Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Cuando florecen los cerezos
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Y más cuando los has visto en persona y te lo recuerda una
poeta mexicana con su literatura que admira.
Leamos, pues:
La floración precoz de los cerezos, alerta sobre calentamiento
global, nos explica desde San Juan del Río, Querétaro, donde radica
con su esposo el maestro José Antonio Aspiros Villagómez, doña
Norma Vázquez Alanís.
Este espectáculo de inmensa belleza y tradición para los
japoneses, se convirtió en una señal de alarma del calentamiento
global.
Este año la floración de los cerezos rosas de Kioto fue la más
temprana en mil 200 años de acuerdo con datos de la Universidad de
la Prefectura de Osaka, ya que el florecimiento máximo de estos
árboles se situaba en el 17 de abril.
En 2021 tuvo lugar el 26 de marzo, de manera que superó el
récord de florescencia temprana que databa del 27 de marzo de 1409,
casi un siglo antes de que Cristóbal Colón navegara hacia el Nuevo
Mundo.
Los cerezos florecen cuando sus hojas dejan de liberar una
hormona que se ocupa de impedir que esto ocurra.
La misma se frena cuando las temperaturas comienzan a ser
más cálidas y permite que aparezca la flor.
Ahora no sólo fue en la fecha más adelantada de los últimos
años, sino que, de acuerdo con datos de Yasuyuki Aono, doctor en
ingeniería ambiental agrícola y profesor de ciencia medioambiental en
la Universidad de Osaka, podía ser la más precipitada de la historia.
Este especialista ha recopilado una base de datos sobre la
germinación plena de los cerezos durante varios siglos, que incluyen
documentos judiciales del Kioto Imperial (la antigua capital de Japón),
así como diarios medievales y poemas locales.
Aono se encarga de rastrear estos documentos e indicó que,
con base en lo que él ha encontrado, la floración más prematura había
sido el 27 de marzo del citado 1409, así como en 1612 y 1236.
Para Aono, la floración precoz de los cerezos es una señal
innegable del cambio climático, pues a medida que aumentan las
temperaturas, el inicio del suceso es más pronto.
Desde el año 812 las autoridades de Japón llevan un registro del
primer día en que la flor de cerezo abre por completo.
Este archivo representa la anotación más larga y profunda de
ciclos biológicos de vida de cualquier parte del mundo, con 732 fechas
asentadas que abarcan desde el siglo IX hasta la actualidad.
Lo han mantenido emperadores, aristócratas, gobernadores y
monjes a lo largo de los siglos.
Gracias a esta extensa base de datos, que usa fuentes históricas
y notificaciones contemporáneas, el país nipón puede visualizar los
efectos locales del cambio climático.
En 2020 las temperaturas globales estuvieron entre las más altas
anotadas en los documentos y rivalizan con las de 2016 como las del
año más caluroso de la historia del planeta, según datos
internacionales recopilados por la Organización Meteorológica Mundial
(OMM) publicados en enero pasado.
El fenómeno no sólo se produjo en Kioto, en otras ciudades de
Japón como Tokio los cerezos florecieron 12 días antes de la fecha
normal.
En Hiroshima se adelantó ocho días al récord anterior del 19 de
marzo establecido en 2004.
Consecuencia del cambio climático, coinciden científicos
Históricamente la temporada de hanami, esta antigua costumbre
que se traduce como «observación de flores» específicamente de los
cerezos o sakura (en japonés), que reúne a la gente bajo los árboles
para reflexionar sobre la magnificencia de la naturaleza y celebrar la
vida, iniciaba en abril, pero esta fecha se adelanta desde el último
siglo y ahora se produce en marzo. La razón más probable es el
cambio climático, opinan los científicos.
Como este es el noveno año consecutivo que el florecimiento
ocurre antes de lo previsto, el climatólogo, geofísico y académico del
Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos,
Michael Mann, dijo que el momento en que florean los cerezos es una
de las mediciones históricas ‘proxy’ que los científicos miran para
reconstruir el clima pasado.
Un ‘proxy’ climático, también llamado indicador paleoclimático,
es un apunte de particularidades biofísicas del pasado que se destina
a la medición de condiciones meteorológicas y así sirve para la
reconstrucción de las características climáticas de momentos
históricos.
En este caso, ese ‘proxy’ nos está enunciando algo que las
reconstrucciones climáticas cuantitativas y rigurosas a largo plazo ya
habían revelado: que el calentamiento del planeta que ocasionan los
humanos hoy, no tiene precedentes desde hace milenios, apuntó
Mann.
Agregó el científico que tal modificación es un recordatorio más
de que las plantas y los animales padecen variaciones en sus
comportamientos naturales, con el propósito de intentar mantenerse al
día con un entorno en constante transformación.
En declaraciones a la agencia Associated Press, Shunji Anbe, de
la división de observaciones de la Agencia Meteorológica de Japón, la
cual empezó a registrar de manera metódica las fechas de floración en
1953, indicó que de acuerdo con su información este año los cerezos
abrieron de forma más temprana que en las últimas casi siete
décadas, lo que seguramente sea consecuencia del impacto del
calentamiento global.
Anbe explicó que los árboles de cerezos son muy sensibles a las
alteraciones de temperatura -cualquier perturbación puede anticipar o
retrasar su florecer- y su florescencia puede aportar información
importante para los estudios del cambio climático.
El registro de ‘Kyoto Cherry Blossom’ es increíblemente valioso
para la investigación del cambio climático tanto por su duración como
por la alta sensibilidad de los árboles a las temperaturas primaverales,
expresó al Washington Post el científico e investigador de la
Universidad de Columbia, Benjamín Cook, quien se especializa en
reconstruir datos climáticos del pasado.
Cook, también científico físico de investigación en el Instituto
Goddard de Estudios Espaciales de la NASA en Nueva York, añadió
que desde el siglo XIX la tendencia de calentamiento global ya
anticipaba el fenómeno de los cerezos, y parte es un efecto de “isla de
calor” debido al aumento de la urbanización del medio ambiente
durante los últimos dos siglos.
La doctora en Ciencias de la Tierra de la Universidad de Arizona
y directora de la Red Nacional de Fenología de Estados Unidos,
Theresa Crimmins, dijo que “otra preocupación clave es que la
floración muy temprana puede provocar desajustes entre la presencia
de flores abiertas y la de polinizadores que dependen de ellas como
fuente de alimento. Las abejas son un polinizador clave para los
cerezos, y si las abejas no estaban activas en el momento de la
floración temprana de los cerezos, los árboles pueden haber tenido
una polinización deficiente”.
Y Robert DeFeo, horticultor en jefe del NPS, apuntó que, de
continuar este patrón, para 2050 los cerezos japoneses florecerán en
febrero, por ello es probable que las fechas de floración promedio
deban ajustarse para mantener la tendencia de floración más
temprana.
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