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Juego de ojos
Cuando México entró a una guerra mundial
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
El ataque japonés a las bases estadounidenses en Pearl Harbor
el 8 de diciembre de 1939, hizo que México rompiera relaciones con
Japón, el 8 de diciembre de 1941. Dos días más tarde, rompió con
Alemania e Italia.
Así tomó partido por la defensa de las democracias occidentales
aliadas para detener el avance del nazi-fascismo.
En represalia ante la postura de nuestro país, en mayo de 1942
submarinos alemanes hundieron dos barcos petroleros mexicanos: el
“Potrero del Llano”, el día 13, frente a las costas de Miami, y el “Faja
de Oro”, hundido el 20 de mayo, cerca de Key West, Florida, Estados
Unidos.
Como consecuencia, el 28 de mayo siguiente el presidente
Manuel Ávila Camacho obtuvo del Congreso la autorización para
declarar el estado de guerra contra Alemania, Italia y Japón.
El Diario Oficial de la secretaría de Gobernación lo recuerda con
motivo del aniversario de la fuerza aérea expedicionaria mexicana.
Integro gracias al abogado Jorge Alberto Ravelo Reyes, lo
reproducimos, luego de tocar algunos detalles.
El Escuadrón 201 fue asignado a la base militar de Porac, en el
Pacífico, como parte del 58° Grupo de Pelea.
Realizó misiones de combate muy importantes, que fueron
reconocidas por el general Douglas Mac Arthur, comandante en jefe
de las fuerzas aliadas.
Entre ellas destaca su participación en la liberación de la isla
Luzón, en el Pacífico, mediante el bombardeo y ametrallamiento de
bases japonesas.
Ejecutó 96 misiones de guerra, 785 acciones ofensivas, 6
defensivas, casi 2 mil horas de vuelo y lanzó 957 bombas contra
objetivos militares enemigos.
Cinco pilotos mexicanos murieron en el cumplimiento de su
deber.
Leamos el documento del Instituto Nacional de Estudios
Históricos de las Revoluciones de México:
“En 1945 Durante los primeros años de la Segunda Guerra
Mundial, México mantuvo una posición neutral. Fiel a su tradición
pacifista y viendo en la conflagración internacional un conflicto
provocado por el imperialismo de Alemania, Italia y Japón, el gobierno
del presidente Lázaro Cárdenas decidió mantenerse al margen de la
guerra.
El 4 de septiembre de 1939, el presidente Cárdenas anunció:
“Ante el estado de guerra existente el gobierno que presido declara su
resolución de permanecer neutral en la contienda, sujetando su
conducta a las normas establecidas por el Derecho Internacional…”
La evolución del conflicto bélico modificó esta postura inicial.
El ataque japonés a las bases estadounidenses en Pearl Harbor
hizo que México rompiera relaciones con Japón, el 8 de diciembre de
1941.
Al día siguiente, el secretario de Relaciones Exteriores, Ezequiel
Padilla, informó que cualquier agresión a un país americano sería
considerada una agresión a nuestra soberanía.
Dos días más tarde, México rompió relaciones con Alemania e
Italia, tomando partido por la defensa de las democracias occidentales
aliadas para detener el avance del nazi-fascismo.
En represalia ante la postura de nuestro país, en mayo de 1942
submarinos alemanes hundieron dos barcos petroleros mexicanos: el
“Potrero del Llano”, el día 13, frente a las costas de Miami, y el “Faja
de Oro”, hundido el 20 de mayo, cerca de Key West, Florida, Estados
Unidos.
Como consecuencia, el 28 de mayo siguiente el presidente
Manuel Ávila Camacho obtuvo del Congreso la autorización para
declarar el estado de guerra contra Alemania, Italia y Japón.
Por su posición geográfica y la amenaza que representaba
Japón en la costa del Pacífico, México estableció una colaboración
estrecha con Estados Unidos, aunque no permitió que este país
instalara bases militares en Baja California.
Al intensificarse el conflicto, el 8 de mayo de 1944, el gobierno
anunció que las fuerzas armadas nacionales tomarían parte en la
guerra al lado de las tropas norteamericanas.
En julio, tras la aprobación del Congreso, la Secretaría de la
Defensa Nacional ordenó formación del Grupo de Perfeccionamiento
Aéreo con soldados de las diferentes ramas del ejército encabezado
por el coronel Antonio Cárdenas Rodríguez.
El 24 del mismo mes, el contingente viajó a Estados Unidos con
el fin de recibir la instrucción requerida para combatir.
Después de concluir su entrenamiento, en septiembre, la unidad
se reunió en la base de Pocatello, Idaho, y fue trasladada a Majors
Field, Texas.
El 29 de diciembre de 1944, la Cámara de Senadores de México
autorizó el envío de tropas al frente de guerra, de modo que el Grupo
de Perfeccionamiento Aéreo se convirtió en el Escuadrón de Pelea
201 de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (FAEM).
Aunque inicialmente estaba previsto que el contingente nacional
combatiera en Europa, debido al balance de fuerzas del momento se
optó por destacarlo en el frente del Pacífico.
Finalmente, el Escuadrón 201 se embarcó rumbo a Filipinas el
27 de marzo siguiente. Los combatientes mexicanos arribaron a la
bahía de Manila el 1 de mayo de 1945.
El 2 de mayo, con todos los honores, ondearon la bandera
mexicana por primera ocasión fuera del territorio nacional.
El Escuadrón 201 fue asignado a la base militar de Porac, como
parte del 58° Grupo de Pelea.
El Escuadrón 201 realizó misiones de combate muy importantes,
que fueron reconocidas por el general Douglas Mac Arthur,
comandante en jefe de las fuerzas aliadas.
Entre ellas destaca su participación en la liberación de la isla
Luzón, mediante el bombardeo y ametrallamiento de bases japonesas.
El Escuadrón 201 ejecutó 96 misiones de guerra, 785 acciones
ofensivas, 6 defensivas, casi 2 mil horas de vuelo y lanzó 957 bombas
contra objetivos militares enemigos.
El general Henry Arnold, comandante de las fuerzas aéreas
aliadas subrayó que las acciones del Escuadrón 201 habían causado
cerca de 30 mil bajas japonesas
Cinco pilotos mexicanos murieron en el cumplimiento de su
deber: el capitán Pablo Ruiz Rivas Martínez, los tenientes José
Espinoza Fuentes y Héctor Espinoza Galván, y los subtenientes
Fausto Vega Santander y Mario López Portillo.
Tras el fin de la guerra, la Fuerza Aérea Expedicionaria
Mexicana regresó a México. El 16 de noviembre de 1945, el
contingente pisó nuevamente territorio nacional donde fueron recibidos
como héroes de guerra al cruzar la frontera en Nuevo Laredo,
Tamaulipas.
Sus integrantes recibieron las condecoraciones “Servicio en el
Lejano Oriente”, “Legión de Honor de México” y “Liberación de
Filipinas”, así como condecoraciones militares del gobierno de Estados
Unidos.
El dos de mayo se decretó día de luto y solemne para la Nación.
La Bandera Nacional deberá izarse a media asta. Instituto Nacional de
Estudios Históricos de las Revoluciones de México.
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