Mujeres mexicanas memorables (6)
En tiempos de pandemia y de la presión social
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Con un poema de Mario Benedetti.
«No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque
el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún
hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día
es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento».
Confirmo que pese a la presión social aún no hemos recibido
ninguna vacuna. Esperamos, tranquilos a que mejor pase, concluya,
termine la pandemia.
Utilizamos un sabio comentario en el que nos basamos. Es de la
doctora Rosa Chávez Cárdenas, siempre acertada. Comprobemos su
bien saber.
La presión social es fuerte, todos se creen expertos con los
informes que reciben en las redes sociales y no saben distinguir las
noticias falsas de las verdaderas, piensan que seremos motivo de
contagio.
En lo personal no estoy en contra de la vacunación en los niños,
las que conocemos como vacunas: sarampión, tuberculosis, viruela,
paperas, etcétera.
Respeto a los que quieran aplicarse el biológico actual, pero
también pedimos respeto para los que decidimos por conocimiento, no
por simple rebeldía, no aplicarla.
También pedimos que las autoridades respeten nuestra decisión,
somos ciudadanos que contribuimos al cuidado de la salud personal y
de otras personas, de manera diferente.
La presión social se refiere a la influencia que ejerce un grupo de
pares al forzar a una persona a cambiar sus actitudes.
La presión sucede cando la persona no tiene la seguridad y
confianza en ella misma para diferenciarse del grupo al que pertenece
y hacerles frente con argumentos y que su comportamiento sea
convincente al grupo.
Salirse de la conformidad de las normas, no es un asunto menor.
Este fenómeno lo observamos en las tendencias, aquello que
todos hacen: fumar, beber alcohol, ingerir la droga que esté de moda,
la manera de vestir, los modismos en el lenguaje, todo se vuelve
tendencia y se ha exacerbado con las redes sociales.
Es más fácil hacer y actuar como los demás para ser aceptado y
no recibir el rechazo.
Para esto contribuyen hasta los profesionales, el raro, el
diferente recibe el diagnostico de Bipolar.
Es un hecho formamos parte de grupos: familia, amigos,
compañeros en la escuela, trabajo.
Es decir, es algo de lo que es imposible huir, somos parte de la
sociedad y queremos ser aceptados por los demás.
Sentir el rechazo, ser excluido por pensar o actuar diferente,
convertirse en el patito feo, el chivo expiatorio, no es algo fácil de
controlar.
El tema de la presión social me surge por el fenómeno que
estamos viviendo con la vacunación que se está llevando a nivel
mundial.
Después de un año de encierro por el temor a enfermarse, las cifras
alarmantes de fallecidos, ofrecer la vacuna resulta la panacea.
El biológico que ofrecen en varios países no es la vacuna a la
que estamos acostumbrados, pero por el simple hecho de llamarle
vacuna y aplicarla como estamos acostumbrados, resulta el remedio
para poder salir del confinamiento y recuperar la economía tan
afectada por la crisis económica.
La “vacuna” puede ser un placebo, lo cual no parece que a la
mayoría no les importa, a pesar de que se ha informado que no es
inocua, tiene reacciones secundarias a corto o largo plazo. A pesar de
las explicaciones en favor y en contra que se comparten por las redes,
la mayoría está dispuesto a correr el riesgo.
El problema surge con los que no vamos a vacunarnos y no lo
ocultamos. Los que confiamos en el sistema de defensas, los que
conocemos lo que significa la “inmunidad de rebaño” los que, llevamos
una vida saludable, los que preferimos los tratamientos alternativos y
dejamos los fármacos solo para casos específicos, indispensables.
El tiempo será el que juzgue.
Si no morimos antes, añadimos.
[email protected]