pandemia frenó los
trabajos.
El cambio del responsable de la SEP, pudo ser otro factor determinante para no concluir el trabajo en el tiempo señalado.
Comenzaba este cuarto mes del año, abril, cuando se supo de la orden para acelerar la revisión de los 18 libros, redactar los nuevos textos, diseñar las portadas y en cuatro semanas entregar el proyecto
completo.
Quienes saben de este tipo de trabajos, el tiempo mínimo es de un año. El alto mando lo quiere para antes de las elecciones federales del domingo 6 de junio, que ya están a la vuelta de la esquina.
Apenas hace unos días trascendió que la Secretaría de Educación Pública, echó a caminar el programa y se lo encomendaron a Marx Arriaga, director de Materiales Educativos.
Se aseguró que la orden es de “aprobarlos” en las dos o cuatro semanas siguientes o sea en este mismo mes.
El mencionado funcionario que goza de pésimos antecedentes en la burocracia, ya tuvo un enfrentamiento con los diseñadores y los artistas que fueron convocados a cooperar en el plan, pero sin retribución económica.
Solo se les ofreció un “reconocimiento” y un ejemplar del libro en que participen.
Marx Arriaga ha dicho que los artistas y los diseñadores “deben sentirse emocionados por participar en un asunto tan delicado, les debe dar gusto y sentirse orgullosos”.
Las reacciones inmediatas en nada favorecen al exdirector de las bibliotecas de la SEP, quien confía que su prepotencia estará respaldada en Palacio Nacional y la propia Secretaría de Educación Pública.
Al reportear el asunto entre profesoras y profesores en el activo,
supimos que en cuanto se distribuyan los nuevos libros, ellos tendrán
que recibir una capacitación especial, máxime que circula el rumor
de que principalmente “la actualización” consistirá en una especie
de adoctrinamiento, a la niñez, en torno a lo que entraña la Cuarta
Transformación y el gobierno del actual presidente de México.
Y ahora sobre el origen de los libros gratuitos, nos instruye el reportero Herrera Valenzuela.
La idea de que el gobierno federal editara y distribuyera libros con temas de matemáticas, historia, civismo, geografía y ciencias
naturales, en todo el país, fue del ilustre veracruzano Gonzalo Vázquez Vela, secretario de Educación Pública en el gobierno del
presidente Lázaro Cárdenas del Río.
Contó con un equipo integrado por sus colaboradores Adolfo López Mateos, Germán Lizt Arzubide, Raymundo Mancisidor, Guadalupe Cejudo, Adela Palacios y Raúl Contreras Ferto.
Al asumir la Presidencia de la República el licenciado López Mateos el 12 de febrero de 1959 firmó el decreto para crear la Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito, con sede en un edificio de la Colonia Doctores, en la esquina de Dr. Río de la Loza y Gabriel
Hernández.
Se consolidaba lo realizado cuando el joven abogado trabajaba al lado de don Gonzalo Vázquez Vela.
Se repartieron 5 millones 800 mil libros, 19 títulos para los alumnos de primero a sexto años y 2 de guía para los profesores.
En la Escuela Rural Cuauhtémoc, en El Saucillo, San Luis Potosí, el querido maestro Jaime Torres Bodet, secretario de Educación Pública, entregó el primer libro a una alumna del primer grado, María Isabel Cárdenas Ruiz.
La mañana del 16 de enero de 1960 y en Los Pinos se festejó el cincuenta aniversario de ese evento.
María Isabel fue invitada de honor. La potosina, que hoy debe ser una mujer de unos 65 años, solo estudió Primaria.
Con gratitud a los dos, Fernando Alberto y Jorge, por su invaluable información que, ojalá, la tomen en cuenta hoy las autoridades educativas.